Han pasado muchos años desde que hice el servicio militar ... 37 en concreto. Muchas cosas han ocurrido desde entonces: en el mundo, en España y en mi vida. Con frecuencia pasan por mi cabeza compañeros de fatigas del Paque de Artillería de Valencia -hoy desaparecido-, y me pregunto qué habrá sido de aquel muchacho de Santurce con tan buen corazón, de un avispado furriel de Logroño o de aquél asturiano que provocaba a los jefes poniendo en el tocadiscos de la cantina canciones de Víctor Manuel. Hay quien critica la costumbre de aventar los recuerdos, pero yo sigo pensando que siempre forman parte de esa maleta que todos vamos llenando conforme pasan los años, que en momentos concretos nos viene bien darle carrete a la nostalgia, ... que añorar viejas vivencias nos devuelve parte de esa vida que se nos escurre entre los dedos.
Los recuerdos son caprichosos, y vete a saber porqué ha venido a mi memoria una costumbre que adquirí cuando, a última hora de la tarde, regresaba al cuartel, generalmente por exigencias de alguno de esos servicios que ahora tienen aires de rancios, efluvios de naftalina: guardias, refuerzos, retenes, imaginarias, ... Llegaba sin cenar, y antes de entrar por esa puerta metálica pintada de verde que parecía dar acceso al tunel del tiempo, acudía a un "bareto" ubicado en la parte de atrás del cuartel. Se trataba de un barrio alejado del centro, de nivel social más bien bajo, y el establecimiento respondía a ese ambiente: pequeño, oscuro, modesto y de nulo "glamour". Lo atendía un matrimonio mayor y, creo que sin excepción, siempre pedía un bocadillo de chorizo y una cerveza ... no se trataba de chorizo "Revilla", ni del llamado "de pamplona", sino de dos rudos trozos de ese chorizo redondeado, grasiento, frito en un aceite, vete a saber cuantas veces reutilizado, y colocado entre dos panes generosamente cortados. No puedo evitar que el recuerdo de tan sencillo y pobre "manjar" enternezca mis entretelas, ... hasta desearía poder repetir idéntica experiencia.
Si el bocata y la caña de entonces pasara ahora por mis ojos, es posible que me parecieran bocados ridículos y rechazables, pero recuerdo muy bien que en esos inicios de los 80 se trataba de un momento esperado, que en la soledad de un oscuro bar de barrio, consumir el bocadillo de chorizo era instante esperado y disfrutado.
6 comentarios:
Lo comprendo perfectamente. Un beso
Yo me reconozco en este sentido muy «pancatalanista» y abogo por los bocatas de rojo sobre fondo rojo, a saber :
Rojo; el chorizo (del revilla), el jamón (un buen ibérico), y la sobrasada ... todos esos embutidos sobre sendas rebanadas de untadas con el rojo del tomate...
-Sobre el modelo de chorizo, por muy simple que aparente la loncha ...siempre ha sido de mi agrado, aunque muchas veces me sorprende no encontrarlas en bares y tascas en ese formato «clásico» ...he llegado ha pensare que el de ese tipo de chorizo debe ser un bocata solo apto para camioneros o comensales de baja estopa ... en fin ellos se lo pierden.
- El de jamón (recuerdo a mi hermana que decía que le gustaba más lo rojo que lo blanco)_me inclino más por la modalidad ibérico, si son con «jotas o bellotas» mil veces mejor que el soso «del país»_ no me negarás que alcanza las delicias si el pan estilo «pagés» se presenta algo torrado, bien untado y con su chorrito de aceite de oliva .
- Creo que soy un innovador (te invito a que pruebes) con el bocata de sobrasada y el pan untado con tomate ...variante que en algunos bares se sorprenden que pida pero te aseguro que estiliza el sabor de la sobrasada (no hace falta calentarla apenas, y mucho meno añadirle el queso por aquello del modelo mallorquín) ... si eres atrevido y te gusta el vinagre puedes echar unas gotitas al gusto en el manjar y notarás el realce de sabores en boca.
En fin...un fan del rojo con fondo rojo.
...ya dirás :)
Yo me reconozco en este sentido muy «pancatalanista» y abogo por los bocatas de rojo sobre fondo rojo, a saber :
Rojo;el chorizo (del Revilla), el jamón (un buen ibérico), y la sobrasada ... todos esos embutidos sobre sendas rebanadas de untadas con el rojo del tomate...
-Sobre el modelo de chorizo, por muy simple que aparente la loncha ...siempre ha sido de mi agrado, aunque muchas veces me sorprende no encontrarlas en bares y tascas en ese formato «clásico» ...he llegado ha pensare que el de ese tipo de chorizo debe ser un bocata solo apto para camioneros o comensales de baja estopa ... en fin ellos se lo pierden.
- El de jamón (recuerdo a mi hermana que decía que le gustaba más lo rojo que lo blanco)_me inclino más por la modalidad ibérico, si son con «jotas o bellotas» mil veces mejor que el soso «del país»_ no me negarás que alcanza las delicias si el pan estilo «pagés» se presenta algo torrado, bien untado y con su chorrito de aceite de oliva .
- Creo que soy un innovador (te invito a que pruebes) con el bocata de sobrasada y el pan untado con tomate ...variante que en algunos bares se sorprenden que pida pero te aseguro que estiliza el sabor de la sobrasada (no hace falta calentarla apenas, y mucho meno añadirle el queso por aquello del modelo mallorquín) ... si eres atrevido y te gusta el vinagre puedes echar unas gotitas al gusto en el manjar y notarás el realce de sabores en boca.
En fin...un fan del rojo con fondo rojo.
...ya dirás :)
Hola, Modestino.
Somos los chicos de Relibro. Nos gusta mucho su blog, y leerlo nos supone un respiro de aire fresco siempre. Así que, no solo que le seguimos y así se lo decimos, sino que, en ocasiones como la que se nos ha presentado hoy, le hemos tenido en cuenta para el The Blogger Recognition Award y le hemos nominado: https://relibro.blogspot.com/2018/11/the-blogger-recognition-award.html
Ojalá tenga a bien pasarse por nuestro blog y participar en esta iniciativa.
Un saludo.
Relibro.
¿Dónde está tu post de Leídos a baja temperatura?
La tenía en borrador y, por error, lo publiqué antes de tiempo. Ahora ya está el definitivo.
Publicar un comentario