2 de octubre de 2014

"Leman" pasa a la historia


Ayer me comunicó una tarraconina de pro -nunca más justo y merecido el epíteto- que la Cafetería Leman cerraba sus puertas, que desaparecía para siempre. El 1 de octubre fue el último día que abrió sus puertas esta cafetería clásica, de las de siempre, de las que ya no quedan, ubicada en plena Rambla Nova de Tarragona. Ha sido un lugar de cita para todo tipo de personas, de todas las clases, ideologías, estilos, profesiones y sensibilidades, ... aseguraría que solamente podría hablarse de un hilo común de todos ellos: el buen gusto, el saber elegir, ... lo que un cursi definiría como "politesse". En La Rambla convivían establecimientos, algunos ya desaparecidos, como "Arimany", "Or" o el mítico "Moto-club" al que ya me referí en su día, pero ninguno combinaba todo tipo de virtudes como el "Leman". Seguro que allí, durante los 53 años que se ha sostenido en pié, se gestaron negocios, hubo conspiraciones políticas y se habló de lo divino, de lo humano y de los chascarrillos sociales de una capital tan mediterránea, burguesa y plural como Tarragona ... y allí se cocería también más de un matrimonio, aunque posiblemente entre sus mesas alguno que otro inició los escarceos de un futuro divorcio.

En Zaragoza también fueron desapareciendo las cafetería más míticas, como "Las Vegas", lugar de reunión de cadetes y niñas bien, "Imperia", perfecto centro de tertulias de las "alegres comadres de la milla de oro" o "Niké", lugar que me traía recuerdos de chocolates infantiles y con el tiempo me enteré era lugar de encuentro de la progresía de la época. "Leman" ha sido sin duda uno de los centros neurálgicos de la "Imperial Tarraco", genuina atalaya de la vida social ciudadana, lugar donde empleados y clientes han visto nacer, crecer y envejecer a tantos ... y, por supuesto, establecimiento en el que imperaba la elegancia y, por encima de todo, la calidad a todos los niveles.

La próxima vez que regrese a Tarragona habrán aumentado las razones para la nostalgia y los sentimientos encontrados.


8 comentarios:

sunsi dijo...

El Leman. Toda una institución. También en pasteleríaRecuerdo alguna cena un poco bien; si alguien obsequiaba con confitería o dulces del Leman no fallaba... Exquisito.
Qué bien has descrito el alma de esta cafetería, Modestino. Me encantaría leer comentarios de tomae y Brunetti. Suelen estar sembrados con este estilo de post.

Gracias por el recuerdo de esta Tarragona, muy tuya también. Un abrazo desde Tarraco.

Brunetti dijo...

Esta maldita crisis que nos asola no va a dejar títere con cabeza, Modestino.

Tanto a mí como a mi familia y a mis amigos, siempre nos trataron de forma exquisita en el Leman, por lo que el recuerdo que me queda es indeleble.

Sunsi hace referencia en su comentario a la pastelería del Leman. Precisamente, somos muchos los que pensamos que una de las causas de su progresivo ocaso se halla en el hecho de que, hace cuatro o cinco años sus gestores decidieron cambiar la pastelería que siempre les había abastecido (la exquisita "Geneve") por una nueva (la vulgar e insípida "Rabasó", con perdón). Ahí comenzó su declive, creo.

Además, tengo para mí que tampoco supieron hacerse con nueva clientela, puesto que la media de edad de los asiduos siempre estuvo rayana en la jubilación, y era evidente que esas personas, más pronto que tarde, iban a ir desapareciendo.

En todo caso, supongo que es ley de vida que los locales y los negocios que nos han acompañado desde nuestra juventud y que han conformado el paisaje de nuestras ciudades vayan cambiando, lo mismo que nos pasa a nosotros. En todo caso, una vez certificada la defunción de nuestro querido Leman, sólo nos queda rezar por que en su lugar no acaben instalando un bazar chino (cosa nada improbable, por cierto).

Salud!

Modestino dijo...

Sí, Sunsi ... me alegra saber que alguien considera a Tarragona muy mía ... al acbo de 13 años.

Modestino dijo...

Un bazar chino sería una paradoja cuasi insultante, Brunetti ... pero no te extrañe que pongan algo así, o un "kebab" ... o una tienda de telefonía móvil.

¿Hacia donde vamos?

Brunetti dijo...

Por cierto, olvidé trasladar mi más sentidas condolencias al gran Tomae, cliente habitual (y hasta incondicional) del fenecido Leman.

Adiós para siempre a sus originales, inolvidables y ya añorados "floripondios", entre otros manjares de no menor lustre, entre los que se encontraban unas sombrillitas de chocolate que hacían las delicias de mi pequeña princesa.

Snif, snif.....

Modestino dijo...

Me llegan noticias de que al final alguien va a mantener el "Leman", de ser así el post perdería realidad, pero sería buena noticia.

tomae dijo...

Modestino, gracias por el Post, estuve a punto de publicar uno… y recoger el guante; de hecho me acordé de ti cuando supe del cierre definitivo aunque ya hacía algún mes que me habían contado que pasaría.

Sunsi y Grandísimo Brunetti gracias por vuestros comentarios y alusiones; porque de hecho también siento como ese "jarro de agua fría" se ha vertido sobre mí.

Leman, no solo ha sido icono en Tarragona, sino que también en mi familia. Recuerdo mis primeras incursiones de pequeño con mis padres y como ese Vermut (coca-cola) lo acompañaban esas magnificas patatas de churrero (Marca Busquets). En la línea de ágapes destacados he de mencionar los fantásticos Floripondios, el chocolate Sunday que tanto encantaba a mi hermana -lo tomabamos despúes de ir a Misa del Gallo-, los bocadillos vegetales preparados para el Viernes Santo y mi plato favorito del restaurante :La brocheta de cordero con ese maravilloso Arroz Pilar.

Me recuerdo de pequeño entrando en Leman, y me recuerdo preguntándome si algún día yo sería alguno de esos “hombres de siempre” que lo frecuentaban, tanto como iba mi padre. No me importa confesar que cuando no lo encontrábamos (entonces no había móviles) lo llamábamos allí para que trajera el pan, y allí como era un habitual siempre tenían una barra guardada para él.

Creo que Leman era no solo una Institución sino que también un foco de información para los asuntos locales, como también para el cotilleo. Y os reconozco que cuando iba de la mano de mis padres me daba un cierto reparo frecuentar el lugar por eso del cotilleo o porque no me quería considerar un chico de allí. De todas formas cuando rompí ese pequeño “tapujo” he sido el primero en frecuentar el sitio, como han hecho los míos (Tíos primas hermanos y amigos), tanto como incluirlo como lugar de ubicación para seguir la cabalgata de Reyes o algún tramo de la procesión de S.S si pasaba por allí.

Intuyo que el cierre del Leman estaba anunciado cuando socios Michel y Josep traspasaron el negocio a los camareros y a éstos les falto seguir un modelo de gestión que funcionaba perfectamente. De todas formas no quiero especular, los locales de antaño exigen con estos tiempos un cambio generacional y gerencial también de clientela) que no todo el mundo sabe llevar. Y luego está la amenaza china o los restaurantes en cadena que son más impersonales.

Fui niño del Leman, hijo de Sr. De Leman (a ver que querrá decir eso) y también adolescente, mayor, novio y marido de mi mujer (que también se entristeció por el cierre) y Padre de dos niñas a las que me encantaba llevar y repetir de alguna forma la tradición. Y ver como los camareros de siempre les contaban alguna anécdota a mis hijas de cuando yo era pequeño.

Y Hablando de Camareros, es justo mencionar la profesionalidad que siempre han tenido así como la buena presencia y trato con la clientela. Profesionalidad que en algún momento he oído como ejemplo de la hostelería tarraconense, también la había oído de los camareros del Moto Club.

Me suena también, que cuando abrió Zeus en el otro extremo de la ciudad, quiso ser un Leman del otro lado de la Rambla, aunque al respecto no se que decirte ...yo creo que nunca lo fue.

Modestino, no tengo noticias sobre la posible continuidad uso la fuente de siempre que recientemente ha hablado con el propietario del Local, en cuanto sepa algo te cuento… y si se Reabre, ya sabes donde hemos de celebrar el próximo encuentro.

Un abrazo a todos.

Modestino dijo...

Me dijeron que era el tal Michel el que por fin lo iba a mantener.

El "Zeus" nunca pasó de local para café de funcionarios y, según algunos, lugar de citas amorosas a veces clandestinas.