5 de agosto de 2011

Lecturas de verano III: Novedades antiguas



Me gusta indagar entre viejos autores de novela policíaca para sacar del baúl de los recuerdos viejas novelas que en su día facilitaron el ocio de los aficionados de la época; suele tratarse de relatos en los que la intriga y su posterior trabajo de averiguación se desarrollan en ambientes clásicos y con medios más bien rudimentarios, sin informática ni técnicas avanzadas de investigación, pero a los que no les falta ni interés ni las dosis adecuadas de misterio. En mis pasadas vacaciones metí también en la maleta un par de ejemplares de estas características.
















"El caso James Joyce"
Amanda Cross

Alfaguara. Madrid(1992)
198 páginas


Resumen:
La profesora Kate Fansler, infalible protagonista de las novelas de Amanda Cross, reúne en una casa de verano en Massachusetts a un variado grupo de personas que se ven envueltas en un espeluznante crimen. Con una mujer odiada por todo el mundo como víctima y un accidente como tapadera del móvil principal, el caso no tendría mayor trascendencia para la policia local. Sin embargo, detrás de ese crimen se encuentra la correspondencia de James Joyce con su editor y el destino final de su mejor manuscrito, nada menos que un original inédito, celosamente guardado por el genial escritor.


Hace tiempo que tenía ganas de leer a Amanda Cross; la primera vez que escuché hablar de esta antigua profesora de Humanidades de la Universidad de Columbia, cuyo verdadero nombre era, por cierto, Carolyn Gold Heilbrun, fue en uno de esos mails informativos que envía "Negra y Criminal" en el que se recomendaba su lectura- No se porqué razón pensé que dicha autora era una más de las grandes damas de la intriga británica, hasta que descubrí que había nacido en New Jersey ... tal vez por esta razón he encontrado en la novela de Cross ciertos aires de campiña británica.

Me ha gustado "El caso James Joyce": está bien escrito, posee cierta originalidad dentro del género policíaco y aparece un personaje, el de Kate Fansler, realmente interesante y lleno de personalidad; Fansler es una profesora culta y llena de iniciativa, marcadamente feminista, pero su feminismo es positivo, simpático y creativo, muy distinto del que pregonan algunas "tontitas del sistema" que corres por los pagos literarios españoles. Por lo que he podido averiguar hay muy pocas novelas de Amanda Cross traducidas al castellano, pero vale la pena hacerse con ellas para seguir disfrutando de autora y personaje.

La intriga está bien creada, aunque la autora parece pretender ir más allá, y dibujarnos un panorama interesante de personajes cuyos avatares describe con acierto, consiguiendo un marco en el que no faltan ni cierta profundidad filosófica ni la crítica social. Y, por encima de todo, estamos ante una novela con una altura cultural poco habitual en el género; así aparecen citas de autores del nivel de D.H. Lawrence, C.H. Lewis, Thomas Milton, Lewis Caroll, Bernard Shaw, Thomas Hardy y, evidentemente, James Joyce, con referencias frecuentes al "Ulyses" y "Dublinesses"; asimismo Cross recurre a mujeres avanzadas en su tiempo como Simone de Beauvoir, Doris Leassing y Virginia Woolff.

Es de agradecer también el toque de humor, elegante y poco acentuado, implícito en el estilo de la escritora norteamericana; Amanda Cross escribe con elegancia y frescura y consigue que sus libros se lean con agrado e interés especial. Hace ya mucho tiempo que estas novelas corren por el mercado, pero para mí ha sido un descubrimiento.













"Muerte en la rectoría"
Michael Innes

Planeta. Barcelona (1986)
199 páginas


Resumen:
Se ha cometido un crimen. El ilustre rector de la Universidad de San Antonio ha aparecido muerto en su despacho. Lo curioso es que el recinto estudiantil queda cerrado a partir de las nueve y sólo unas cuantas personas tienen la llave. El detective Appleby intentará comprender la psicología de los sospechosos para desenmascarar al asesino.


Había escuchado hablar mucho de Michael Innes, uno de esos autores de intriga británica que no suelen decepcionar; por fin ha pasado por mis manos una de sus más famosas novelas y puedo asegurar que, efectivamente, es británico hasta la médula. Al igual que en el caso de Amanda Cross, Michael Innes es un seudónimo, el de J.M. Stewart, profesor literatura del Christ Church College de Oxford.

Se trata de una novela de "lugar cerrado", pues la trama se desarrolla íntegramente en el recinto de una Universidad inglesa, la de San Antonio; por lo tanto podemos afirmar que no hay imagen más británica que ésta, con profesores sofisticados y algo anticuados, alumnos de élite y desayunos con huevos revueltos y bacon. Tras el crimen que da lugar a la intriga, el autor nos presenta a los personajes y poco a poco facilita que el protagonista vaya desenredando la madeja. Responde Innes a las estructuras clásicas de autores como Agatha Christie o P.D. James,pero hay que dejar bien claro que se haya bastante lejos de éstos en cuanto a calidad literaria.

El protagonista principal de ésta y otras novelas de Innes es el inspector de Scotland Yard John Appleby, un personaje bien dibujado, aunque hay quien le acusa de falta de carisma. No está a la altura del Adam Dalglish de James ni, por supuesto, del inefable Hércules Poirot que creo la gran dama del crimen, pero creo que sale bien parado en un elenco concursal de detectives famosos: es original, tiene carácter y resuelve con arte los misterios que se plantean.

No obstante, no me ha resultado fácil leer "Muerte en la rectoría", posiblemente porque lo he hecho en una edición de segunda mano, con páginas oscurecidas escritas a un espacio, pero también porque el autor se para demasiado en especulaciones y a la redacción le falta agilidad. Uno tiene que estar demasiado pendiente de retener distancias, habitaciones y otros datos similares y corre el peligro de perderse. Es posible que se deba a una traducción poco acertada, pero la lectura se hace frecuentemente espesa y no hay ni frescura ni tensión.

Innes escribió nada menos que 37 relatos sobre Appleby, y habrá que leer alguno más para hacerse una idea más completa de las posibilidades de este autor. De momento ya puedo decir que he leído algo de Michael Innes, pero la verdad es que esperaba más.


11 comentarios:

veronicia dijo...

El caso de James Joice... tiene las características típicas de muchas de las novelas de Agatha C. sofisticado ambiente ingles, un grupo cerrado de invitados en el que todos tienen motivo por lo que todos son sospechosos, y la casualidad de una mente prodigiosa que se encuentra allí para desentramar el misterio.

He curioseado algo más y me ha sorprendido que la protagonista Kate Fansler sea un alter ego además del personaje creado por su seudónimo.

veronicia dijo...

Queria decir sofisticado ambiente pero no ingles sino americano... en éste caso como la propia autora.

(seguro que desayunan huevos revueltos con bacon mermelada y toman té... si es un ambiente selecto y academíco... porque el café alli es francamente malo)

Modestino dijo...

Amanda Cross crea un ambiente que tiene algo de británico. Es curioso, pues hay quién siente repelús hacia lo británico: recuerdo que una vez presté a una persona "Laia sala del crimen" de P. D. James y me lo devolvió sin casi empezarlo pues afirmaba que no podía soportar lo tremendamente "british" que era.

tomae dijo...

...Me has hecho recordar mi época lectora de "Los Cinco", un día el profesor de Inglés del cole nos preguntó en medio de clase, si teníamos alguna curiosidad sobre la cultura Anglosajona en general;le pregunté porqué cuando leía esas lecturas me parecían tan deliciosos los desayunos (huevos, bacon, tostadas..."pum cakes")
... el me respondió ¡pues porque tendrías hambre!

veronicia dijo...

A mi me encanta ese el ambiente "britis" en novelas y películas y tendrá que ver con que de pequeña leía todo lo que caía en mi mano entre ello las coleciones de Richmal Cropton y A. Cristie... incluidos sus modales con su hora del té...
Ya había abandonado la infancia cuando probé un pudding, o un roast bef pero en mi mente infantil siempre fueron deliciosos.

veronicia dijo...

Tomae tanto leer "Los cinco" le llevé a mi madre un libro de recetas internacionales a ver si nos preparaba galletas de te!!! porque en mi casa sólo pastas Maria y a mi me daba una envida aquella gente...

tomae dijo...

Veronicia el otro día aprendí que si la hora del té eran las 17 (eso ya lo sabía) las 18 era el momento del Gintonic-s (eso no salía en las novelas de Los cinco)

...Quizá Modestino nos pueda aclarar si hay literatura al respecto ;)

Modestino dijo...

Respecto al Gin tonic me parece que hay más filosofía que lioteratura ... ;).

A mí me hacía gracia eso de la cerveza de jenjibre y el pastel de frambuesa.

veronicia dijo...

Tomae no me extraña nada, sabía por mi abuelo que estuvo en áfrica que la tónica incluye quinina que combate la malaria y al parecer curiosamente la ginebra con tonica la pusieron de moda ingleses para celebrar sus victorias (en la india segun la wiquipedia)... tan riutalistas ellos seguro que se extendió por todo el "imperio" con hora y todo.

(leyendo a A. Cristie o a A. C.Doile u otras novelas de detectives tambien sale la quinina y la tónica, pero la última referencia la tengo de un capítulo de CSI Nueva York)

Pero que Modestino arroje luz... creo que ya la ha arrojado llego un poco tarde...

tomae dijo...

...algo había oído de eso Veroncia, (no lo de tu Abuelo, claro)

Me ha contado una fuente fidedigna que tras el Boom de la Ginebra, (Hendriks ya es "batallera") El año que viene vendrá con fuerza el Vodka... Espero entonces los interesantes posts de Literatura Rusa, preparados por nuestro amigo Modestino...

Modestino dijo...

Tolstoi, Dostoyewsky, Puskhin, Chejov, ... la literatura rusa da para mucho.
El vodka con naranja -también llamado "destornillador" siempre me gustó.