6 de agosto de 2010

"El hombre que amaba a los perros", Leonardo Padura















"El hombre que amaba a los perros"
Leonardo Padura
Tusquets. Barcelona (2009)
576 páginas



Sinopsis: En 2004, a la muerte de su mujer, Iván, aspirante a escritor y ahora responsable de un paupérrimo gabinete veterinario de La Habana, vuelve los ojos hacia un episodio de su vida, ocurrido en 1977, cuando conoció a un enigmático hombre que paseaba por la playa en compañía de dos hermosos galgos rusos. Tras varios encuentros, «el hombre que amaba a los perros» comenzó a hacerlo depositario de unas singulares confidencias que van centrándose en la figura del asesino de Trotski, Ramón Mercader, de quien sabe detalles muy íntimos. Gracias a esas confidencias, Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de Liev Davídovich Bronstein, también llamado Trotski, y de Ramón Mercader, también conocido como Jacques Mornard, y cómo se convierten en víctima y verdugo de uno de los crímenes más reveladores del siglo xx. Desde el destierro impuesto por Stalin a Trotski en 1929 y el penoso periplo del exiliado, y desde la infancia de Mercader en la Barcelona burguesa, sus amores y peripecias durante la Guerra Civil, o más adelante en Moscú y París, las vidas de ambos se entrelazan hasta confluir en México. Ambas historias completan su sentido cuando sobre ellas proyecta Iván sus avatares vitales e intelectuales en la Cuba contemporánea y su destructiva relación con el hombre que amaba a los perros.

A Leonardo Padura lo tenía en lista de espera, pues me habían hablado maravillas de su serie de novelas policíaca protagonizada por el detective cubano Mario Conde; pero antes de enfrentarme con éstas ha surgido la oportunidad de leer "El hombre que amaba a los perros", un libro del que solamente había encontrado críticas positivas, aunque en este caso la realidad ha superado, si cabe, las excelentes expectativas con las que me había enfrentado a la lectura. Lo empecé hace ya tiempo, pero no he tenido prisa alguna por terminar, pues, aparte de ser un libro extenso -casi seiscientas páginas- es de los que gusta ir degustando poco a poco.

Pienso que no es una barbaridad hablar de que estamos ante una novela histórica; Padura trata un hecho real, como es el asesinato de Leon Trosky a manos del español Ramón Mercader, además de incluir en su argumento un extenso desarrollo de lo que supuso la revolución bolchevique a lo largo del siglo pasado y, muy especialmente, durante la durísima época de Stalin, un hombre que anduvo a la par del mismísimo Adolf Hitler como principal artífice de un auténtico genocidio. Y es que la novela supone, en mi opinión, una devastadora y contundente demostración de las nefastas consecuencias de la puesta en práctica de la ideología comunista.

Padura nos trae tres personajes magníficamente diseñados: dos históricos -Trosky y Ramón Mercader- y uno de ficción -Ivan Cárdenas-. A Trosky nos lo presenta como un soñador, convencido de los ideales que le llevaron a liderar con Lenin la revolución bolchevique que observa sorprendido la deriva a la que ha llegado el régimen de Moscú y la persecución implacable de Stalin contra cualquiera que, aún potencialmente, pueda hacerle sombra, persecución que tiene al propio Trosky como objetivo principal; el exilio provoca un hombre más humano y su vida y preocupaciones familiares lo convierten en un personaje relativamente grato; Mercader se nos muestra, por el contrario, como un ser fanatizado, con el cerebro preso de la ideología comunista que acaba convirtiendo la muerte del líder revolucionario en lo único que da sentido a su vida; muy tarde acaba dándose cuenta de su tremendo error.

Como queda dicho, hay un tercer protagonista, un cubano que vive en La Habana durante el régimen de Fidel Castro y que conecta con los anteriores al recibir las confidencias de un misterioso extranjero al que acompañan dos hermosos galgos rusos. Padura aprovecha para mostrar una imagen completamente negativa del actual régimen cubano y para completar el escenario de una ideología que comenzó con sueños de redención y acabó con un despertar de pesadilla.

Una de las grandes habilidades del autor del libro es el excelente manejo de los tiempos, cosa que no es nada sencilla cuando tiene que simultanear la historia del líder soviético en el exilio y la de su asesino catalán, debiendo poner en medio las andanzas de Cárdenas como hilo conductor de esa historia que con una enorme habilidad y un excelente tono literario nos va mostrando poco a poco, como quien descorre lentamente una cortina.


6 comentarios:

annemarie dijo...

También tengo a este Leonardo Padura en espera. Creo que todavia no le leí porque "en la parte detrás de mi cabeza" :)) me pregunto como convive con el gobierno: vive en La Habana, vive bien, viaja sin problemas al extranjero - y escribe. Es desconfortable, será estupidez mía, las críticas son todas buenas, y las tuyas son siempre acertadísimas.

Lenine dijo que no valía la pena que nadie luchara por el poder, porque el futuro del poder en la URSS después de su muerte sería inevitablemente del arquivista del Partido, que era Estaline, porque conocía todas las debilidades de todos. Estaline es responsable por la muerte de más gente que Hitler, es probablemente el mayor asesino de siempre, un verdadero heroe.

La foto de la portada es real, con la raza cierta de perros? Gran música, super!!!!!

tomae dijo...

Modestino, celebro tu vuelta, como el mundial, la canción de tu anterior post...y este titulo que traes tan sugerente...siempre lo dicen del perro...el mejor amigo del hombre.

Saludos desde la costadorada, playa larga...y los pensadores de oficio...

Modestino dijo...

No tengo ni idea de qué hace Padura en La Habana, pero su libro no deja nada bien al régimen de Castro. La fotosí es real, al menos eso dice la editorial ... aunque en el libro se habla de galgos rusos -borzois- y no tengo claro si los perros de la portada son tales.

Hay quien dice que es el hombre el que es el mejor amigo del perro ....;)

Anónimo dijo...

No me gusta ponerme en el papel de correctora literaria, pero el que rrealiza la sinopsis de la obra se equivoca al escribir los apellidos del asesino ( Muntaner por Mercader ) y del mismísimo Trotsky ( escribe Trosky y Tolstoy ). No tiene importancia, pero quería aclararlo. Respecto del libro, es excelente, riguroso, profundo y da un golpe artero en el hígado de la utopia comunista, dejándonos sin aire a todos aquellos que aún ( a pesar de los resultados que está a la vista )creemos en ella.

Modestino dijo...

Te agradezco la corrección, lo de Tolsoy fue un despiste puntual, lo de "Ramón Muntaner" fue un error propipciado por una confusión mental con un cantante de la "nova cançò" llamado así.

arkolano dijo...

http://arseniorodriguezquintana.blogspot.com.es/2012/06/leonardo-padura-el-hombre-que-susurra.html