Anoche tuve en Zaragoza una cena con amigos. Un antiguo conocido de Huesca y su mujer tienen una "peña caracolera" y periódicamente organizan una cena con caracoles, cada vez en un restaurante distinto. Como hay que ir y volver a Huesca y se suele hacer tarde no me prodigo siempre, pero de vez en cuando me dejo caer con un grupo de personas diverso, simpático y fundamentalmente sano. Ayer los caracoles fueron en el "Quart", local ubicado en la calle Cesáreo Alierta y que antes, al parecer, se llamaba "La sal". El menú fue excelente, e incluso hubo alternativa para quienes no somos excesivamente "caracoleros", y es que estos moluscos no son la parte más importante del montaje: es aún mejor el buen ambiente y la ocasión de desintoxicarte un poco y aparcar los problemas de cada día, algo de lo que estoy y estaré necesitado en estas semanas.
El momento mejor fue el colofón. Había oído hablar en las dos anteriores ocasiones que asistí al evento del "Garito de Gareta", un pequeño establecimiento ubicado en la calle del Rincón, en la zona de San Miguel, donde no solamente se acude para tomar las copas de rigor, ya que allí van muchas personas de Zaragoza a las que les gusta cantar.
El dueño se llama Jesús Gareta, quien al parecer es hombre muy vinculado al mundo musical de la capital maña. El sitio es pequeñito y decorado en plan "kirsch".
Ayer había un ambiente estupendo; Gareta y un cliente cuya cara no era nada desconocida y que también ducen ha dedicado buena parte de su vida a la música, cogieron sendas guitarras y los espontáneos del día fueron entonando sus canciones, casi siempre muy bien. Hubo tangos, rancheras y boleros: "Deja que salga la luna", "El cambalache", "María Dolores", "La flor de la canela", "Caballero de fina estampa", "El viejo amor", .... los guitarristas, como bien decía mi amigo Vicente, se encontraban cada vez más a gusto, y no faltaron las jotas, interpretadas por un individuo solitario, de impecable blazer y aires clásicos y por Fernando, la aportación de los "caracoleros" al show.
Quedaba el arreón final: un ciudadano que canta a Sabina mucho mejor que el propio Sabina quien se sacó de la cartera dos maravillosas versiones de "Y nos dieron las 10" y "19 días y 500 noches". Cuando nos fuimos aún seguía la cosa, se comentaba que una vez actuado "Sabina" aún faltaba por llegar "Serrat", daban ganas de quedarse a ver amanecer, pero no cabían más excesos por permitirse.
Hay momentos especiales, ocasiones en que uno se encuentra especialmente a gusto, instantes que no te gustaría que terminaran, aunque cuando terminan su regusto grato y sano permanece mucho tiempo.
Gracias a Vicente y a Amparo, a José Luis y a Luisa, a Carlos y a María Eugenia, a Fernando y Roxy, al otro Carlos, ... a todos.
5 comentarios:
"... instantes que no te gustaría que terminaran, aunque cuando terminan su regusto permanece mucho tiempo".
Ya lo creo que permanecen...
Emocionado y agradecido post. Enhorabuena por tus amigos.
Gracias a todos los amigos de la peña, por su simpatía, por brindarnos todos los meses su compañía, consolidando lazos de amistad,haciendo acopio de los momentos buenos de la vida. Especialmente a los amigos que hacen el esfuerzo de desplazarse desde Huesca, Felipe, Carlos, Mª Eugenia y Carlos. Es una gran alegría el veros.
Y yo que creía que anoche estabas estudiando y llorando por las esquinas.....
Me encantan los caracoles, en cualquiera de sus múltiples versiones, aunque los que hacen 'a la llauna' en Lérida son mis preferidos.
Ayer necesitaba un sitio y una ocasión de desconectar, oxigenarme ... y la encontré.
Ya sabes que uno tiene sus reductos;).
Pequeños momentos unicos e irrepetibles, que te hacen amar la vida. Deseos de una proxima ocasión, sobre todo porque en alguna rama del arbol genealogico debe de existir alguna sub-raiz común.No estaria mal quedar a cenar en algun lugar "Kitsch" y degustar una "quiche" acompañada de un licor "Kirsch". Muy afectuosos saludos,Modestino.
Publicar un comentario