El mes de mayo ha venido condicionado por el fallecimiento de dos grandes de la novela policíaca, Francisco González Ledesma y Ruth Rendell; por otra parte me he lanzado por fin con Javier Marías, he dusfrutado de un clasico como Ross Macdonald y de una escritor polémico como de Prada, completando el mes con una de las nuevas plumas de la literatura española y un escritor mítico como Scott Fitzgerald.
Toni Aparicio es un escritor manchego cuya primera novela, "El secreto de Elisa Leclerc", tuvo en su momento una buena acogida. En febrero de este año publicó "Buenaventura", un relato entre el drama y la intriga que me llamó la atención cuando lo vi expuesto en las seciiones de novedades de varias librerías; ya he dicho en otras ocasiones que una carátula atrayente puede hacer mucho a la hora de animar a leer un libro. "Buenaventura" tiene muchos de los elementos de esas novelas de autores como Dickens o las hermanas Bronté, o en nuestro país Alarcón o Galdós: grandes caserones con familias pudientes, secretos sin revelar, amores incomprendidos y personajes oscuros, hasta hay quien le ha encontrado similitudes con "Rebeca" o "Jane Eyre", aunque me temo que la comparación puede acabar perjudicando la valoración de un libro que literariamente no pasa de aceptable. La novela se lee bien, la prueba es que lo hice casi de corrido a lo largo de la primera semana del mes, y, desde mi punto de vista, reune una serie de virtudes: Aparicio consigue ambientar muy bien el relato en Asturias, reflejando con acierto los paisajes y habitantes de esa zona del norte de España, atina al plantear la intriga y contiene una serie de capítulos que se desarrollan en el bosque y están cargados de magia y fantasía, además de ciertos toques de terror. Por el contrario, pienso que esa intriga bien iniciada no se desarrolla luego tan acertadamente ni el autor la consigue cerrar de modo satisfactorio, los personajes podrían ser más sólidos y el recurso de alternar los tiempos lo utiliza de un modo que a veces puede mover a confusión. El libro se divide en tres partes; me encantó la primera, donde se plantea la trama y se consigue una magnífica ambientación que anima a continuar la lectura; las otras dos partes, con desarrollo de la intriga y resolución final, creo que son mejorables. La novela está ambientada en la Asturias de 1933, aunque vete a saber porqué razón durante su lectura me parecía estar más en los finales del siglo XIX.
Como ya he escrito otras veces, en materia de novela negra clásica Ross Macdonald es el tercero de a bordo tras Chandler y Hammet, pero un tercero que no anda lejos de estos dos de siempre, un escritor de calidad capaz de estar a la altura de éstos. "El caso Galton" es la tercera novela que leo de este autor tras "El martillo azul" y "La costa bárbara", y habiendo dado buena nota a estas dos, es sin duda la que más me ha gustado hasta ahora. El autor sitúa la trama entre California y Canadá y crea muy bien sus personajes de manera que enseguida consigues conectar con ese ambiente tan propio del género negro; porque "El caso Galton" es novela propiamente negra, donde no hay solamente una intriga -muy conseguida por cierto-, sino una ambientación que lleva añadida la descripción social y familiar que da carta de naturaleza a este tipo de literatura. El protagonista es el detective de siempre de Macdonald, Lew Archer, un tipo que reúne todos los caracteres esperados, al nivel de los inmortales Sam Spade y Philip Marlowe. El autor consigue además mantener la tensión y el misterio hasta el final. Este tipo de novelas nunca pasa de moda.
El pasado 2 de marzo falleció Francisco González Ledesma, uno de los indiscutibles "históricos" del género negro español; por esta razón decidí leer alguna novela suya en señal modesto homenaje a un autor fecundísimo: no olvidemos que además de su obra en materia policíaca, escribió muchas otras novelas, algunas con diversos seudónimos como Silver Krane, Rosa Alcázar y Enrique Moriel. En su día leí "Expediente Barcelona" y "Una novela de barrio", optando para esta ocasión por "Crónica sentimental en rojo", relato con el que obtuvo el "Premio Planeta" en 1984. González Ledesma escribía muy bien, algo que se refleja en este libro: vocabulario rico, agilidad narrativa, maravillosos toques de ironía y cierto cinismo, ... sin duda de lo mejor del género en España durante las últimas décadas. En mi opinión, González Ledesma se centra mucho más en los personajes y el ambiente de la Barcelona profunda que en el argumento y la intriga en sí mismos, y de hecho buena parte de la narración se la pasa presentándonos a los protagonistas. Sin duda, el personaje más llamativo es el fijo: el inspector Méndez, un "legendario" de entre los héroes policíacos de ficción, uno de los más logrados. El escritor desaparecido describe magistralmente tanto el mundo de la burguesía catalana como el de las zonas más destartaladas de la Barcelona de los años 80. La novela es a ratos complicada de leer, y no está exenta de ciertos tono soez en bastantes de los capítulos, aunque hasta en ésto González Ledesma sabe escribir con buen estilo.El desenlace me ha parecido muy conseguido.
También falleció Ruth Rendell y con tal motivo he aprovechado para leer su última novela publicada en castellano, "El club de Hexam Place", un relato cuyo argumento, las vivencias de los servidores de diversas casas de un barrio aristocrático londinense, me pareció francamente interesante y atractivo. Ya había leído "Las llaves de la calle" y "Trece escalones", dos de las llamadas novelas independientes de la autora inglesa que me gustaron bastante y en las que Rendell crea un ambiente que definiría como inquietante y que le otorga cierta originalidad dentro del género. "El club de Hexam Place" no es una novela policíaca tradicional, lo de menos es la resolución de un caso criminal, pues la escritora pone el acento en la psicología de unos personajes que tienen mucho que decir: cada protagonista tiene su propia historia y su propia personalidad, a la vez que nos describe un panorama muy bien reflejado por Rendell sobre la actual sociedad británica, en concreto acerca de la tradicional dicotomía pobres/ricos, o dicho de otra manera señores/criados, algo que hoy en día no tiene nada que ver con lo que sucedía, por ejemplo, en la era victoriana. He leído que se compara a Ruth Rendell con Agatha Christie, pero no lo comparto, aunque tal vez tenga la limitación de no haber leído aún ninguna de las novelas protagonizadas por el inspector Wexford, que al parecer son más "lineales" y "convencionales", ... queda pendiente. Por el momento, creo estamos ante una novela para recomendar, sin ningún género de duda.
Es indiscutible que Javier Marías es uno de los mejores escritores españoles, tanto que su nombre ha llegado a estar en las quinielas del Nobel de literatura; a pesar de ello solamente había leído "Los dominios del lobo", su primera novela, escrita antes de cumplir 20 años y que no terminé de entender del todo. Una conversación con alguien relacionado con mi trabajo me animó a leer su última obra, "Así empieza lo malo", libro que comencé con el temor de acabar hecho un lío con la lectura; pero fue un miedo injustificado, pues la novela me gustó desde el principio, la he leído de un tirón y he terminado animado a leer algo más de Marías. Sin duda se trata de una excelente apuesta literaria, Javier Marías escribe muy bien, con un castellano magnífico y con una habilidad para ir narrando poco a poco lo que pasa, sin prisas pero con orden. Otra virtud que he encontrado en el escritor ha sido su excelente conocimiento de la condición humana, de manera que cuando relata las actitudes de los protagonistas no es infrecuente que uno se vea reflejado en sus emociones, sus reacciones y sus "trampas". "Así empieza lo malo" me ha parecido una exposición brillante de la psicología de las personas, un drama en el que se ponen de manifiesto las grandezas y miseria de hombres y mujeres. No pasan excesivas cosas, y Marías, como ya había sido advertido, describe muy lentamente cada escena, cada ocurrencia, pero sin que nunca pierdas el hilo a pesar de tanta elaboración. Hay una visión dura de las cosas, ajena a toda trascendencia, y algunas reseñas ven cierta crítica social que no he terminado de observar.
Francis Scott Fitzgerald es sin duda uno de los autores de culto de la literatura norteamericana del siglo pasado; hasta ahora no había leído nada de él, a pesar de tener novelas a priori tan atractivas como "A este lado del paraíso", "El gran Gatsby" o "Suave es la noche". Recientemente se ha publicado por "Navona", según aseguran por vez primera en castellano, su última obra, "El último magnate", que no pudo acabar por encontrar repentinamente la muerte en Hollywood el 21 de diciembre de 1940 cuando llevaba escritos dos tercios de la novela. A pesar de que el hecho de ser inacabada no dejaba de ser un hándicap, opté por aprovechar la ocasión y leer el libro. Scott Fitzgerald tiene ese estilo tan yankee de escribir como sin pasión, con unos relatos en los que parece que no pasa nada especial, un modo de redactar que no me termina de entusiasmar. Me ha costado entrar en la novela, aunque en su última parte creo haberle cogido por fin el truco. Se trata de un relato cuyo protagonista es Monroe Stahr, el típico "self made man" que desarrolla sus negocios en Hollywood. La intención del autor era según cuentan escribir la gran novela sobre la llamada Meca del cine, y lo cierto es que poco a poco parece ir consiguiéndolo, a pesar del inconveniente de estar incompleta, obstáculo que soluciona en parte la edición con un buen epílogo. En 1976 Elia Kazan dirigió un film basado en el libro con un reparto que impresiona: Robert de Niro, Tony Curtis, Robert Mitchum, Jeanne Moreau, Jack Nicholson, Ray Milland, ...
Recuerdo que uno de mis primeros post tenía como personaje central a Juan Manuel de Prada, comprobé que se trata de un hombre que no goza de excesivas simpatías: se le acusa de pedante y barroco, de creerse poco menos que el ombligo del mundo, ... además de ser encasillado en un extremismo que me parece anda lejos de profesar. Estoy de acuerdo en que su forma de escribir es demasiado recargada, casi empalagos, y de hecho aún no había leído nada suyo, incluso que su talante no se presta a excesivas simpatías, pero también tengo la impresión de que no se le perdona su firmeza a la hora de defender temas como el derecho a la vida y otros en los que se ha instalado una especie de dictadura que determina lo que es y lo que no es políticamente correcto. Paseando por Madrid la última vez que estuve allí me entro el capricho de comprar su último ensayo, que entonces -mes de abril- andaba calentito de la imprenta: "Dinero, demogresca y otros podemonios". Pensé que se trataba de una exposición crítica de los nuevos movimientos de tono populista que actualmente andan boyantes por nuestro país, pero nada más lejos de la realidad. El libro es una auténtica y demoledora crítica de la sociedad occidental, y en primer lugar, la española. De Prada no deja títere con cabeza -aunque no cita apenas nombres- y no evita ningún tema para delaborar un diagnóstico desolador de la situación de nuestra civilización. El escritor castellano habla del capitalismo exarcerbado, la corrupción, el engaño político, el aborto, el abandono de Dios y la deshumanización, ... y muchos otros temas en los que crítica y lamenta la aparición de un nuevo orden mundial absolutamente destructivo. La lectura impresiona, de Prada lo narra además con acierto literario y una fuerza tremenda, incluso en ocasiones su relato adquiere tintes apocalípticos. Evidentemente, no estamos más que ante la opinión subjetiva de un escritor y periodista, se pueden hacer muchas valoraciones sobre el mayor o menor acierto de éste y también sobre algunas formas de contar las cosas, pero pienso que se trata de un ensayo muy trabajado, digno de ser leído y un excelente origen de interesantísimos debates.
4 comentarios:
No recuerdo nada de "El último magnate" la leí hace tiempo. Creo incluso que he visto
Javier Marias me gusta, "Corazon tan blanco" tambien hace tiempo que la leí y recuerdo que me gusto mucho.
"Así empieza lo malo" daría también para una película.
Yo también vi "El último magnate". No guardo un gran recuerdo de ella. Tendré que verla otra vez, pero sospecho que mi impresión no variará sustancialmente, aparte de ser uno de los títulos menos representativos (eso sí, el último) de la distinguida filmografía de Elia Kazan.
Ah, a mí tambíén me gustó "Corazón tan blanco" (que, por cierto, no es una biografía de Florentino Pérez)
Lew Archer, el protagonista de las novelas de Ross McDonald, tuvo dos veces la cara de Paul Newman, si bien, por imposición del actor, el apellido tuvo que cambiarse de Archer a Harper.
Y el comisario Méndez, el protagonista de las novelas de González Ledesma, tuvo la cara de López Vázquez en la adaptación al cine que hizo Rovira Beleta de "Crónica sentimental en rojo", un título del cine español de los ochenta a reivindicar.
Como siempre aportando sabiduría, amigo Tommy.
La peli de Rovira Beleta tenía también en el reparto a Asumpta Serna y el mismisimo Lorenzo Santamaría ... "para que no me olvides" ...
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