Desde pequeñito escuché eso de que hay días que te levantas con el pie izquierdo; en ocasiones la cosa tiene su cierta justificación y a poco que te pongas a pensar descubres que te espera una jornada complicada, que alguna parte de tu cuerpo no anda bien ajustada, que llueve, nieva o aprieta el sol o cualquier otra razón objetiva que no te leva precisamente a ver la vida color de rosa. Son los días en los que debes hacer "de tripas corazón", arremangarte y enfrentarte a la vida y a sus circunstancias con la mejor disposición posible.
Pero hay veces en las que estás cruzado y no sabes muy bien porqué; son los días en los que los chistes no te hacen gracia, en que al vecino o al compañero de trabajo a quien habitualmente miras y saludas con un mínimo afecto, te dan ganas de mandarle a "escaparrar", que el trabajo pendiente asoma como una montaña inaccesible ay que al regresar a casa te apetecería ponerte la vestimenta de antisocial y esconderte del resto del mundo, incluso debajo de la cama si fuera preciso.
A poco que intentes -no es siempre fácil- plantearte las cosas con mínimo sentido común y objetividad es posible que termines descubriendo que no existen razones sólidas para andar "chamuscado" y que, en cualquier caso, hay a lo largo y ancho de este mundo nuestro personas con muchos y más graves motivos para quejarse ... aunque no puedo evitar plantearme que tener a lo largo del año algún día en os que no estás para nadie no deja de ser una manifestación de que somos humanos y no unas máquinas frías y programadas.
5 comentarios:
Estás en tu derecho. Un beso.
Parece que en esos dias estoy hecha de millones de aristas cortantes que hieren a todos los que se acercan, por eso prefiero colgar el cartel de no molestar hasta poder controlarme.
El problema es que a veces las obligaciones del trabajo o de la vida no permiten eso de no estar para nadie.
A veces pasa. Una buena fórmula es avisar. Ya sé que no sirve de ejemplo, cada quién es cada cuál, pero yo lo hago. En ocasiones sabes de sobras que se te escapara un...:)
Abrazos, Modestino.
Con la edad te vas conociendo más y puedes mejorar los comportamientos observados.
Supongo que cada cual tiene su ardid.
Yo suelo utilizar la mezcla de conducción y música, convirtiendo lo cotidiano en una suerte de videoclip tridimensional donde aparecen toda suerte de actores reales.
La señora de la parada de autobús, el barrendero, el que me adelanta y el policía municipal.
Me relajo observando la esencia de cada figura y cada gesto, en un breve instante que me transmite una traza vital.
Es un método gratuito, y si bien no cura, calma la desazón de un día atravesado.
Cada cual tenemos nuestros recursos para evadirnos de los días "raros"; yo tengo cierta tendencia a la soledad buscada de propio ... algo que no debe de durar mucho.
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