23 de septiembre de 2014

¿Deporte nacional?


 «¡Igualdad!, oigo gritar / al jorobado Fontova. / Y me pongo a preguntar: / ¿Querrá verse sin joroba / o nos querrá jorobar?».

Leonardo Castellani

En el último "Semanal" Juan Manuel de Prada habla de la envidia, y además de citar a Cervantes y Quevedo -¡nada menos!- recoge esta frase del controvertido pensador argentino Leonardo Castellani que me parece toda una muestra de tino y sabiduría. Hay quien dice que en España la envidia es deporte nacional, afirmación que no soy capaz de valorar como cierta o incierta, aunque tengo bien claro que la envidia existe y que con frecuencia damos buena muestra de que se trata de vicio que ejercitamos. Es lógico que el personal ande enojado con algunas cosas que pasan, que se de rienda suelta a la crítica por la corrupción, los abusos, las desigualdades y los desgobiernos, pero cada vez tengo más claro que en ocasiones lo que mueve al personal es la envidia y no el recto afán de que se cumpla lo que puesto en boca de Ulpiano parecía sencillo y a la hora de la verdad nos cuesta tanto lograr: dar a cada uno lo que en justicia corresponde.

Me temo que hay veces en que detrás de esas aceradas críticas, esa demoledora forma de valorar la conducta de personajes públicos y privados, se esconde la frustración de no tener el poder, el dinero o la influencia de los criticados. Entiendo -y comparto- la indignación del personal ante la trampa y la codicia, pero cuando escucho a algunos asegurar que no se puede ser rico sin robar, poderoso sin trepar y pisotear u ocupar un puesto alto sin medrar o abusar de influencias, no puedo evitar que me pase por la cabeza que la envidia se está imponiendo a la capacidad de razonar y a la buena fe.

Prada cita también a John Stuart Mill: «Los españoles persiguen con saña a todos sus grandes hombres, les amargan la existencia y, generalmente, logran detener pronto sus triunfos», triste sería que siguiéramos dándole la razón.

5 comentarios:

Susana dijo...

Pues sí, hay más envidia que buen hacer. Un beso.

Brunetti dijo...

Una vez leí este alegato contra la envidia que, de simple, me pareció insuperable: "El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajeno como si fuera propio".

Así de sencillo y así de difícil.

¡Viva Santa Tecla!

Modestino dijo...

Buena receta¡¡¡ Viva siempre Santa Tecla¡¡¡¡¡

Driver dijo...

Amigo Modestino, como en todos los experimentos cientificos siempre hay una sencilla prueba que es de muy sencilla comprobacion.
En el caso de la envidia nos encontramos con el automovil.
Da igual que adquieras una tartana de octava mano, un tipico utilitario producido en cadena, un tres volumenes, un todo terreno, un deportivo o un ecologico coche electrico.
Siempre hay un conocido que te suelta el corolario español de la envidia contenida :
Queeeee, cocheeee nuevooo !
Si cometes el error de comentar el precio de adquisicion, se te informara con puntualidad que el cuñado de su carnicero te lo podia haber vendido por mucho menos; perooo hooombre, estas cosas se comentan entre amigos.
No falla.
Cualquier ocasion es buena para mostrar el inmenso poder del circulo al que perteneces, el alto nivel de influencia alcanzado y las proyecciones de futuras relaciones que su compañia te puede proporcionar.
...
Ahorrate ese capitulo Modestino y sigue viajando en autobus.
Es de los pocos trasportes con billete unico donde puedes disfrutar de una pelicula entretenida.
Sin envidias.

Modestino dijo...

Que real suena lo que cuentas. Un abrazo Driver.