Uno de los acontecimientos internacionales más llamativos de la primera mitad de los años setenta, tiempo en el que el menda realizaba su bachillerato, fue el Caso Watergate; la investigación llevada a cabo por dos periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, quienes realizaron una labor de investigación seria y perseverante que terminó antes de tiempo con el mandato de quien podía ser entonces el hombre más poderoso del mundo, el presidente de los Estados Unidos Richard Nixon. El escándalo comenzó con el arresto de cinco hombres por el allanamiento de la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata en el complejo de oficinas Watergate, en Washington, D.C. el 17 de junio de 1972; tras dos años de investigaciones se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca.
Hace ya bastantes años tuve ocasión de leer el libro que publicaron los dos periodistas citados y que fue editado en España por la editorial Euros; me pareció un magnífico y pormenorizado relato de las investigaciones y descubrimientos de Bernstein y Woodward, con una interesantísima galería de personajes, entre los que destacan los principales implicados en el escándalo, como los principales asesores de Nixon, H.R. Haldeman y John Ehrlichman o los miembros del Partido Republicano Charles Colson, Jeb Magruder, y John Mitchell, destacando por encima de todos la figura de "garganta profunda" la misteriosa voz que informaba de manera absolutamente clandestina a los periodistas del Post, la identidad de esta persona fue todo un misterio durante años, hasta que fue revelada finalmente por la revista estadounidense "Vanity Fair" el 14 de junio de 2005: se trataba de W. Mark Felt, el antiguo director adjunto del FBI bajo la presidencia de Nixon, quien a la edad de 91 años quiso descargar su conciencia reconociendo que él desveló los secretos que permitieron descubrir la verdad.
No obstante aún me parece más recomendable la película que Alan J. Pakula dirigió en 1976, "Todos los hombres del presidente", uno de esos films que responden con creces a la expectación que levantan, que están a la altura del interés del tema que tratan. Dos auténticos genios de la interpretación de la época, Dustin Hoffman y Robert Redford dan vida a Bernstein y Woodward, acompañados entre otros de tres secundarios de auténtico lujo: Jack Warden, Jason Robards y Martin Balsam, tres actores que suman un total de cuatro Oscars, en el caso de Robards uno de ellos por su trabajo en el film como Ben Bradlee, el mítico director del Washington Post. La película acierta de lleno a la hora de configurar como se realiza la investigación periodística y cuales fueron los orígenes, las responsabilidades y las consecuencias del escándalo. Evidentemente han pasado muchos años, pero yo ya la ví en dos ocasiones y no me importaría volver a hacerlo.
Richard Nixon fue un legendario político republicano; ya en 1960 había perdido las elecciones frente al malogrado John F. Kennedy, un triunfo que dio paso a ocho años de dominio del Partido Demócrata, que siguió en el poder cuando el vicepresidente Lyndon B. Johnson sucedió a Kennedy tras ser asesinado y ganar éste posteriormente las elecciones de 1964 al barrer al senador republicano Barry Goldwater. La guerra del Vietnam, el asesinato de Robert Kénnedy, el de Martin Luther King y las algaradas universitarias cambiaron el panorama en 1968, cuando Richard Nixon se impuso al candidato demócrata, el vicepresidente de Johnson Hubert Humphrey. Nixon vencía con autoridad y prometía restaurar el orden y devolver la serenidad al ambiente de USA; y no parece que la gente andara descontenta, pues en las siguientes elecciones Nixon barría literalmente al senador por Dakota del sur George McGovern, considerado el candidato más izquierdista de la historia de los Estados Unidos y que acabó recibiendo la derrota más contundente que se recuerda en unas elecciones.
Pero muchas veces entre la gloria y el ocaso el tiempo puede ser muy breve, y tras el grandísimo triunfo de 1972 el Caso Watergate se convirtió en un calvario para el presidente y acabó constituyendo su tumba. Recuerdo perfectamente que todos los días los telediarios contaban entre sus noticias más importantes las nuevas novedades sobre el escándalo; la investigación realizada en el Senado resultó exhaustiva, detallada y demoledora y la comisión investigadora llegó a la conclusión de que varios asesores y consejeros de Richard Nixon eran culpables directos de los hechos acaecidos en el Edificio Watergate, se reveló que Nixon había mentido con el fin de ocultar su participación en el escándalo y que había intentado sustraer a la investigación las cintas magnéticas que contenían las grabaciones de todas las conversaciones que tuvieron lugar en el Despacho Oval. Las cintas escuchadas por la comisión y el Juez resultaban comprometedoras al mostrar que Richard Nixon estaba, cuando menos, enterado de los espionajes telefónicos e insistía en pagar sobornos a los acusados de irrumpir en el Hotel Watergate para evitar chantajes hacia sus consejeros o asesores. La Cámara de Representantes inició un proceso de "impeachment" contra Nixon el 27 de julio de 1974, con la acusación de obstrucción a la justicia, dos días después se añadió la de abuso de poder y el 30 de julio se agregó la acusación de desacato al Congreso; de esta manera quedaba libre el terreno para que el Senado de EEUU iniciara un proceso de impeachment contra Richard Nixon, pudiendo pedir su destitución del mando presidencial. Ante esta situación, Nixon presentó su dimisión a través de un mensaje televisado en la tarde del 8 de agosto de 1974, antes de que terminara el proceso, abandonando sus funciones como Presidente de EEUU y saliendo de la Casa Blanca con su familia en la mañana del día siguiente. Su vicepresidente, Gerald Ford le sucedió inmediatamente y asumió el poder al mediodía del 9 de agosto; su primera acción oficial fue indultar a Nixon, con lo que se detuvo todo procedimiento judicial contra él.
No se trata de trascendentalizar nada, pero no cabe duda de que la historia del Caso Watergate, que terminó con el proceso de Impeachment del Presidente de los Estados Unidos, es una muestra de que a veces funcionan los mecanismos democráticos, de que es posible exigir responsabilidades a los cargos públicos. El impeachment es una figura del Derecho anglosajón mediante la cual se puede procesar a un alto cargo público; el parlamento debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado, que normalmente se desarrolla en la Cámara alta; una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares. El término "impeachment" literalmente significa "bochorno", y tiene su origen en la Edad Media, cuando el parlamento inglés lanzó acusaciones contra el rey y sus colaboradores por derrochar caudales públicos, avergonzándolos.
En la legislación española existe la figura de la moción de censura, aunque su naturaleza no es idéntica ni mucho menos a la que hemos descrito; se trata de la posibilidad de derribar al gobierno en el Congreso presentando una alternativa, pero no reviste las connotaciones penales que se reflejan en el caso de Richard Nixon. En la historia de la democracia reciente española solamente recuerdo la recordada moción de censura presentada por el PSOE, con Felipe González a la cabeza, contra el gobierno de Adolfo Suárez en 1980, una moción que aún no saliendo adelante fue el principio del fin del político de Cebreros como Presidente del Gobierno y reveló la agilidad política del sevillano. La estructura del impeachment me hace pensar también en que el Senado en USA no es precisamente la cámara inútil y vacía que al menos en apariencia tenemos en España.
12 comentarios:
Por desgracia creo que no sólo nos diferencia el senado. Tienen otro concepto de "lo público", y sobre todo, la "sociedad civil" es algo vivo. No pretendo entronizar lo anglosajón,con toda su carga de puritanismo, pero creo que aquí sería muy difícil un Watergate...y no por falta de materia prima.
Gracias, Modestino.
Ya lo dije no hace mucho: aquí la sociedad civil está atenazada; lo político se ha metido en todas partes y da la impresión de que nada puede prescindir del color ideológico. Los colegios profesionales, no digamos los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las de comerciantes, ... hasta las APAS de los colegios me temo que andan condicionadas por la influencia de los partidos.
¿Has visto la película Frost/Nixon?
Está basada en las cuatro entrevistas que le hizo el periodista británico al ya ex-presidente Nixon. Te gustará.
Tomo nota; hace años vi la que hizo Oliver Stone y protagonizó Anthony Hopkins: muy bien hecha pero a ratos cansina.
Siempre me llamó la atención la forma de pensar de la sociedad americana y de sus juristas.
A Nixon lo defenestraron fundamentalmente por mentir, siendo de menor importancia el tema del espionaje.
Hace poco defenestraron a un campeona olímpica, no porque se dopara, sino porque mintió sobre ello. Hasta las medallas ganadas le quitaron.
...
Y yo me pregunto de forma incauta, inocente y pardilla.
¿Qué pasa en España cuando se miente?
Mejor ni contestar.
Fue muy famoso en su epoca el asunto Watergate.Y los americanos que de todo hacen una pelicula.-(cosa que no critico,asi nos divertimos los demas)-.
Ahora, la verdad no se si nos rasgariamos tanto las vestiduras.
Apoyo la sugerencia de Takeda en cuanto a "Frost/Nixon" (aqúí retitulada "El desafío: Frost contra Nixon") y, volviendo a "Todos los hombres del presidente", aprovecho para reivindicar a quien realizó la difícil labor de coger el libro de Woodward y Bernstein y convertirlo en un prodigioso guión cinematográfico, que no es otro que William Goldman, probablemente el mejor guionista vivo de Hollywood (también está Woody Allen, pero creo que a estas alturas Hollywood le resulta muy ajeno). Goldman obtuvo un Oscar por su trabajo, al igual que Jason Robards, como también lo ganaron los responsables del sonido y de la decoración, con esa impresionante reconstrucción de la redacción del Washington Post.
¿alguien sabe quien era "Garganta Profunda"?...
vi un cómic en el Mundo donde "esa voz" desvelaba los misterios del 23F!!!
"Garganta profunda" es una expresión para designar a quien revela algo desconocido de algún suceso de interés general.
William Goldman!!!y mejor gion original por el Indomable Will Hunting... y lo recordé también en la entrada sobre el libro de Reverte "El mal de Africa" porque adapto una historia de leones "Los demonios de la noche"
Si hablamos del poder de la prensa como para defenestrar a un presidente está claro que el mundo hoy no está por la labor; la prensa tan politizada como todo lo demás.
Pienso en Wekeleaks que recibe filtraciones que desvelan comportamientos no éticos por parte de gobiernos, especialmente de USA de los países que considera tienen regímenes totalitarios, pero también de religiones y compañías de todo el mundo, y las publica... lejos de agradecerlo a su creador o emprender acciones legales contra paises y compañías a Julian Assange lo esperan en USA para ver si le pueden aplicar la pena de muerte.
Así está el mundo...
Nixon cometió el peor delito posible en el capitalismo: con la cancelación de la convertibilidad directa del patrón oro a dólares hizo perder una cantidad importante de capitales a los verdaderos dueños del estado norteamericano: los banqueros. Igual a lo que iba a hacer el tonto de Strauss-Kahn, pero lo pararon a tiempo.
Pero estoy de acuerdo en que "Watergate" es una película fantástica.
Dato interesante. Gracias¡¡¡
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