En el Atlético de Madrid de los años 60 y 70 militaba un ariete espigado y discreto que se llamaba José Eulogio Gárate. Había nacido en Argentina en 1944, aunque por pura casualidad, pues los padres del chico vivían en Eibar, a Gárate se le ocurrió venir al mundo durante una visita que éstos realizaron a sus abuelos, exiliados en la guerra civil y que vivían en el país sudamericano.
Gárate jugó sus primeros años en el equipo eibarrés, de donde pasó al Indauchu, un conjunto de Bilbao que llegó a militar en 2ª División. Cuentan los entendidos que Gárate no llegó a jugar en el primer equipo del Athletic porque por aquel entonces la interpretación de la exigencia del origen vasco de los jugadores que podían formar parte de la plantilla de los leones no solamente no era lo amplia que es ahora, sino que resultaba enormemente restrictiva: por la misma razón Chus Pereda acabó en el Barça y Miguel Jones, un rápido extremo de color, en el Atlético de Madrid, al igual que Gárate. El ariete fichó por el equipo colchonero en 1966 y jugó once temporadas allí. En ese periodo conquistó tres campeonatos de Liga (temporadas 69-70, 72-73 y 76-77), dos de Copa (1972 y 1976) y una Copa Intercontinental (1974), consiguiendo en tres ocasiones el trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga, aunque siempre compartiéndolo con otros jugadores (con Amancio en la temporada 1968-69 -14 goles-, otra vez con el gallego y con su compañero Luis en la siguiente -16 goles- y con Carlos Rexach en la 1970-71 -17 goles-).
A mí me encantaba Gárate: no era un delantero centro estático, sino que sabía moverse por todo el área y caer a las bandas, tenía buen disparo y un remate de cabeza certero. Pienso que fue el delantero centro más completo de su época, aunque es posible que Santillana fuera más espectacular, habiendo de competir con otros buenos arietes como Quino, Ansola, Arieta y Quini. Pero por encima de todo, Garate era un jugador elegante, conducía el balón con un saber estar y una armonía notable y dentro del campo era todo un caballero. En un mundo donde imperaba el mal estilo, la trampa traicionera, la provocación rastrera y el recurso al insulto y la agresividad, llamaba la atención observar a un hombre como Gárate, al que los grandes centrales de la época repartían estopa por doquier, levantarse sin decir una palabra de mas ni tener un sólo mal gesto tras recibir una tarascada detrás de otra. Eran tiempos donde había defensas verdaderamente temibles, como los madridistas Pedro De Felipe y Goyo Benito, los realistas Martínez y Gorriti o la célebre dupla sudamericana que formaban en el Granada Fernández y Aguirre Suárez. Gárate estudio la carrera de ingeniero industrial y no cabe duda de que se comportaba como un autentico "ingeniero del área". También llamaba la atención su facilidad de palabra en una época donde los futbolistas representaban con frecuencia el papel de "desertor del arado". Me viene a la memoria una anécdota que se cuenta del gran Carlos Lapetra, perteneciente a una importante familia oscense, quien había estudiado Derecho y comido siempre caliente; el extremo zurdo de los magníficos contaba que en una ocasión acudió a la concentración de la selección nacional B y al llegar a la habitación del hotel se encontró con un gitano de casi dos metros que tendiéndole la mano le dijo "hola, zoy Mingorance".
José Eulogio Gárate formó parte de esa delantera mítica del Atlético: Ufarte, Luis Gárate, Adelardo y Collar, ataque al que con los años se fueron sumando jugadores del nivel de Irureta, Alberto, Salcedo y, con la llegada de extranjeros al fútbol español, el argentino Ratón Ayala y el brasileño Leivinha. El Atlético se caracterizaba por tener una defensa infranqueable (Ovejero, Panadero Díaz, Capón, Eusebio, Benegas, ..) y un centro del campo creador donde destacaban el gran Luis Aragonés y Jabo Irureta, un interior zurdo de nivel. Recuerdo un sensacional partido de Gárate y todo el Atlético frente al Dinamo de Bucarest en Copa de Europa y la desdichada final de dicho Torneo que los colchoneros tenían ganada frente al Bayern de Munich en 1974 hasta que en el último minuto de la prórroga un afortunado gol de Schwazenberg provocó un partido de desempate en el que los bávaros acabaron imponiéndose.
Pero, por encima de todo, quede el homenaje a un jugador de fútbol que se paseó por los campos de España y Europa demostrando señorío y fair play.
Arriba: Rodri, Martínez Jayo, Ovejero, Calleja, Iglesias y Adelardo.
Abajo: Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Salcedo.
10 comentarios:
Desde luego lo tuyo es afición y buena memoria, Modestino. Yo no me acuerdo ni de los jugadores que jugaron la temporada pasada...
Buen fin de semana!
Lo del fútbol ya no se sí es afición o psicopatía, pero a estar alturas creo que ya no tengo remedio;).
Seguro que sí te pones recuerdas unos cuántos: Etoo, Casillas, Xavi,...
A partir de mañana empezaré a vivir las jornadas de Liga.
A partir de mañana empezaré a sufrir las jugadas de muerte.
A partir de mañana empezaré a seguir los partidos de ida.
A partir de mañana empezaré a creer que sonríe la suerte.
(Homenaje -muy improvisado- al gran Modestino y al no menos grande Alberto Cortez).
AUPA ZARAGOZA
Caramba Tommy, Alberto Cortez es una de mis debilidades, no tardaré en sacar algo suyo por aquí.
Aunque en eso de la Liga este año el Zaragoza no se sí ha construido demasiados castillos en el aire.
No tengo ningún recuerdo de Garate, aún habiendo visto la Final de Copa del Generalísimo (la última) de 1976 entre el Atlético y el Real Zaragoza, que perdió 1-0 nuestro equipo con gol de Garate y arbitraje horrendo de Segrelles del Pilar.
Pero era un niño y... que no, que no me acuerdo de Garate.
Eres un crack memorístico, Modestino.
El gol de cabeza que aparece en la entrada es precisamente el que le valió al Atlético el título de Copa frente al Zaragoza en 1976. Creo que la portería del Zaragoza la ócupaba Junquera.
Fue una pena que Carriega no se pudiera despedir del Zaragoza con una Copa tras una Liga muy desafortunada que supuso el inicio del ocaso de los zaraguayos.
Segrelles del Pilar, colegiado valenciano, se retiraba del fútbol y al parecer se quiso premiar su mediocre trayectoria con la Final de Copa. Estuvo casero y contemporizador, como era de esperar.
Recuerdo que Violeta no pudo jugar la Final por acumulación de amonestaciones y que Pepe González mandó un trallazo al poste.
http://elhacha.es/?p=2078
Magnífico artículo el de Rubén Uría ... que deja por los suelos el mío, por cierto ;).
Al parecer era el ingeniero del gol y no del área.
No sabía que fue Heredia quien ocasionó la lesión que terminó con la carrera de Gárate. Heredia era un lateral bajito y casi sin cuello que vino al zaragoza a finales de 1975 procedente del Real Madrid, donde había jugado muy poco. Tenía aspecto de cualquier cosa menos de futbolista y era bastante duro, la verdad.
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