11 de junio de 2015

El asunto de la difteria


La difteria es una de esas enfermedades de las que ya no se hablaba; en mi caso, solamente su mención trae inmediatamente a mi cabeza la historia de un hermano pequeño de mi madre que murió de esa enfermedad a los 3 años; mi madre nos  contaba de pequeños como de la noche a la mañana el referido mal se lo llevó a la tumba; siempre he tenido en mi cabeza a mi tío Fernando, de vida breve y a quien no conocí, que no dudo velará por mí en el cielo, así como por toda su familia. También recuerdo un anuncio de la televisión en blanco y negro que animaba a vacunar a los niños contra el tétanos, la difteria y la tosferina.

Desgraciadamente, la enfermedad ha vuelto a ser actualidad por el caso del niño de Olot que no fue vacunado y se encuentra en grave estado en la UCI del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona. Al parecer los padres del menor no quisieron vacunarle, pues según se dice atendieron al criterio de quienes son partidarios de rechazar estos tratamientos preventivos y seguir las pautas de la medicina natural. Creo que me corresponde ser prudente y no hacer afirmaciones demasiado rotundas sobre un tema donde muchos saben bastante más que yo, aunque considero que este triste suceso debería llevar aparejada alguna lección.

Tanta red social, tanta información recibida desde los lugares más variados, puede llevar aparejado el peligro de creérnoslo todo, y considerar que sabemos prácticamente de todo ... y no debería ser así. En ocasiones tengo la sensación de que siguen existiendo los viejos vendedores de ungüentos de las películas del oeste, de que aún hay tahures, iluminados y charlatanes que postulan tesis carentes de sentido sin más fundamento que su palabrería frívola y locuaz. Son personajes que antes recorrían carreteras polvorientas de pueblo en pueblo, de pensión en pensión y ahora pululan por los platós televisivos, los foros y las redes sociales engatusando a  torpes e ingenuos y cuestionándolo todo a cambio de soluciones sin ningún calado.

La vida de un niño pende ahora de un hilo, aparecen noticias de otros que andan en peligro ... no estaría de más un ejercicio de serenidad, de sensatez y de moderación, que asimiláramos lo necesario para aprender a distinguir el grano de la paja, para saber en quien confiar. Me parece que andamos en una sociedad donde todos hemos de ser más humildes, no pretender saber más que nadie de todo ... y asumir que prosperar no tiene que significar cambiarlo todo ni renegar de lo hecho, sino encontrar el equilibrio de lo bueno, lo malo y lo mejorable.



4 comentarios:

Susana dijo...

Todo esto viene de un exceso de vacunas. un beso.

Unknown dijo...

Hola. coincido totalmente en tu reflexión... hay que poner un poco de cordura porque al final estamos jugando con nuestros hijos. No se puede renegar de las vacunas... recaudamos dinero para comprar vacunas y salvar a niños de Africa y en nuestro país hay padres que reniegan de ellas... el mundo al revés!!! espero que con este caso de la difteria los padres tomen conciencia de la gravedad del asunto... seguimos en contacto

Anónimo dijo...

La situacion es absurda; pongamos por ejemplo que yo tengo un perro (o tres) y que decido no vacunarlo. Por muchas razones, a mi perro no le gusta, cuesta dinero, como todos los otros perros ya estan vacunados es improbable que enferme ... además es un perro muy educado y que hay un estudio en internet que dice que las vacunas de los perros se usan para experimentar...
En fin que de ésta cabeza mia y con un surtido de argumentos no lo vacuno, pero resulta que al tiempo mi perro muerde a alguien
Que puede pasar;
a) yo soy una negligente y por mi poca cabeza he puesto en peligro la vida de personas animales y además van a sacrificar a mi perro.
b)Saldra un grupo de pseudocientíficos exponiendo la crueldad de las vacunas y harán una sentada protesta delante de la perrera en la que tienen a mi perro
c)todo lo anterior y más porque en este mundo hay gente para todo.
Y si sale alguien apelando a mi sentido comun, yo le hablaré de los derechos de los animales y su derecho a decidir (seguro que en internet encuentro algo me apoye esta udea)y que si mi perro desde su libertad informada me pide que lo vacune yo lo vacuno.

Modestino dijo...

Tus animales están, seguro, muy bien cuidados¡¡¡¡¡