6 de agosto de 2013

Al final caes en la cuenta ... o deberías

Hay circunstancias, momentos, situaciones, ... en los que si te despistas corres el grave peligro de terminar considerándote importante. A uno le dan un cargo, asciende en el trabajo, lee una tesis brillante, consigue situarse a la cabeza en su gremio o es reiteradamente alabado por clientes, compañeros y superiores y no es difícil que se le suba a la cabeza, que vaya por la vida pisando fuerte, que incluso llegue a estar encantado de conocerse y, como consecuencia de todo ello, es capaz de terminar exigiendo a los demás que el trato y la consideración que cree merecer. Evidentemente no todo el mundo es capaz de encajar el éxito -real o aparente- de la misma manera, pero no es nada fácil eludir nuestra condición de humanos y quien más quien menos camina por la vida exhibiendo medallas y sacando pecho.

Lógicamente lo óptimo sería que cuando llega la gloria todos supiéramos encajarla con discrección y prudencia desde un principio, pero cuando menos, nos vendría bien ejercitar de vez en cuando la humildad y caer en la cuenta de nuestros defectos, de que posiblemente nuestros méritos no hayan sido tantos y de que vete a saber si hay gente por ahí que merecería estar por encima tuyo y no lo está. Pero hay algo mucho más eficaz que todo esto: alcanzar la conciencia de que el principal motivo para no presumir de importantes es la realidad de que no lo somos; nos evitaríamos muchos disgustos, frustraciones y ridículos si aprendiéramos a ver las cosas sin esa lente de aumento que tendemos a ponernos hacia nosotros mismos. La medicina adecuada para evitar presunciones y vanidades es el realismo al mirarnos al espejo, sin ninguna duda. Y es que no hay personas importantes, o dicho de otra manera, la importancia no la lleva el oropel, sino la virtud, y en esto nada tienen que ver títulos, cargos y medallas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Si el tema es saber manejar la fama el exito o el dinero cuando te llegan no puedo hablar por mi propia experiencia porque no me han llegado nunca, hoy soy optimista y espero que la vida me ponga a prueva a ver de que estoy hecha, y si cayera en esas torpezas espero tener un amigo cerca.


Modestino dijo...

Tranquila, cuando el éxito llega tras esforzarse y merecerlo es más sencillo, me parece, tener los pies en el suelo. Ojala la vida te ponga a prueba ¡¡¡¡ ;)

Driver dijo...

Hasta el más importante de los Emperadores que han sido, es incapaz de resistir la prueba del espejo.
Tras la ducha matutina, Carlomagno se miró desnudo ante el espejo de mineral pulido.
Vio lo que vio, pues inteligente era.
Un ser vivo que llegó desnudo al mundo, y que desnudo se despediría de él.
...
Aquel día mandó a sus emisarios a negociar un armisticio con el Gran Gesking Kant, dueño y señor de las tierras del actual Pakistán; pues decidió que ni una vida más merecía aquella conquista, y que era tiempo de empezar a construir un futuro mejor.
El Gran Alejandro Magno.

Modestino dijo...

Hitler, Stalin, Mao, ... hubo quien no debio mirarse al espejo.

Brunetti dijo...

Si quieres conocer verdaderamente a una persona, dale un cargo.

Modestino dijo...

En Aragón decimos: "si quieres conocer a Juanico, dale un carguico" ...