El día 9 por la mañana, como cada año, comenzaron las fiestas de San Lorenzo. El primer acto oficial es la renovación del hermanamiento con la ciudad francesa de Tarbes que se plasma con el izado de las banderas española y francesa en el mástil del Ayuntamiento mientras suenan los himnos nacionales respectivos. A mí es un acto que me gusta, sin dejar de reconocer que "La Marsellesa" es mucho más bonito que nuestra marcha real. Algunos años también se encuentran representantes de la localidad alemana de Odenkirchen y suena el himno alemán, también muy emotivo, aunque uno siempre ha escuchado que los alemanes en cuanto se ponen a cantar comienzan a preguntar donde se encuentran las escopetas.
Poco después se procede al acto de entrega de "La Parilla de oro", una distinción que el Ayuntamiento concede cada año a una persona o grupo de personas que ha prestado servicios destacados a la ciudad. Este año ha correspondido a "Hato de Foces", un grupo musical que ha cultivado la música popular aragonesa durante treinta años, cuando nació con la intención de resucitar muchas de las canciones de nuestros antepasados que actualmente se estaban perdiendo u olvidando, y tomó su nombre de un lugar de paso y reunión de pastores en el Somontano oscense, donde, al caer el día, se recogían con su ganado. Entre sus ocho componentes se haya José Luis, quien sabe compaginar sus capacidades musicales con el ejercicio de las de hacer Derecho. Los políticos de turno aprovechan para decir unas palabras y los alcaldes de Huesca y Tarbes para intercambiar regalos.
La mañana termina con el chupinazo, un cohete que a las 12 en punto del mediodía da la señal de salida a las fiestas; no voy a cargar las tintas, pero de unos tiempos a esta parte la cosa se ha ido de las manos y tal chupinazo se ha convertido en una ocasión de excesos y desmadres que, afortunadamente, se va rebajando conforme avanza el día hasta convertir las fiestas en un conjunto de alegría y sano divertimento, eso sí con alguna excepción.
Esta primera mañana, que por "exigencias del guión" me tengo que tragar cada año se acaba convirtiendo en un subir y bajar escaleras, aguantar esperas y discursos y tratar de evitar ser bañado en vino o cerveza, eventos que se van llevando con la grata compañía de amigos y conocidos que suelen repetir cada año. Y a mitad de las escaleras del Ayuntamiento me sucedió la anécdota del día, absolutamente personal, supérflua e intrascendente pero que no he podido evitar reflejar en el blog.
Apuraba yo las referidas escaleras cuando me encontré con un reducido grupo de chicas jóvenes -creo que eran tres-y una de ellas, rubia y bien parecida, se dirigió a mí y con todo descaró me llamó "¡Guapo!"; hacía mucho, muchísimo tiempo que nadie me calificaba con tal epíteto, quien sabe si desde mi infancia y adolescencia, y bien claro tengo que lo que animaba a esta joven oscense no podía ser más que hacer una gracia o cumplir una apuesta, pero no pude evitar quedar "encantado". Estuve un rato hablando con ella y sus acompañantes -una de ellas había venido de Sevilla y las otras, ya dije que pienso que había dos más- eran de Huesca y me gustó mucho la naturalidad de mi sorprendente admiradora, que rezumaba simpatía y tenía una mirada bien limpia.
La moza podría ser mi hija y no tengo ni aptitudes ni hechuras de Don Juan: en este caso sería además ridículo en injustificado, pero me alegró el día, una víspera de San Lorenzo que había empezado en la madrugada con una tormenta espectacular y que en el final de la mañana me trajo uno de esos breves momentos que no se sabe por qué uno recuerda con simpatía.
Poco después se procede al acto de entrega de "La Parilla de oro", una distinción que el Ayuntamiento concede cada año a una persona o grupo de personas que ha prestado servicios destacados a la ciudad. Este año ha correspondido a "Hato de Foces", un grupo musical que ha cultivado la música popular aragonesa durante treinta años, cuando nació con la intención de resucitar muchas de las canciones de nuestros antepasados que actualmente se estaban perdiendo u olvidando, y tomó su nombre de un lugar de paso y reunión de pastores en el Somontano oscense, donde, al caer el día, se recogían con su ganado. Entre sus ocho componentes se haya José Luis, quien sabe compaginar sus capacidades musicales con el ejercicio de las de hacer Derecho. Los políticos de turno aprovechan para decir unas palabras y los alcaldes de Huesca y Tarbes para intercambiar regalos.
La mañana termina con el chupinazo, un cohete que a las 12 en punto del mediodía da la señal de salida a las fiestas; no voy a cargar las tintas, pero de unos tiempos a esta parte la cosa se ha ido de las manos y tal chupinazo se ha convertido en una ocasión de excesos y desmadres que, afortunadamente, se va rebajando conforme avanza el día hasta convertir las fiestas en un conjunto de alegría y sano divertimento, eso sí con alguna excepción.
Esta primera mañana, que por "exigencias del guión" me tengo que tragar cada año se acaba convirtiendo en un subir y bajar escaleras, aguantar esperas y discursos y tratar de evitar ser bañado en vino o cerveza, eventos que se van llevando con la grata compañía de amigos y conocidos que suelen repetir cada año. Y a mitad de las escaleras del Ayuntamiento me sucedió la anécdota del día, absolutamente personal, supérflua e intrascendente pero que no he podido evitar reflejar en el blog.
Apuraba yo las referidas escaleras cuando me encontré con un reducido grupo de chicas jóvenes -creo que eran tres-y una de ellas, rubia y bien parecida, se dirigió a mí y con todo descaró me llamó "¡Guapo!"; hacía mucho, muchísimo tiempo que nadie me calificaba con tal epíteto, quien sabe si desde mi infancia y adolescencia, y bien claro tengo que lo que animaba a esta joven oscense no podía ser más que hacer una gracia o cumplir una apuesta, pero no pude evitar quedar "encantado". Estuve un rato hablando con ella y sus acompañantes -una de ellas había venido de Sevilla y las otras, ya dije que pienso que había dos más- eran de Huesca y me gustó mucho la naturalidad de mi sorprendente admiradora, que rezumaba simpatía y tenía una mirada bien limpia.
La moza podría ser mi hija y no tengo ni aptitudes ni hechuras de Don Juan: en este caso sería además ridículo en injustificado, pero me alegró el día, una víspera de San Lorenzo que había empezado en la madrugada con una tormenta espectacular y que en el final de la mañana me trajo uno de esos breves momentos que no se sabe por qué uno recuerda con simpatía.
14 comentarios:
Ayyyyyyyyyyy Modestino de mi vida, que diría la zarzuela, pero que cachondo eres y que fino sentido del humor has "desarrollao". Por mucho que te esfuerces en dulcificar esos excesos que llamas, te veo como un dandy en medio de los lamparones, pero me maravilla como sabes sacarle la mejor cara a cada situación.
Un abrazo y hasta pronto
Con papadilla y algo de barriga, poco dandy se puede ser.
Otro abrazo.
Si te llamó guapo-¡que fue una exclamación!- es que eres guapo. No le des más vueltas.
Bueno, pues prepárate para los piropos que puedes recibir mañana por la noche, aunque la ocasión no exija ir de etiqueta.
Huy, a lo largo de estos días el ir vestido de etiqueta supone más bien arriesgarte a abucheos que a piropos. Está mañana un grupo de mozos que estaban almorzando en la terraza del Bar "Las Heras" me han llamado con recochineo "rector"... no se que entenderán por eso.
Y luego a un vecino tuyo de despacho y a mí nos han abordado tres auténticos matracos que portaban un altavoz y nos han incoado "María Isabel", no tenían pinta precisamente de estar en Huesca haciendo un curso de doctorado.
Y mañana salgo con intención de estar con amigos del alma, sin otra pretensión.
Anda que... Modestino... esta juventud, que no se corta un pelo. Eso es lo que tienen las fiestas. Desinhibición total. Y a la que puedas, vístete de trapillo antes de que te duchen con vino. Es la única forma de pasar desaprcibido.
Y toma piropo. Dicen que es muy sano y que eleva la autoestima. Aunque a ti no te hace falta.
Que te diviertas... y que te dejen dormir. Ya ves que con lo de las noches tengo un trauma. Demasiado años in poder pegar ojo...
Un saludo desde un tranquilo y soleado Tarraco.
¿Qué no me hace falta?, Sunsi .... a nadie le amarga un dulce. Y más si quien te lo dice no es precisamente la nieta de Lola Gaos ni la hija de Loles León.;)
Enhorabuena, querido Modestino! :))
Querida Annemarie¡¡¡, bienvenida d enuevo por estos lares. Ni te figuras lo que se te ha echado de menos.
Perdón , perdón... Venga, que sí, que a todos nos viene bien que nos digan cosas bonitas. Y no vas a ser tú precisamente la excepción.
Retiro lo dicho...
Complicaciones, complicaciones... Gracias por tus amables palabras.
Espero, Annemarie, que esas complicaciones se hayan resuelto, y si no, todo mi apoyo y todo mi cariño.
Sunsi, no hace falta que me pidas perdón, ya sabes que manos blancas no ofenden.
También yo celebro tu reaparición, Annemarie. Ya ves que, con o sin piropos, Modestino sigue siendo el buen tío que ha sido siempre.
No me extraña que esa chica te piropeara, Modestino: recordarás que la semana pasada, el amigo común J. y yo coincidimos en que tenías un aspecto formidable; que parecías un joven de 'treintaitantos' en plena forma. Se nota que la vida te trata bien.
Disfruta recordando ese momento para ti sublime, querido amigo, que los gorrazos y los gruñidos vendrán por sí solos, sin necesidad de llamarlos.
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