17 de abril de 2015

Algo así como el agua de mi fuente



En el año 1973 el Festival de Eurovisión se celebró en Luxemburgo; en la edición del año anterior la cantante francesa de origen griego Vicky Leandros se había impuesto representando a su país con la canción "Après toi", un tema de calidad que Leandros interpretaba con elegancia y estilo y en la que hablaba de amor, un concepto que en francés siempre parece más fácil de tratar. Para la nueva ocasión TVE seleccionó a Mocedades, un grupo de jóvenes bilbainos que por aquellos años se aproximaba a la cima de la canción en España y cuyos temas venían avalados por un genio llamado Juan Carlos Calderón. La elección de Mocedades significaba que los rectores de la televisión de entonces elevaban su apuesta y optaban por lo mejor que había en el país, un grupo verdaderamente de calidad.

Mocedades interpretó un tema preciosó, "Eres tú", y aunque nadie discutió que la canción era la mejor hubo de conformarse con el segundo puesto ante la sorprendente repetición de triunfo del país anfitrión, que en esta ocasión había optado por una cantante guapísima y con una voz excepcional, Anne Marie David, quien obtuvo el premio principal con "Tu Te Reconnaîtras", un tema pegadizo pero que era notablemente inferior al nuestro. En España hubo gran decepción, aunque para los cantantes vascos su interpretación supuso su definitivo lanzamiento a nivel internacional y a partir de entonces su carrera no paró de subir: "El vendedor", "Tómame o déjame", "Secretaria", "La otra España", "Amor de hombre", ... comenzaron a contar sus discos por éxitos arrolladores.

"Eres tú" es una canción que me trae montones de recuerdos, los de aquella época en que entraba plenamente en la adolescencia, y muchos otros pues desde entonces la he escuchado muchísimas veces. Eso sí, hasta el domingo pasado no la oí cantada por un Coro polifónico en un marco tan maravilloso como La Colegiata de Bolea. Y tal vez por la grandiosidad del lugar, el buen trabajo del Coro o el aprecio que le guardo a unos cuantos de los que lo componen se agitó de modo especial mi cajita de la nostalgia y sonaron de nuevo con toda su expresividad, con pleno significado ideas tan sugerentes como una promesa, una sonrisa o una mañana de verano, como la lluvia fresca, la fuerte brisa, el agua de mi fuente o el fuego de mi hogar. Y pasan los años y la canción siempre vuelve.

3 comentarios:

Driver dijo...

Los mejores mensajes de este mundo se caracterizan por que la idea es simple, se extiende con potencia inusitada y arrastran un trozo de verdad a través de los años.
Sí, éramos adolescentes en una España que estaba a punto de enfrentarse a un futuro incierto, y nuestras opciones vitales estaban completamente abiertas.
El grito de "eres tú" daba una respuesta simple, con una potencia inusitada y arrastraba un trozo de verdad a través de los años.
...
Por eso se quedó insertada en nuestras meninges.
Porque queríamos un futuro así.
Tan fresco como el agua de la mañana.
...
Años más tarde, en otra España y en diferente opción vital, nos seguimos preguntando donde carajo está esa mañana fresca.
Y cuando nadie nos ve, tal vez en la ducha, caminando por el monte o cuando nos cruzamos con aquella chica que nos hizo soñar, la cantamos con energía.
Algunos con tanta, que si no nos quitamos las gafas, salen disparadas a la segunda estrofa.
Camino del mismísimo Chinchinatti.

Donde demonios sea que se ubique esa famosa ciudad, donde todos los sueños eran posibles.

tomae dijo...

Todas las canciones lo hacen, Modestino ... oir cantar (como el vivir) es "ver" volver. ;)

Modestino dijo...

Saludos a dos grandes tipos¡¡¡¡