Los zaragocistas andamos entusiasmados; hay que remontarse a eventos como el gol de Nayim, la Copa frente a loas "galácticos" o el 6-1 en La Romareda al Madrid de Casillas, Zidane y compañía para rememorar momentos como el de ayer, cuando contra todo pronóstico y con la toalla arrojada por buena parte de la afición -ese sector "cenizo" entre el que me encuentro- los blanquillos fueron capaces de remontar el 0-3 que el Girona había obtenido el miércoles y pasar adelante en la eliminatoria del play-off con un 1-4 que no se si suena más a milagro que a una hazaña. No se como se cerrará la eliminatoria final y decisiva frente a Las Palmas, pero aún en el doloroso caso de perderla, siempre quedará el éxito de Montilivi como uno de esos días mágicos que tantos años hace que no vivimos los sufridos seguidores del equipo del león.
En las imágenes de la victoria zaragocista que ya he visto hasta saciarme las cámaras han insistido bastante en el rincón donde se ubicaban los heroicos y escasos seguidores que viajaron hasta Girona, y muy especialmente en una joven de larga y lacia melena castaña y aspecto de muy buena gente que no paraba de animar, festejar, rezar y sufrir cada vez que la enfocaban, lo que evidentemente significa que no dejó de hacerlo en los 97 largos minutos que duró el encuentro. En "La Sexta" Pedrerol nos ha mostrado un reportaje en el que iban apareciendo las reacciones de la chica, que nos han contado que se llama Estela, ante cada acontecimiento del encuentro: goles zaragocistas, tanto y ocasiones rivales y angustioso final del partido. He disfrutado como un tonto ... y me emocionado como un adolescente inmaduro al ver a esta cría -que podría ser mi hija ... pequeña- gozar y sufrir a partes iguales con un equipo que hace ya mucho tiempo que viene dando más disgustos que alegrías.
Y desde este modesto rincón de internet, quiero rendir mi homenaje particular a Estela Soler, porque en ella, además de verme reflejado en los gestos y tics que le provocaban los aconteceres del match, he visto reflejado el sentimiento de los sufridos aficionados, esa gente normal y corriente dispuesta a hacer kilómetros, sufrir fríos, calores, lluvias y hasta granizos para apoyar a su equipo, muchas veces sin el premio de la victoria. Gracias Estela, verte por la tele ha sido como un soplo de aire fresco.
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