Edmundo Alves de Souza fue un futbolista brasileño cuya vida deportiva se extendió desde 1990 a 2008; ocupaba el puesto de delantero, jugando habitualmente por el lado derecho del ataque. Su club de siempre fue el Vasco de Gama, y de hecho en este equipo comenzó y terminó su carrera futbolística, pero a lo largo de los 18 años que esta duró Edmundo vistió las casacas de algunos de los más importantes clubes de Brasil: Palmeiras, Flamengo, Corinthias, Santos, Cruzeiro y Fluminense, además de dos breves y poco brillantes etapas europeas, pues también jugó en la Fiorentina y el Nápoles, sin olvidar sus tres años de experiencia en el fútbol japonés. En Sudamérica son dados a poner apodos a los futbolistas, y Edmundo fue muy pronto conocido como "El animal", calificativo que ya dice bastante del carácter y las formas de este jugador.
Edmundo tenía unas condiciones innatas para el fútbol, era un hombre de una potencia notable y estaba dotado de una técnica y una habilidad prodigiosa: las vaselinas, los recortes, los "caños", ... eran práctica habitual de este futbolista que tenía condiciones para haber sido uno de esos jugadores que pasan a la historia, como en su momento pasaron compatriotas suyos como Pelé, Tostao, Zico o Romario. En concreto, Edmundo era un auténtico mago del dribling, regateaba tan bien que llegó a obsesionarse con esta habilidad era capaz de prolongar las jugadas sólo para lucirse y humillar a los defensas rivales. El jugador llegó a jugar 39 partidos con la selección "canarinha", marcando en ellos 10 goles y llegando a disputar el Mundial celebrado en Francia en 1998, aunque solamente llegó a jugar 35 minutos, 18 de ellos en la Final que su equipo perdió ante la Francia de Zidane.
Pero Edmundo, a pesar de sus excepcionales condiciones para el fútbol, es mucho más conocido por las continuas polémicas que protagonizaba; fue expulsado en numerosas ocasiones, bastantes de ellas por flagrantes agresiones a jugadores contrarios, tendía a provocar roces en el vestuario y no eran infrecuentes sus ausencias o retrasos en los entrenamientos por haber quedado "perjudicado" en noches de juerga y desenfreno. El momento más conflictivo de su etapa futbolística ocurrió en 1995, cuando conduciendo bajo los efectos del alcohol provocó un accidente que costó la vida a tres personas. El futbolista fue imputado y juzgado, siendo condenado a 4 años de prisión en un procedimiento que se ha alargado años y años por los continuos recursos de la defensa de Edmundo. De hecho, el jugador llegó a estar desaparecido y en rebeldía y todavía anda pendiente de cumplir la pena impuesta.
Edmundo Alves de Souza no es sino un ejemplo más de que para triunfar en el fútbol no basta reunir unas aptitudes físicas y técnicas adecuadas, sino que también es necesario tener la cabeza bien amueblada, entrenarse con constancia y seriedad, considerar el fútbol un deporte de equipo y ser mínimamente respetuoso con todos.
4 comentarios:
Estaba aluncinando cuando he leido "Edmundo" pensaba que ibas a hablar del nuevo novio de Mª Teresa Campos
Bueno ... antes tendria que conocerle, jejeje...
...yo pensé en Edmundo Dantés!
Ya sabes que tus entradas de futbolistas y toreros son poco inspiradoras :)
Buen finde.
Bien me consta que son entradas con pocos lectores, pero no dejan de ser un sello característico de este blog.
Saludos¡¡¡¡
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