29 de julio de 2016

Eric Clapton se retira

Lo leí ayer  y me impresionó; no se si es novedad o se trata de una hecho que se viene gestando desde hace tiempo con mayor o menor publicidad. La noticia es concisa y contundente, Eric Clapton dejará los escenarios: el músico padece una "neuropatía periférica" que compromete el movimiento de sus brazos y piernas, hecho que le impide poder realizar adecuadamente lo que mejor sabe hacer: tocar su guitarra. El manejo de la guitarra por Clapton era tan maravilloso que había merecido ser llamado ‘Slowhand’ (mano lenta), por la delicadeza con la que tocaba. El cantante, nacido hace 71 años en la localidad de Surrey, al sudeste de Inglaterra, ha mostrado una entereza ejemplar ante su situación: , considera “una gran cosa el estar vivo. Por alguna razón fui arrancado de las fauces del infierno y tuve otra oportunidad”, “Con todo derecho tuve que haber estirado la pata hace mucho tiempo”, “Debo encontrar la forma de lidiar con algunas otras cosas del envejecimiento”, ... son frases que acreditan la entereza y el buen estilo con el que se enfrenta al dolor el cantante británico.

La enfermedad de Eric Clapton nos recuerda la fugacidad de la vida, del éxito y de la plenitud de facultades. Es un buen ejercicio pensar en el futuro y tener en cuenta que, conforme pasa el tiempo más pronto que tarde, llegarán las limitaciones, que en ocasiones son grandes y duras de llevar, algo que no debe de amargarnos sino volvernos más humildes y conscientes de que necesitamos ayuda, de Dios para quien tenga fe  y del resto de los humanos.

 Para mí el nombre de Clapton va íntimamente unido al de "Tears in heaven", sin duda uno de sus temas estrella -ha habido muchos-, con una historia detrás realmente cruel, pues la balada fue escrita por el cantante junto a Will Jennings en memoria de Conor, hijo de Clapton, quien murió el 20 de marzo de 1991 al caer accidentalmente del piso 53 de un rascacielos en Manhattan a los 4 años y medio de edad. La canción es de una belleza estremecedora, transmite unos sentimientos que ponen la carne de gallina y será siempre un himno en homenaje a aquéllos que ya se marcharon, como en el caso de Conor, antes de tiempo.

Afortunadamente Eric Clapton sigue entre nosotros, no sólo con su presencia real, sino con sus composiciones que son, sin duda, inmortales.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una de mis canciones favoritas.