3 de diciembre de 2014

Buscando el alma buena


El Papa Francisco estuvo el día 25 de noviembre en Estrasburgo, y allí, en el Parlamento Europeo, pronunció un discurso que pienso estuvo lleno de contenido, a lo que cabe añadir la sencillez y claridad que suele acompañar los mensajes del pontífice argentino. Aunque como es lógico, las palabras del Papa han tenido su reflejo en los medios de comunicación de todo el mundo, me he quedado con la sensación de que el eco no ha tenido la suficiente contundencia y prolongación en el tiempo, a pesar de que Francisco fue valiente y claro al hablar de una Europa que no puede girar en torno a la economía, de la desconfianza de los ciudadanos frente a unas instituciones a las que calificó de ser distantes y abusar de los "tecnicismos burocráticos" y de que "no tener trabajo quita la dignidad". No se si hay quien se ha frenado a la hora de difundir palabras tan necesarias por haber incluido también el Papa referencias menos "populares", por mucho que también formen parte de la doctrina de la Iglesia.

Me llamó especialmente la atención la terminología de Francisco cuando instó a una Europa "envejecida y reducida" a que "redescubra su alma buena". Y si me impresionaron estas palabras me parece que es porque supusieron un aldabonazo a mi conciencia, porque me temo que el individualismo,  el acostumbramiento a esa vida excesivamente cómoda que ha imperado durante tanto tiempo en occidente nos ha podido volver egoístas y complicados. Las palabras del Santo Padre exigen una respuesta generosa y comprometida a quienes nos consideramos cristianos -aunque a veces demos la impresión que intentamos no parecerlo-, y pensar como recuperar esa "alma buena", ese sentir interior que nos debe llevar a dar la mano, sonreír, ayudar, ... dudo que pueda haber solidaridad si antes no hay amor.

4 comentarios:

Susana dijo...

El alma buena está en las vidas sencillas. El Papa habló contra el aborto. Por eso no lo mencionan. Un beso.

Jorge Orús dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Orús dijo...

El discurso del Papa, en general es más profundo de lo que se refleja en los medios. Los gestos quizá no son comprendidos en toda su dimensión y ocultan -tal vez- otras partes del mismo.

Los inteligentes de Podemos (lo digo sin ironía) pusieron el foco en la parte económica y se llevaron los titulares... pero se olvidaron de su defensa de la vida, de toda vida.

Lo admiro y lo escucho con unción. Pero he de reconocer que un servidor tenía debilidad por Benedicto XVI, también sencillo aunque se empeñaran en lo contrario. Me gustaba una barbaridad por su sólido discurso, su altura intelectual y por ser capaz de transmitir con claridad lo complejo y el misterio.

Me fastidia que se use a Francisco para desmerecer a Benedicto XVI incluso en ámbitos eclesiales.

Modestino dijo...

Jorge, no podías haber definido mejor mis sentimientos. Me parece que hay algo de manipulación y de uso parcial e incompleto de lo que dice.