28 de septiembre de 2014

Día de lluvia


El blog lleva días enganchado con la mantequilla de cacahuete, sin duda un post de serie B: en esto de los blogs también pasa como con las películas y hay post algo prefabricados por sí cae un "Oscar de la blogosfera", otros del "montoncillo" que no pasarán a la historia, casi de rutina o compromiso  y de vez en cuando puede salir alguno que hasta podría pasar a la posteridad ... dentro de unos límites y salvando las distancias, por supuesto. Hoy no se qué decir, pero necesito renovar la portada y tras mirar por la ventana, observo un domingo lluvioso, la calle vacía, el cielo oscuro, el ambiente gris y la poca gente que atraviesa el Paseo de las Autonomías andando deprisa y con pintas de estar deseando llegar a casa.

A mi amigo Brunetti le gustan los días así, con lluvia y necesidad de refugiarse en el nido, y hasta puedo comprenderle pues la situación puede favorecer la vida sencilla y familiar, practicar aficiones simples y poco onerosas como la lectura y hasta fomentar esos sentimientos poéticos que, quien más quien menos, todos tenemos aunque sea en ocasiones. Pero, no se bien por qué razón, los días lluviosos me bajan los ánimos, la moral y el entusiasmo; recuerdo que de niño mis peores días de colegio coincidían con la lluvia y que un chaparrón suele tener esa triste capacidad de estropear o suspender acontecimientos, viajes o encuentros que uno espera con ilusión.

Pero seamos positivos, pensemos que no hay mal que por bien no venga, emulemos a Brunetti y repitamos con elegancia y estilo la vieja tonada infantil: "que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva" ... 


3 comentarios:

Brunetti dijo...

Según un reciente estudio, al diez por ciento de la población le gusta los días oscuros o de lluvia, esos en los que el mundo se detiene, como si hubiera sufrido un desmayo. Me consuela saber que no soy el único que sufre esa rareza....

Bromas aparte, tengo comprobado que durante los días grises o lluviosos la gente está mucho más calmada, como si la lluvia sosegara al personal, lo cual, en mi profesión, siempre es de agradecer.

Pero la alegría dura poco en casa del pobre y ahora mismo estoy viendo que este lunes ha amanecido completamente limpio y despejado, así que el noventa por ciento de las criaturas volveréis a sentiros dichosos. Disfrutadlo!

Modestino dijo...

Que seais un 10% quiere decir que no sois pocos y a le vez sois selectos. Yo no me enorgullezco de preferir los días luminosos: me gustaría tener más capacidad poética y de reflexión.
Ayer vi un rato al Córdoba y juegan bonito.

Susana dijo...

A mi me gustan los dias grises. Un beso.