22 de diciembre de 2008

"Ciudad de ladrones", David Benioff


















"Ciudad de ladrones"
David Benioff
Seix Barral, Barcelona (2008)
352 páginas

Ayer terminé esta novela ambientada en Leningrado al tiempo de los meses de la ocupación nazi. Los dos grandes protagonistas del libro son dos jóvenes de 17 y 22 años, Lev y Kolya, que se conocen en una celda de la cárcel acusados de desvalijar a un paracaidista alemán muerto el primero, y de desertar de filas el segundo. A ambos el coronel-jefe del centro les da la oportunidad de librarse de la ejecución si consiguen una docena de huevos frescos para preparar el paste de la boda de su hija. Semejante encargo parece una misión imposible en una Rusia sometida al poder alemán y a las carencias más absolutas.

La búsqueda de la docena de huevos centra el relato y da idea de los dos caracteres esenciales de esta novela, que no dejan de ser una gran paradoja: una misión sorprendente en clave humorística y un escenario auténticamente dramático, con las terribles consecuencias de la guerra: hambre, odio, miseria, muerte,...Benioff escribe con cierto tono de humor, presentándonos a dos protagonistas que se complementan: Kolya es un hombre experimentado, vital y pendenciero, audaz y lleno de vivencias, mientras que a Lev nos lo enseña como un joven inocente y novato, lleno de sensibilidad y al que le falta conocer los entresijos de la vida; ambos son personas cultas, pues el primero está escribiendo un libro, mientras Lev es un experto jugador de ajedrez.

Pero aunque se nos presente la aventura de ambos personajes como un envite juvenil y desenfadado, la acción se desarrolla en un escenario bien distinto, en medio del frente de guerra y en el libro se nos muestra con toda su crudeza todo el drama que lleva consigo. Hay escenas verdaderamente duras y situaciones de una crudeza tremenda. La práctica del canibalismo, los asesinatos indiscriminados, la existencia de perros "antiminas", los castigos torturas más tremendos, todo ello aparece en la narración de Benioff.

También hay tiempo para el amor, pues Lev se queda prendado de Vinka, una joven que forma parte de un grupo de partisanos con los que se encuentran los dos protagonistas en su andadura; ella ejerce de francotiradora y exhibe un aspecto exterior de hombre.

En algunos momentos la lectura se hace dura y parece excesivamente cruel, en otros parece que el ritmo decae, pero al final uno acaba enganchando y disfrutando con la lectura de esta novela escrita por David Benioff, uno de los guionistas cinematográficos de moda.

Fotos: www.navlan.es, www.comingsoon.net

3 comentarios:

annemarie dijo...

Cuando yo era muy niña, descubrí en unas vacaciones de verano en casa de mis abuelos un baul enorme con miles de revistas y periodicos antiguos: un grande tesoro!

Había muchas "Selecciones de Reader's Digest"de los años 50, creo, y, en una de ellas, el resumen de un libro de memorias de una chica que vivió el cerco de Leningrado. Era una historia inolvidable, muy entretenida, como la del libro de que hablas hoy. El frio como personaje principal, y que personajel :))

Anónimo dijo...

La novela de Benioff comienza con mucho ritmo y con una ambientación formidable, pero antes de llegar a la mitad empieza a flaquear: pretende ser un libro basado en hecho reales (el abuelo del autor es quien 'le dicta') y, sin embargo, introduce numerosas escenas que resultan tan estrambóticas como alejadas de lo que seguramente fue la realidad de aquel cerco a Leningrado.

La terminé porque me cuesta mucho castigar a los libros (y a los autores) con semejante desprecio, pero tengo para mí que esta novela pasará por nuestras librerías sin más gloria. Eso sí: seguro que acaban haciendo un película sobre esa narración.

Salud!

Modestino dijo...

He estado a punto de iniciar mi entrada admitiendo que he leído el libro aún en contra de tu opinión, Brunetti; y ya sabes que eres mi asesor literario de más confianza. Pero algo me animaba a leerlo.

Es cierto que empieza muy bien y luego decae, pero yo pienso que al final recupera el ritmo. Aunque comparto contigo que hay unas cuantas escenas excesivas y poco creibles. A mí me cautiva el personaje de Kolya y me veo algo identificado en el de Lev.

Annemarie, efectivamente el frío acompaña permanentemente el relato de Bienoff.