22 de diciembre de 2009

¡Qué grande Montalbano!












Andrea Camilleri es un veterano escritor siciliano -nació en 1925- que comenzó a materializar su vocación literaria tardíamente, pues hasta 1978 no se publica su primera novela; anteriormente Camilleri había destacado como guionista y director teatral y televisivo. Militante comunista desde muy joven, en su obra se ponen de manifiesto sus inquietudes sociales y su ideología, pero lo hace con una elegancia y una fina ironía que hasta resulta grata para quienes estamos en posiciones muy lejanas. Aunque se inicia como escritor en 1978, no es hasta 1994 cuando da a luz la primera entrega de quien va a ser su gran personaje y el cimiento de su mejor obra, el libro "La forma del agua" en el que aparece por vez primera Salvo Montalbano, el comisario de la inventada localidad siciliana de Vigata; no obstante, lo que Camilleri se ha inventado es el nombre, el resto es verdad: la Marinella de la ficción es la playa de Punta Secca, al lado de Marina di Ragusa, y Vigata es el pueblo de Donnalucata, aunque la comisaría de policía que dirige Montalbano, así bautizado en homenaje a Manuel Vázquez Montalbán, está inspirada en la vieja alcaldía de Scicli, y muchos de los homicidios acontecen en el entorno de la capital de provincia, Ragusa, en la ficción Montelusa.

Las novelas protagonizadas por Montalbano son sencillamente deliciosas, de esas que uno lee sin parar y que están especialmente indicadas para esos fines de semana en los que uno necesita relax y no le apetecen ni trabajos retrasados, ni profundidades literarias ni vida social. Andrea Camilleri describe magistralmente el ambiente de una zona tan particular y a veces conflictiva como es Sicilia y nos presenta un personaje maravillosamente dibujado; Montalbano tiene un algo de ácrata, sin perder para nada sus convicciones profesionales que le llevan a defender la ley, a la vez es una persona tremendamente humana, algo que le hace grato al lector, le convierte en uno de esos personajes con los que uno se identifica. Camilleri, además, nos presenta al comisario de Vigata como algo más que un personaje que busca resolver una intriga, así sus amoríos, sus tensiones personales y sus inquietudes sociales también quedan reflejadas en las novelas, sin olvidar la frecuente referencia a sus gustos culinarios, algo que parece intrínseco en los personajes de ficción de la novela de intriga italiana, como lo demuestra Donna León con el inspector de policía Guido Brunetti, una especie de primo veneciano de Montalbano del que no tardaremos en hablar.

Las historias que nos plantea Camilleri tienen intriga, muy frecuentemente relacionada con las ambiciones humanas, las trampas de la política y los vicios personales, aunque el contenido de aquéllas va mucho más allá del simple nudo gordiano de la historia, porque Camilleri se recrea con los ambientes y los personajes, y dota al libro de una unidad y cohesión que no se limita a esperar un desenlace, algo que acaba importando menos al lector que el aprovechar una novela bien escrita en la que el autor se ha preocupado de hacerla amena y divertida.

Aunque hace ya tiempo que quien sabe del tema me aseguró que estaba ante una apuesta segura, voy con retraso en la lectura de la serie de Montalbano y solamente he leído los cuatro primeros, cuando ya hay 15 entregas. Dejo constancia de estas cuatro primeras entregas y ya iré reflejando en post sucesivos los siguientes.

"La forma del agua"
Andrea Camilleri
Salamandra. Barcelona (1994)
221 páginas.


En esta ocasión, un conocido político y empresario aparece muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reina la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido d un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones intimas con una persona desconocida. Sin embargo Montalbano no se fía, y armado con su natural olfato para los comportamientos extraños, se propone descubrir la trama sexual y política que se esconde tras el presunto crimen.



"El perro de terracota"
Andrea Camilleri
Salamandra. Barcelona (1999)
253 páginas.

Diversas tramas surcan las páginas de este libro. Un robo absurdo en un supermercado, el encarcelamiento un tanto estrambótico de un capo de la mafia, un asesinato cometido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a pesar de la firme determinación con que Montalbano afronta la resolución de estos casos, su auténtica pasión es descifrar el contenido simbólico que encierran. "Todo crimen conlleva un mensaje, la cuestión es conocer el código de quien lo ha escrito", le recuerda un excéntrico sacerdote al comisario.


"El ladrón de meriendas"
Andrea Camilleri
Salamandra. Barcelona (2000)
240 páginas.


En esta ocasión el comisario debe investigar el asesinato de un comerciante jubilado, cuya amante, una joven tunecina desaparecida tras el crimen, es objeto de todas las sospechas. Sin embargo las pesquisas guían a Montalbano hacia el turbio mundo de los servicios secretos y su sucia guerra con el terrorismo internacional. La razón de Estado se ve sometida a su implacable instinto de justicia, "quijotesco" según uno de los agentes secretos. Al mismo tiempo, la trama nos reserva sorpresas inusitadas, como un Montalbano profundamente conmovido por el destino del hijo de la joven acusada hasta el punto de proponerle matrimonio a su tan paciente como lejana compañera Livia.



"La voz del violín""
Andrea Camilleri
Salamandra. Barcelona (2000)
237 páginas.


Esta novela, perteneciente a la serie de Montalbano, refuerza aún más ante sus lectores la personalidad del escéptico, irónico y en ocasiones melancólico inspector de policía. La aparente paz siciliana se ve trucada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un médico boloñés, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crímen, aparte de un misterioso violín guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación. No cree a nadie, no se fía de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso pero él, ni hablar. Transitando los límites de la legalidad como es su costumbre, Montalbano ha de relacionarse y pacta con los elementos más indeseables y abyectos del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.

Camilleri tiene otros libros formidables en los que no aparece Montalbano, muchos de ellos recreando épocas pretéritas y entre los que destaca uno francamente genial, "La desaparición de Pató", pero ya habrá tiempo de hablar de ellos.


6 comentarios:

annemarie dijo...

Vivan los detectives ácratas, escépticos, humanos! :))

Modestino dijo...

Sí, las novelas de Montalbano son novelas de "personaje", la personalidad del protagonista se eleva por encima de la trama y convierte al mismo en alguien con quien te identificas, que pasa a formar parte de tu lista de "favoritos".

Jorge Orús dijo...

Grandioso. Me recomendaron Camilleri de regreso de unas vacaciones en Sicilia para intentar comprender es mundo aparte que es la isla, pero es un tratado sobre la condición humana.

ana dijo...

Yo de este autor leí en verano "El olor de la noche". Y me gustó mucho. Me animó a seguir indagando en la lectura de novelas detectivescas. Montalbano es un personaje genial... hubo un pasaje en el que me encontré a mí misma riendo a mandíbula batiente... Este autor redondea personajes entrañables. Me gustó mucho. Es de mis favoritos. Gracias por esta entrada, que sin duda lo hacen más apetecible.

Saludos.

Modestino dijo...

Una de las cosas que he observado en Camilleri es que, a diferencia de otros autores de novelas policiacas, le quita drama a las muertes, tal vez sea por las especiales características de Sicilia -no lo se-, pero aún habiendo unos cuántos cadáveres en cada libro, más bien parece una comedia que un drama.

Udi dijo...

Excelente personaje, casi le hace olvidar a uno que es policía. Casi humano, miren...