El pasado jueves falleció en Sao Paulo Manolo Otero, un fulminante cáncer de hígado se lo ha llevado a la tumba a los 68 años. Ayer vía mensaje ya hubo quien de manera indirecta me retaba a tener el valor de sacar un obituario del artista madrileño e incluso es posible que un blogero que yo me se haya hecho alguna apuesta al respecto, y la verdad es que en cuanto he conocido la noticia de su muerte no he tenido ninguna duda de que así lo iba a hacer, pues tengo cosas que decir -incluso alguna que no he visto publicada en ninguno de los diarios de tirada nacional- y, aunque ni como actor ni como cantante lució una calidad excesiva, tuvo su protagonismo en aquella época de los años 70 en los que iniciaba mi juventud y en la que los solistas estrella entre los romanticones eran Nino Bravo, Raphael y Julio Iglesias, pero comenzaban a surgir nuevos intérpretes pastelones como Miguel Gallardo, Lorenzo Santamaría y el propio Manolo Otero.
Pero mis primeras noticias de Otero no vienen del mundo de la canción, sino de los repartos de teatro de la tele, pues siendo niño adquirí la costumbre de apuntar en unas cuartillas bastas que me habían dado en una papelera que visité con el colegio los nombres de los actores y actrices de "Estudio-1" y "Novela": en dichas listas aparecía entre otros el nombre de Manolo Otero; en concreto recuerdo que en una serie sobre la Pasión de Jesucristo que echaron en una Semana Santa el actor fallecido hacía de Jesús, aunque solamente aparecía en la última cena y, si no recuerdo mal, sin decir palabra alguna. Incluso ahora me entero de que trabajó como galán en la compañía de José Tamayo durante la 2ª Campaña Nacional de Teatro organizada por el Ministerio de Informacion y Turismo, compartiendo cartel con nombres tales como Javier Escrivá, Irene Daina, María Esperanza Navarro, María Bassó y José Vivó, y representando obras tan llamativas como el "Tartufo" de Molière, "La Molinera de Arcos" de Ruiz de Alarcón y "La Muralla China" de Max Fritz.
Por eso, al tener encasillado a Manolo Otero como actor, me llamó poderosamente la atención ver como figuraba en uno de los primeros programas de "La gran ocasión", un programa-concurso para cantantes noveles que comenzó en enero de 1972, se emitia los sábados por la noche y presentaba Miguel de los Santos; a dicho programa acudían aspirantes a la fama y recuerdo que la primera edición la ganó un tal Ricardo Jiménez, un hombre que en la vida real vendía electrodomésticos y que venció interpretando zarzuela. Otero quedó bien clasificado, pero no consiguió el triunfo final. Cantaba canciones en inglés del repertorio de Frank Sinatra y Paul Anka, entre otros, y en concreto me acuerdo de qué una de ellas era "Another day, another time"; el hombre tenía una voz grave llamativa -su padre fue cantante de ópera- y miraba hacia la cámara con mirada de conquistador. Leyendo el obituario de El Mundo me he enterado que compitió con Julio Iglesias cuando éste ganó el Festival de Benidorm con "La vida sigue igual" en 1968.
En 1974 el hombre dio el gran pelotazo con un tema que causó sensación: "Todo el tiempo del mundo", una canción que Otero no cantaba, sino que recitaba con voz muy sensual, como susurrando; la verdad es que la cosa era bastante "hortera", pero estuvo varias semanas en el número uno de los "hit-parade" españoles y el disco se vendió como rosquillas; Fernando Esteso hizo una versión en clave de humor que no tenía desperdicio. Tras este éxito se sucedieron otros: "María no más", "Vuelvo a ti", "Bella mujer", "te he querido tanto" y "Qué he de hacer para olvidarte"; todas ellas tenían el común denominador de la voz grave y el toque sensual. En 1977 participó como estrella invitada en el prestigioso festival chileno de Viña del Mar. Ahí se acabó el éxito de Manolo Otero en España y conforme se acercaba la década de los 80 su nombre desapareció del panorama musical español definitivamente. Manolo Otero se fue a Brasil y allí ha seguido su carrera musical hasta su muerte.
Manolo Otero también hizo películas, aunque de una calidad más bien ínfima -"El taxi de los conflictos" (1969), de mariano Ozores y "Juicio de faldas" (1969), de José Luis Sáez de Heredia, aunque también es cierto que formó parte, con papeles pequeños, de films del nivel de "Mi querida señorita" (1972), de Jaime de Armiñán, o "Del amor y otras soledades" (1969), de Basilio Martín Patino.
Y la fama del artista cuyas cenizas quedarán para siempre en Brasil le vino también por su boda con la vedette y actriz María José Cantudo, un matrimonio que duró cinco años y en el que coincidían un hombre que conquistaba a las mujeres con una mujer por la que perdían la cabeza los hombres. La Cantudo fue una de las más genuinas representantes de la España del destape, de esa apertura en forma de osadía exhibidora que aseguran le costó el puesto al entonces Ministro de Información y Turismo Pío Cabanillas; entre otras estaban las primas Estrada -Blanca y Susana-, María Luisa San José, Agatha Lys, Bárbara Rey, Nadiuska, ...
Salta a la vista que Manolo Otero no se encuentra en el Olimpo de los grandes artistas; ni sus interpretaciones cinematográficas y teatrales, siempre breves e intrascendentes, ni sus canciones con voz susurrante quedan para el recuerdo, pero forma parte de la historia de la farándula española y su disco "Todo el tiempo del mundo" fue todo un fenómeno de popularidad en su día. Descanse en paz.
Pero mis primeras noticias de Otero no vienen del mundo de la canción, sino de los repartos de teatro de la tele, pues siendo niño adquirí la costumbre de apuntar en unas cuartillas bastas que me habían dado en una papelera que visité con el colegio los nombres de los actores y actrices de "Estudio-1" y "Novela": en dichas listas aparecía entre otros el nombre de Manolo Otero; en concreto recuerdo que en una serie sobre la Pasión de Jesucristo que echaron en una Semana Santa el actor fallecido hacía de Jesús, aunque solamente aparecía en la última cena y, si no recuerdo mal, sin decir palabra alguna. Incluso ahora me entero de que trabajó como galán en la compañía de José Tamayo durante la 2ª Campaña Nacional de Teatro organizada por el Ministerio de Informacion y Turismo, compartiendo cartel con nombres tales como Javier Escrivá, Irene Daina, María Esperanza Navarro, María Bassó y José Vivó, y representando obras tan llamativas como el "Tartufo" de Molière, "La Molinera de Arcos" de Ruiz de Alarcón y "La Muralla China" de Max Fritz.
Por eso, al tener encasillado a Manolo Otero como actor, me llamó poderosamente la atención ver como figuraba en uno de los primeros programas de "La gran ocasión", un programa-concurso para cantantes noveles que comenzó en enero de 1972, se emitia los sábados por la noche y presentaba Miguel de los Santos; a dicho programa acudían aspirantes a la fama y recuerdo que la primera edición la ganó un tal Ricardo Jiménez, un hombre que en la vida real vendía electrodomésticos y que venció interpretando zarzuela. Otero quedó bien clasificado, pero no consiguió el triunfo final. Cantaba canciones en inglés del repertorio de Frank Sinatra y Paul Anka, entre otros, y en concreto me acuerdo de qué una de ellas era "Another day, another time"; el hombre tenía una voz grave llamativa -su padre fue cantante de ópera- y miraba hacia la cámara con mirada de conquistador. Leyendo el obituario de El Mundo me he enterado que compitió con Julio Iglesias cuando éste ganó el Festival de Benidorm con "La vida sigue igual" en 1968.
En 1974 el hombre dio el gran pelotazo con un tema que causó sensación: "Todo el tiempo del mundo", una canción que Otero no cantaba, sino que recitaba con voz muy sensual, como susurrando; la verdad es que la cosa era bastante "hortera", pero estuvo varias semanas en el número uno de los "hit-parade" españoles y el disco se vendió como rosquillas; Fernando Esteso hizo una versión en clave de humor que no tenía desperdicio. Tras este éxito se sucedieron otros: "María no más", "Vuelvo a ti", "Bella mujer", "te he querido tanto" y "Qué he de hacer para olvidarte"; todas ellas tenían el común denominador de la voz grave y el toque sensual. En 1977 participó como estrella invitada en el prestigioso festival chileno de Viña del Mar. Ahí se acabó el éxito de Manolo Otero en España y conforme se acercaba la década de los 80 su nombre desapareció del panorama musical español definitivamente. Manolo Otero se fue a Brasil y allí ha seguido su carrera musical hasta su muerte.
Manolo Otero también hizo películas, aunque de una calidad más bien ínfima -"El taxi de los conflictos" (1969), de mariano Ozores y "Juicio de faldas" (1969), de José Luis Sáez de Heredia, aunque también es cierto que formó parte, con papeles pequeños, de films del nivel de "Mi querida señorita" (1972), de Jaime de Armiñán, o "Del amor y otras soledades" (1969), de Basilio Martín Patino.
Y la fama del artista cuyas cenizas quedarán para siempre en Brasil le vino también por su boda con la vedette y actriz María José Cantudo, un matrimonio que duró cinco años y en el que coincidían un hombre que conquistaba a las mujeres con una mujer por la que perdían la cabeza los hombres. La Cantudo fue una de las más genuinas representantes de la España del destape, de esa apertura en forma de osadía exhibidora que aseguran le costó el puesto al entonces Ministro de Información y Turismo Pío Cabanillas; entre otras estaban las primas Estrada -Blanca y Susana-, María Luisa San José, Agatha Lys, Bárbara Rey, Nadiuska, ...
Salta a la vista que Manolo Otero no se encuentra en el Olimpo de los grandes artistas; ni sus interpretaciones cinematográficas y teatrales, siempre breves e intrascendentes, ni sus canciones con voz susurrante quedan para el recuerdo, pero forma parte de la historia de la farándula española y su disco "Todo el tiempo del mundo" fue todo un fenómeno de popularidad en su día. Descanse en paz.
16 comentarios:
Y también triunfó como actor radiofónico. Fue el protagonista masculino de la radionovela "Lucecita", que hizo furor en los primeros setenta.
Ahora no recuerdo la versión de "Todo el tiempo del mundo" que hizo Esteso, aunque me la imagino, pero sí otra, no menos exquisita, perpetrada por La Charanga del Tío Honorio y que se titulaba "Me paíce que hoy te atizo". A ver si las pillo en el YouTube. Feliz finde.
No sabía que interpretaba "Lucecita", de que cosas se entera uno.
De la versión de Esteso recuerdo que decía algo así como "Mi mujer se ha ido con el vecino, me han echado de la fábrica de gaseosas, ... tengo todo el tiempo del mundo ..."
¡Buenos días Modestino! ¡Vaya por Dios se ha muerto este pobre ex galán que estuvo casado con otra guapa "oficial": Mª José Cantudo...
Yo si me acuerdo de "Todo el tiempo del mundo" ¡hizo furor!¡Todo el día en la Radio!
Me pone triste que desaparezca gente muy vinculada a mi niñez, es como si se me fuera un trocito de infancia..y de vida...
¡Descanse en paz!
¡Mil gracias querido Modestino!
Afectuosamente en esta mañana de sábado en BCN triste y gris
Asun
Manolo Otero...Ufff. Recuerdo que me sabía de memoria eso de "tengo tiempo, todo el tiempo del mundo para pensar en nosotros..." Y que "alguien" me dijo "¿Qué es esta guarrada que estás escuchando?" ;-)
No recordaba ya esa voz grave...
He buscado en Youtube la parodia de Esteso y no la encuentro...
Bueno...Tuvo su momento de gloria. Y una muerte, cáncer de hígado, dolorosa.
Yo también estaba esperando este post, Modestino. Dudaba si primero escribirías sobre los Madriles.
Buen fin de semana, jurisconsulto.
Se me ha olvidado.
Descanse en paz, Manolo Otero.
Asumes, conforme vamos cumpliendo años vamos dejando gente en el camino, conozco un individuo que apunta todo personaje relevante que fallece ... y lógicamente cada vez apunta con más frecuencia.
La canción escandalizó en Su día, como el "O tu o nada" de Pablo Abraira ... sí las comparas con algunas de ahora son de lo más vastas.
El post de Madrid lo tengo que elaborar,va ver sí puede salir el lunes.
De la canción de Abraira sí que recuerdo parodia de Esteso (¿o era de Pajares?): se llamaba "O tú o tu hermana".
Ayer, al hilo precisamente del "bello Otero" (porque el bellotero sí que era Esteso), hablaba con una visitante ocasional de este blog de las canciones de aquella época que nos parecían tan atrevidas. Salieron varias italianas: "El jardín prohibido", "Bella sin alma", "Te amo" (la de Umberto Tozzi). Y luego me acordé de una española que se llamaba "Y yo también necesito amar", de un dúo que respondía por Ana y Johnny, de uno de los cuales, no recuerdo quien, me dijeron que era de Zaragoza.
Jo, qué tiempos. Y aún no había llegado Mecano...
... y "Hoy tengo ganas de ti", de Miguel Gallardo. Me acuerdo perfectamente de Ana y Johny, la canción comenzaba con un desgarrador "Liberame del pudor!, y muestrame un cielo confortador".
En aquellos tiempos era habitual que los miembros de la farándula acometieran cuantos proyectos se les ponían a tiro.
La industria de la cultura no estaba tan especializada como hoy en día, e igual te hacían un monólogo en un teatro, que escribían un libro de anécdotas, que se ponían a cantar a pesar de sus limitadas capacidades, que dirigían una tómbola benéfica, salían en el cine o se atrevían a irrumpir como elefante en cacharrería en ese medio novedoso y electromagnético de la televisión.
Yo los recuerdo como artistas valientes, donde el encanto personal era el motor que tiraba del carro y desdibujaba sus limitaciones.
Nos dejan un corolario, que hoy en día es digno de mención:
"Quien tiene la iniciativa lleva ganada media batalla"
Estoy esperando espectante a que fallezca la cantante Cristina Arévalo-Latorre , más conocida por "Cristina de los Stops".
Esa entrada no me la pierdo por nada del mundo.
Echo en falta una entrada homenaje a Puri Arroyo , una luchadora zaragozana de Lucha Libre que salía al cuadrilatero vestida de monja de clausura. Su nombre de guerra era "Puri Arroyo, la monja asesina"...¿te suena?
La pena.es qué Pedrito Rico muriera hace más de 20 años, aún quedan Karina, Luciana Wolf ... y Manolo Escobar.
¡Hombre!, ya puestos , antes merecen entrada Mary de Lis, Marga Castillo y Conchita Lucero.
A la primera tuve la suerte de verla en directo una noche memorable e inolvidable, con un grupo de amigos que a día de hoy, con toda seguridad, negarían haber estado allí.
En primera fila, en El Plata, con dieciséis años, y ella en el estrado nos miraba y cantaba "¡me gustan los hombres, me gustan los hombres , me gustas tú...¡trucutrú!
Y al gritar "¡trucutrú!" se pegaba un meneo de pecho que temblaba el misterio.
Muy principal, Mary de Lis.
Manolo Otero me suena a super antiguo,pero me producia cierta ternura este hombre.Fue siempre muy discreto y aunque guapo-oficial,no parecia vanidoso.De su ex esposa recuerdo la imitacion que hacian Martes y Trece.
El grupo este de Ana y johnny,ella mas que cantar gritaba como enloquecida.
Yo creo qué la historia de Ana y Johnny quedó reducida a la canción citada.
Pienso que en "todo tiempo del mundo", es de las canciones, que lo que realmente acompañan son los coros...
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