El pasado viernes por la tarde salí a dar una vuelta por Huesca: es un día que tiene un especial encanto, andas generalmente más relajado y puedes orear tus neuras profesionales y personales con paz y serenidad. Suelo aprovechar para darme una vuelta por la librería "Masdelibros" y ponerme al día de las últimas novedades editoriales, para entrar un ratillo en la iglesia de las Clarisas, donde esta el Santísimo expuesto casi todo el día, para dar una vuelta contemplativa por el Parque y para caminar un rato, que es algo aconsejado por mi cardiólogo casi con tonos imperativos. Cuando ya estaba en la calle recordé que los auriculares que utilizo para escuchar la radio o música en el portátil se me habían estropeado y busqué una establecimiento donde pudiera adquirir otros que los sustituyeran, ocurrencia que dio lugar a la anécdota que traigo hoy al blog, algo que me hizo recapacitar y comprobar que quizá andamos por la vida excesivamente despreocupados y ajenos a los problemas de loas demás, que en los tiempos que corren suelen ser bastantes y no de escasa entidad.
Encontré una tienda adecuada en una calle céntrica de Huesca, muy próxima a los Porches de Galicia, auténtico radio central de la "city", y entré en busca de mis nuevos "pinganillos"; el establecimiento tiene ya sus años y basta echarle una mirada genérica para comprender que tuvo tiempos de bastante mayor esplendor: allí venden material audiovisual y fotográfico, amen de hacer al parecer fotografías, recuerdo que allí me hice las primeras fotos de carnet al llegar hace diez años al Alto Aragón. Me dirigí a la única persona que se encontraba en el interior, una señora ya madura que me atendió con simpatía y soltura; opté por una de las opciones que me ofrecieron y al ir a pagar la señora me comentó que aunque no me lo creyera, esa era la primera venta que hacía en el día: comprobé que eran las 7 de la tarde y me quedé francamente anodadado.
Salí de la tienda pensativo y meditabundo; faltaba aproximadamente una hora para la hora normal de cierre de los comercios, y la pobre mujer se había pasado todo el día mano sobre mano esperando que alguien tomara la decisión de invertir en su establecimiento, algo que me parece tremendamente cruel y desalentador. La verdad es que me llamó la atención que no hubiera, como en ocasiones anteriores alguna que otra dependienta con aspecto de tal, imagino porque la situación ha obligado a prescindir de empleados y asumir los dueños la carga de la atención de un establecimiento que me temo condenado al cierre. Si nadie más optó como yo por comprar algo allí, todo el negocio del viernes 27 de mayo de 2011 fueron 12 €, circunstancia que me lleva a la solidaridad y la comprensión hacia quienes gobiernan la tienda y hacia todos aquellos que tienen que navegar en este mar de nuestros tiempos contra corriente, con pocos ánimos y con la esperanza quebrantada, porque este tsunami no respeta ni negocios inmemoriales, ni sustentos familiares ni decenios de trabajo abnegado. ¡Cómo han cambiado las cosas!, ¡en menudo abismo andamos metidos!.
Encontré una tienda adecuada en una calle céntrica de Huesca, muy próxima a los Porches de Galicia, auténtico radio central de la "city", y entré en busca de mis nuevos "pinganillos"; el establecimiento tiene ya sus años y basta echarle una mirada genérica para comprender que tuvo tiempos de bastante mayor esplendor: allí venden material audiovisual y fotográfico, amen de hacer al parecer fotografías, recuerdo que allí me hice las primeras fotos de carnet al llegar hace diez años al Alto Aragón. Me dirigí a la única persona que se encontraba en el interior, una señora ya madura que me atendió con simpatía y soltura; opté por una de las opciones que me ofrecieron y al ir a pagar la señora me comentó que aunque no me lo creyera, esa era la primera venta que hacía en el día: comprobé que eran las 7 de la tarde y me quedé francamente anodadado.
Salí de la tienda pensativo y meditabundo; faltaba aproximadamente una hora para la hora normal de cierre de los comercios, y la pobre mujer se había pasado todo el día mano sobre mano esperando que alguien tomara la decisión de invertir en su establecimiento, algo que me parece tremendamente cruel y desalentador. La verdad es que me llamó la atención que no hubiera, como en ocasiones anteriores alguna que otra dependienta con aspecto de tal, imagino porque la situación ha obligado a prescindir de empleados y asumir los dueños la carga de la atención de un establecimiento que me temo condenado al cierre. Si nadie más optó como yo por comprar algo allí, todo el negocio del viernes 27 de mayo de 2011 fueron 12 €, circunstancia que me lleva a la solidaridad y la comprensión hacia quienes gobiernan la tienda y hacia todos aquellos que tienen que navegar en este mar de nuestros tiempos contra corriente, con pocos ánimos y con la esperanza quebrantada, porque este tsunami no respeta ni negocios inmemoriales, ni sustentos familiares ni decenios de trabajo abnegado. ¡Cómo han cambiado las cosas!, ¡en menudo abismo andamos metidos!.
15 comentarios:
Sin dejar de lado el sentimiento de lástima hacia esta señora, tu entrada me hace pensar en aquella idea de que hay que adelantarse a los tiempos o adaptarse a ellos. Estoy seguro que cuando empezó este negocio "arruinó" a otros que entonces no se adaptaron. Es ley de vida.
No quiero alargarme, pero me recuerda al pequeño comerciante (botiguer) que no hace más que quejarse porque la gente compra en el centro comercial sin buscar el porqué (horarios, trabajo fuera de casa de los cabeza de familia, etc). Leí una vez de una frutería de barrio que se adaptó a los tiempos aceptando pedidos por internet que después repartía a domicilio. No sé, es un tema complicado
Sí que es complicado; es cierto lo de los comerciantes que se quedan anticuados y la tienda en cuestión da efectivamente un poco esa impresión, pero a la vez es sintomático de la crisis en que vivimos, que no parece perdonar a nadie.
Y eso de los encargos por internet me ha recordado, no se porqué, a la figura del chico de los recados.
¡Modestino, buenos días!
La anécdota me ha parecido sintómatica y deprimente...a mi cosas así, los pequeños comerciantes me las comentan todos los dias
Me temo que muchísimos establecimientos están condenados al cierre y ¡bien que lo siento!
Gracias por reflejar este aspecto de la realidad que debemos conocer.
Afectuosamente
Asun
Las ciudades se van convirtiendo en una especie de cementerio de establecimientos: la de tiendas, bares, comercios, ... que han ido cerrando estos últimos años.
Afecta más al pequeño comercio, pero creo que también a los grandes almacenes..incluso al omnipresente zara. Es una mera impresión por supuesto, pero hay menos público, y, cosa inaudita, se acercan las dependientas a ofrecerse por si necesitas algo...y no te creas, que si te contase lo que al profesional le cuesta cobrar...Gracias por la reflexión, un saludo.
Esa actitud de dependientes y dependientas acercándose a ver lo que quieres la he notado hace tiempo en "El Corte Inglés".
Modestino, en los comercios árabes tienen una costumbre muy arraigada desde hace siglos.
Si madrugas y vas a un zoco árabe en cualquier ciudad mediterránea, lo puedes comprobar.
Siempre hacen una rebaja a la primera compra del día.
Convencidos están que esta costumbre les trae suerte.
El primer movimiento de la mañana ha de ser humilde.
Y esto trae suerte.
Es una idea a emular eso de que el principio del día sea humilde.
Sí la rebaja en la primera compra la instaurasen en España la gente madrugaria más ...
Desde luego, Modestino...si fuiste tú el único que compró el viernes, teniendo en cuenta que el viernes por la tarde es un aperitivo del fin de semana... calcula un lunes.
Ya lo ha dicho Mariapi. Precisamente quería comentar lo vacíos que están Eroskis, Carrefours y este estilo de grandes superficies. También he corroborado lo que dices del Corte Inglés. Incluso la amabilidad en el trato ha subido muchos enteros.
Pero si no hay...no hay... Es un círculo vicioso. Y detrás de él, muchas personas que lo están pasando francamente mal.
Gracias, Modestino.
Y lo preocupante es que la cuesta abajo continúa y no se sabe cuando parará.
Menudo tema sunseta!
Al parecer el “bien segregado” que según quien no se debe, y según quien si ¿Cuál es? Los niños-as, y…en ese caso ¿quién tiene la potestad para “segregarles”? En una habitación de casa, en una aula del colegio, en un vestuario, en los 1.500 m. de la final de Atletismo de Barcelona 92? Los padres, el piscinero la FIFA (ay no la AIF, el fútbol es una cosa y las olimpiadoas otra)
Lo que quiero decir que la separción por sexo y actividades, no creo que sea algo que atenta al espíritu de que somos iguales ante la ley con independencia de sexo, religión etc…
Lo demás que si las hipontenusas o las catequesis se deben realizar por separado, supongo que habrá razones para todos los gustos, costumbres y tradiciones… Pero la raíz del problema es que si papá Estado, me ha de decir a mí, patrio potestatvio, si comento una “ilegalidad” “segregando “ con comillas y todo por llevar a mis Princesas, a que el Hada Madrina del bosque les cuente la magia de las Matemáticas junto al resto de las aspirantes con o sin aspirantos.
Saludos a todos
Huy Tomae ... que le has dado al botón equivocado ...
La sensación de impotencia y desesperanza que me ha creado ésta entrada...
Pues nada más lejos de mí voluntad qué crear desesperanza en nadie. Es bueno ser conscientes de cómo esta la situación y confiar en que esto remonte pronto.
Creo que Tomae se ha equivocado de ventana, Modestino.
¡Tomae! Casca eso en el Pensar y te contesto, que en el Cajón no toca ;-))))))
Publicar un comentario