8 de enero de 2010

El perro de la tienda



En la calle Duquesa Villahermosa de Huesca hay una ya "veterana" tienda de discos; se encuentra cerca de la Plaza López Allué y se trata de un establecimiento pequeño pero bien llevado y que suele tener un adecuado surtido de música de muy variados géneros; pero hoy no quiero hablar de dicho comercio, sino de un perro que suele estar en la puerta del mismo, un cocker spaniel grisáceo, con orejas largas y negras y que pienso ya tiene unos cuantos años.

No soy de esos que vibra con los perros, o tal vez sea más ajustado a la verdad decir que me falta soltura con estos animales, pero a la vez siempre he sido consciente que estamos ante unos seres que son verdaderamente "el mejor amigo del hombre" y que presentan unos valores de fidelidad y lealtad francamente reconfortantes.

La referida tienda es lugar de paso del café mañanero -algún día habrá que investigar porqué la gente le llama a eso tomar el "cafelito", que no se si es término acuñado por el Diccionario de la Lengua- y con frecuencia uno se topa con el cocker, que deja trascurrir las horas de apertura comercial contemplando a la gente que pasa. No le he visto nunca detalles de especial cariño, pero aún con todo me parece, sencillamente, un perro delicioso, un animal entrañable. Cada vez que lo veo, y ya llevo tiempo pasando casi todos los días por allí, me reconcilio con el mundo, siento una especial satisfacción de ver como en un tiempo donde priman tantas cosas que no me gustan, siguen perviviendo estampas tan nobles y agradables como la del perro fiel a las puertas de la propiedad de su amo: vigilante, leal y acogedor.

Y lo primero que tengo que decir del animalito es que aparenta ser un perro serio, epíteto que no se si es adecuado para un can, pero que a mí me parece que refleja la realidad: el spaniel de la tienda te mira impasible, y ofrece una imagen de serenidad, de paz interior que para si querríamos muchos humanos. Con un perro así no me importaría vivir, y mira que nunca he añorado hacerlo junto a animales de compañía.

Y además de serio, tranquilo; la gente pasa, le mira, le hace cucamonas y él continúa sin inmutarse, receptivo ante cualquier detalle de afecto, ante todo intento de juego o diversión, dispuesto a compartir ese trozo de calle, ese reducto de mundo que le toca. Si resulta difícil averiguar lo que esconde el pensamiento humano, vete a saber el de un perro, pero al menos a mí a éste no le veo ni un ápice de apariencia de egoismo, de envidia ni de vanidad: le veo como un perro sin aristas.

Se ha convertido en una parte más del ambiente de la calle, una parte entrañable y grata que añade valor cualitativo al enclave; ya he dicho que la tienda responde a las prestaciones que debe exigirse a un comercio de su naturaleza, pero el cocker spaniel que uno se suele encontrar a la entrada le añade solera.

Y es que es posible que los hombres deberíamos parecernos más a los perros, ... al menos en algo .... y, cuando menos, a alguno.

Nota: Aclaro que no tengo foto del animal, las que he puesto son de otros parecidos que encontré vía google.





7 comentarios:

Tommy dijo...

Preciosa canción ésta de Alberto Cortez con la que ilustras el tema de hoy. Hay muchos días en que escucharte resulta tan placentero como leerte, y hoy es uno.

Ah, feliz 2010 a todos.

Modestino dijo...

Alberto Cortez es, desde hace muchísimos años -allá cuando comenzaba la carrera- una de mis debilidades.

La canción "Callejero" se la escuché tararear en el año 1977 a un compañero de curso que con el tiempo formó parte de La Ronda de Boltaña y acabé incluyéndola en mi caijta de canciones especiales. Me gustaría hacer un hilo dedicado al cantante argentino, pero al hablar de un perro pensé que la aparición de "Callejero" era imprescindible.

Pero en espera están "En un rincón del alma", "Te llegará una rosa", "Cuando un amigo se va", "El abuelo un día", ...

Suso dijo...

Y la de "Como el primer día".

Por cierto, que el mejor amigo del hombre, de siempre se ha dicho, es el negro.

Brunetti dijo...

¿Es perro o perra, Modestino?

A mí me gustan más las hembras: por lo general, son más tranquilas y no tienen la necesidad de marcar continuamente el territorio. Y ladran menos.

Tintin dijo...

Lamento introducir una veta diferente en un artículo tan positivo y entrañable: no soporto la falta de civismo - todavía muy extendida, aunque es justo decir que se ha mejorado - de muchos guarros dueños de perros.

P.D: Desde mi ventana parece que estoy en Siberia. Por una vez los metereólogos han acertado.Estoy deseando ver el telediario y observar como cabecea y asiente el corresponsal de turno en el puerto de Navacerrada mientras le llega el sonido del locutor-busto de Torrespaña.¡ Abrigaos !

Modestino dijo...

quien opina que la cosa es al revés: es el hombre quien es el mejor amigo del perro;).

Creo que es perro, Brunetti, si bien no he investigado a fondo.

El tema de los dueños "cochinos" daría para otro hilo, amigo Tintín.

Anónimo dijo...

suso......ese nombre suena como a nombre de animal. solo un animal no puede leer un informe cientifico donde se dice fue descifrado el mapa genetico y quedo claro entre otras muchas cosas 2 que quiero nombrar: 1-que la especie humana es UNA SOLA solo existe una especie humana y 2- que el origen (espero que suso sea un animal que lee)repito "el origen del hombre ó raza humana esta en africa.
suso tus tataraa...raabuelos africanos sienten vergüenza de ese nieto ignorante, y eso que dice ser un hombre de mundo...ja que estupidez.