"La música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá."
(Robert Schumann)
Robert Alexander Schumann nació en Zwickau, una ciudad alemana situada en una zona montañosa de Sajonia el 8 de junio de 1810 y murió 46 años después en Endenich, localidad cercana a Bonn; fue un compositor de la época del romanticismo y uno de los músicos de mayor fama en la primera mitad del siglo XIX. De la obra de Schumann podrían hablar mucho mejor que yo quienes sean más expertos en la materia. Yo, simplemente me he quedado con la frase escrita más arriba. Recuerdo que me lo comentaba un compañero de promoción hace muchos años, casi 25, y creo que tiene razón: una de las razones por las que la música clásica supera a la moderna se encuentra en que el escucharla facilita la posibilidad de orar.
Y es que muchas veces hacer oración no es más que conseguir el reposo del alma, la paz interior, el descanso de un espíritu agitado por los aconteceres, las preocupaciones y los sobresaltos de la vida. Y esa música puede suponer una ayuda formidable para encontrar ese contacto con Dios. No cabe duda que con el fondo de la 5ª sinfonía de Beethoven, una cantata de Bach, un nocturno de Chopin, el "Serenade" de Schubert o el "Adagio" de Albinoni resulta más sencillo encontrar ese punto de elevación que nos traslada a la cercanía del Creador.
Aunque a veces lo parezca Dios no es un personaje lejano que permanece en las alturas, ausente de los problemas de quienes deambulamos por este mundo, lo que pasa es que unos se niegan a buscarlo, otros lo rechazan y algunos tal vez tienden a buscarlo con mirada esquiva o con simples arranques de voluntarismo; pero el camino tal vez sea más sencillo, como lo es ir entrando en los acordes suaves y elevados de la música más selecta.
Por desgracia, y a diferencia de buena parte de mi familia, no soy persona de excesiva formación musical, pero nunca es tarde y la experiencia ayuda a buscar el modo de recuperar el tiempo perdido.
4 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=gAEPApCWeww
Te dejo una melodía. Cada uno siente las notas a su manera, pero si estas notas te dejan en el alma la mitad de lo sentido en la mía, me alegraré siempre de haberla dejado aquí.
Que descanses. Es tarde ya.
Preciosa la melodía, francamente buena y apropiada al tema. Claro que dejan poso en el alma¡¡¡.
Modestino... Sacas a la luz un tema... A veces, esa relación con el Creador, con el Padre... se descubre tarde. No sé si la razón es que la queremos analizar, destripar... en lugar de dejarnos encontrar.
Hace poco, me prestaron dos libros. En ellos he leído cosas nuevas que van en sintonía con tu post:
"Ora a tu Padre" y "Dime una palabra", de Jean Lafrance.
Gracias por esta entrada.
Un saludo desde Tarraco
Libros de los que tomo nota.
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