18 de marzo de 2010

Esas vidrieras!!!!!



Estos días he descubierto cual era una de mis desgracias personales: haber tardado más de 50 años en conocer el interior de la Catedral de León; ya de pequeño aprendí que en materia de catedrales las dos grandes joyas que tenemos en España son las de Burgos y León, pero así como había comprobado "in situ" hace ya tiempo la verdad de esa afirmación respecto a la sede burgalesa, solamente había tenido ocasión de ver la de León por fuera y deprisa. He estado de domingo por la tarde a martes por la mañana en dicha capital y he podido enmendar a tiempo semejante déficit.

La verdad es que no soy capaz de describir una marco que solamente se puede valorar en su totalidad viéndolo en vivo y en directo; pienso que entrar en la Catedral de León y poder contemplar y disfrutar de esa maravilla de luz y color tiene que tener mucho que ver con lo que puede ser entrar en el mismo cielo. Y es que a la belleza, a la grandiosidad y al equilibrio se añaden la serenidad ambiental, la paz interior que invade tu alma según te enfrentas con lo que tus ojos contemplan y la sensación, casi la seguridad, de que allí mismo se palpa algo que trasciende, que uno entra en contacto directo con la divinidad.

El arte no tiene ni tiempo ni fronteras; cualquier persona medianamente "viajada" te puede describir manifestaciones espléndidas de la capacidad creadora de los hombres: el Museo del Louvre, la Muralla china, las pirámides de Egipto, la Torre Effiel, el Coliseo o el Partenon son lugares donde se extasian los cinco sentidos, pero tal vez sean las catedrales donde se pone de manifiesto como en ningún otro sitio la grandeza de las obras de los hombres, fundamentalmente en tanto en cuanto la grandiosidad de una catedral no es más que el fruto del deseo humano de dar gloria a Dios, la búsqueda de dar forma sensible el culto al Creador y con ello hacer más cercano lo divino a nuestros sentidos. Entrando en el recinto de la "pilchra leonina" uno se transporta a tiempos pasados, se identifica con el afán de quienes la construyeron de elevar un edificio que nos acerque a Dios y fortalece su necesidad de rezar.

En León hay otras cosas que justifican una visita: San Isidoro, con su Panteón de los Reyes, la llamada "Capilla Sixtina del románico", la casa Botines, el Barrio Húmedo, .... pero todo queda en segundo lugar ante el éxtasis de esas vidrieras y ya habrá tiempo otro día de hablar del resto.




10 comentarios:

ana dijo...

Siglo XIII; el siglo de las mujeres y de las catedrales. ;)

El arte gótico; expresión de inteligencia, matemática y fe.

La Pulchra Leonina; INMENSA.

Un abrazo Modestino.
(Aún queda mucho por ver así que... no quedará otra que el regreso) :))

Mariapi dijo...

Ya sé que en Arte no deben hacerse comparaciones, sólo es una historia de amor: Con la Catedral de León me hizo "tilín" el gótico, se convirtió en flechazo eterno en La Sainte Chapelle, y cada semana, para mantener el cariño, me paso por Santa María del Mar. Gracias por la crónica y las imágenes, Modestino.

Modestino dijo...

Santa María del Mar es otro monumento que me impactó desde el primer día.

Suso dijo...

Voy mucho por león y siempre paso por la Catedral, y no hay día que te sobrecojas porque la luz allí dentro es distinta y fantástica.

lolo dijo...

Fui a León a los 16 años. Y no es una edad en la que uno se fije tanto... pero esa Catedral aún la tengo en la retina; esa sensación de la que hablas. Esas vidrieras, qué maravilla.
Santa María del Mar fue mi segundo enamoramiento.
Y luego, el románico en Galicia.

Gracias por recordarmelo.

Modestino dijo...

Lolo, permítame que te añada el románico aragonés: el claustro de San Pedro el Viejo de Huesca, Santa Cruz de La Serós, San Juan de la Peña, Roda de Isábena, Iglesia de San Esteban y Santa María del Perdón de Sos, ...

sunsi dijo...

Bueno, Modestino. Pues llevo 49 años de mi vida sin haber visto esa maravilla que has relatado. No pasa de esos 49 años. De este año no pasa. El claustro de San Pedro el Viejo de Huesca... Sí señor...

Un saludo desde Tarraco. Aquí, ya sabes...mucha piedras de los romanos.

Rosaura dijo...

Impresionante tu descripción de la catedral por dentro, has descrito justo el efecto que se pretende conseguir en una Catedral gótica, la luz transfigurada, el espacio diáfano que pretende hacer sentir la unión con Dios, esa es la conclusión a la que llegan todos los historiadores del arte.
Estoy de acuerdo contigo en que no hay nada comparable a una catedral gótica, debe ser maravilloso vivir en una de esas ciudades sobre todo de Francia o Alemania con su gran catedral gótica, destacando sobre cualquier otro edificio y poder verla de lejos iluminada, sentirla como propia.
Yo esa sensación la tuve de forma muy intensa en la catedral de Chartres, antes de llegar a la ciudad por carretera la llevas viendo hace mucho, inmensa a lo lejos, y conforme te acercas la emoción va en aumento, no dejas de verla nunca por encima de todos los edificios hasta que consigues llegar a ella, ponerte debajo de sus torres diferentes y mirar hacia arriba, no puedes creerte estar allí, te das cuenta de las maravillas que es capaz de hacer el hombre.
Han pasado muchos años ya y recuerdo ese día como si hubiera pasado ayer.
Por sensaciones como esa decidí volver a estudiar arte, y aunque llevo muy poco creo que es lo mejor que he podido hacer.
Por razones obvias me ha encantado tu post, tengo que ir con urgencia a verla por dentro, me gustó por fuera pero por dentro todo el mundo coincide en que es muy superior, a la altura de las mejores del mundo, y Burgos es impresionante por fuera, debemos estar orgullosos de las dos.
Podrías hacer más comentarios de obras de arte, creo que es algo que suele gustar a casi todo el mundo.
Muchísimas gracias por el Post.

Modestino dijo...

Si repasas el blog, Rosaura, algunos comentarios más sobre obras de arte ya hay: San Pedro el Viejo, Colegiata de Bolea, ...

XanaLlión dijo...

Toledo en riqueza,
Sevilla en grandeza,
Compostela en fortaleza y
León en delicadeza.

Estos sencillos versos hablan de las cualidades de las catedrales de las ciudades nombradas.

Gracias por la entrada y una recomendación. También merece la pena ver las vidrieras por la noche, desde fuera, iluminadas por dentro.