6 de abril de 2010

¿Donde está la buena gente?



Cuentan que cuatro siglos antes del nacimiento de Jesucristo moraba en Atenas Diógenes, un filósofo que vivía como un vagabundo y recorría las calles con una vela en busca de un hombre. En unos tiempos en los que casi todo lo que escuchamos nos habla de la maldad humana: crímenes, guerras, corrupción, enfrentamientos personales, venganzas, envidias, ... uno se siente tentado de emprender el mismo camino de tan antiguo personaje, un camino en búsqueda de la bondad, del amigo desinteresado, del ciudadano de quien te puedes fiar. Y creo que esta misión debería ser presidida por la esperanza, porque no tengo duda de que la bondad existe y que, aunque nos pase tantas veces como a Miss Marple, la encantadora anciana de Sant Mary Mead creada por Agatha Christie que resolvía los crímenes basada en su desconfianza de la naturaleza humana, siguen abundando hombres y mujeres a los que puedes mirar a los ojos y pensar: "éste, ésta no me va a engañar".

A los que creemos en Dios, evidentemente, nos es más sencillo tener esperanza, pues parte de nuestro asentimiento a la doctrina cristiana es asumir que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; si participamos de la naturaleza divina es de cajón que la bondad tiene que estar entre nuestros atributos, lo que pasa es que a lo largo de tantos siglos hemos dado frecuentes muestras de tenerlos bien escondidos, por lo que en algunos casos nos podemos plantear si hay quien no los han tenido nunca.

A mí me parece que las personas tendemos a pensar que los "buenos" sólo están en nuestro bando: mi familia, mis amigos, mi grupo, mis paisanos, mi partido, mi parroquia, los que piensan como yo, ... y cada vez ando más convencido de que para encontrar esa bondad hay que salir a buscarla a la calle. ¿Por qué en ocasiones somos tan exclusivistas?, ¿tan difícil es encontrar lazos de unión?. No tengo ninguna duda de que, al menos en este país, andamos pagando los platos rotos de la partitocracia, que muchas veces seguimos encayados en el mito de las dos Españas y entre la visceralidad, el fanatismo y cierto aborregamiento nos perdemos la posibilidad de ensanchar nuestras amistades y los destinatarios de nuestro cariño. Y en el mismo saco cabría meter a la endogamia, a esa reducción de expectativas y planteamientos que supone encasillarse en cualquier grupo, sea político, social, cultural, religioso, étnico, etc ... Conocí a una persona obsesionada por lo que llamaba el "desarraigo": no digo que sea malo adaptarse al terreno, integrarse en la sociedad en que vives: todo lo contrario, pero me parece que puede ser tan dañina la existencia de ghettos de cualquier tipo, como la autocomplacencia en lo propio, la incapacidad de ver más allá del "Monte Gorbea", dicho en sentido metafórico.

Y hay otra cuestión, tenemos que asumir que nadie es perfecto, porque en ocasiones parece que buscamos al ser ideal, y éste, que a nadie le quepa la menor duda, no existe. Si hacemos ídolos en la tierra, éstos acabarán decepcionándonos y es posible que la culpa no sea suya por mostrar sus debilidades, sino nuestra por ignorar que las tienen. Quizá bastaría con poner con relación a los demás el nivel de exigencia y comprensión que tenemos con nosotros mismos; a la gente les podemos exigir coherencia, honestidad, lealtad, pero no un nivel de perfección que, entre otras cosas, choca con la propia naturaleza humana. En el tú a tú, cuando preside la nobleza y nadie se ha puesto un disfraz o juega al disimulo, somos capaces de mirarnos a los ojos con el otro y de encontrar todo lo bueno que se esconde tras una fachada deslucida por el tiempo y el polvo del camino.

Repito lo dicho, en nuestro trayecto diario, en nuestros viajes ocasionales, en el discurrir de nuestra vida, nos tropezamos con la buena gente, sólo se trata de saber y querer descubrirlos.




14 comentarios:

Mariapi dijo...

Modestino: Desde hace unos meses acudo a un taller de arte. Allí soy una "friki". No llevo rastas, ni piercings, ni ropas inverosímiles para una señora media, de clase media...pero he encontrado en esos jóvenes tan distintos "buena gente". Me han integrado y aceptado con naturalidad. Dudo de que si ellos entrasen en "mi ambiente" tuviesen el mismo trato...y eso que vivo entre buena gente.

Modestino dijo...

Pues sí, me temo que tienes razón. No obstante, las rastas, los piercing, los pantalones abombados, etc creo que, cada más, forman parte del paisaje ... quiero decir, que al principio puede que solamente los llevaran personajes llamesmosles "originales", hoy cada vez mas la forma de vestir, peinarse, etc ... indica menos cómo e suna persona.

De cualquier manera, uno empieza a ser más feliz y a ampliar su ámbito de maniobra social conforme pierde prejuicios.

ana dijo...

Abrir lo ojos al horizonte, ante toda su amplitud. Abrirse a lo que permanece fuera e ir hacia ello sin pensar, sin juicio alguno. Como quien lee un libro desconocido.

Cimbrear al lado de los otros. Quizá sea ese el secreto. No darle tanta importancia a lo tuyo, no dejar que se enganche de tu alma ningún prejuicio. Estar abierto incluso al desarraigo...

Entonces surge; ahí están. La gente buena del mundo.

Que sea un buen día. :))

Modestino dijo...

Y mira que es difícil eso de abrirse sin juicio alguno ... aunque se puede conseguir.

ana dijo...

Sabes bien que se puede conseguir. Tú sí lo consigues.
;))

Modestino dijo...

Hay que esforzarse, Ana. Muchas veces lo que te cduesta no es tanto congeniar con quien no piensa como tú como con aquél a quien tienes más o menos atravesado.

Nuestro cariño a veces es selectivo ... en el sentido de que hablaba en el post, es decir, eligiendo solamente a los que van en tu barco, o simplemente por simpatías personales que pueden ser muy aleatorias.

Pero aquí habría que hablar de querer a todos, de magnanimidad y puede ser tema de otro día.

annemarie dijo...

Yo creo que Ana tiene toda la razón cuando dice que le parece que tu sabes muy bien encontrar a la buena gente Están por todas parte, y yo no soy naaaada optimista! :)) Miss Marple no desconfiaba de nadie: no llegaba a tener ilusiones sobre nadie, lo que es peor, :)) y mucho más divertido.

Modestino dijo...

Todos tenemos una intuición, un sexto sentido para descubrir a quien es de fiar, pero así como a veces alguien nos puede fallar, en otras nos falta elasticidad para vencer prejuicios ... y a mí me sigue pasando en ocasiones.

sunsi dijo...

Como siempre...Bingo, Modestino. Encontrar la bondad en la diferencia... A veces no hace falta ni siquiera salir de tu propio hogar. Y te das cuenta de que no son más que opciones, maneras ditintas de entender la estética y la ética.

En realidad, todo es mucho más sencillo. Y acostumbrarse a que la apariencia sólo es eso, apariencia, que no tiene nada que ver con el corazón de las personas... te ayuda a vivir con mucha más libertad de espíritu. Y se respira mucho mejor. El oxígeno llega al cerebro y te ventila.

Gracias por ests posts, Modestino.

Un saludo con brisa de Tarraco.

Modestino dijo...

Vivir con libertad de espíritu, me gusta la frase, que a veces nos encorsetamos.

veronicia dijo...

Para mi la buena gente está por todas partes... ni los mejores lo son durante todo el tiempo, y hasta los peores pueden tener momentos de bondad... pero la condición humana es la misma... Casi siempre si esperas lo mejor de alguien te da lo mejor.
Me es más fácil entenderme con los que son como yo ( y no sabría definirlos...) pero hasta con los que no me caen bien hago un esfuerzo, no sería la persona que quiero llegar a ser si solo soy buena con "los buenos", "los míos" ...

Maripaz dijo...

Quizá la bondad de las personas está en los ojos con que las miramos.La mayoria de las veces, no podemos evitar la mirada crítica, que suele apartarnos de aquellas personas que juzgamos, sin apenas conocer.

El páso del tiempo, nos da lecciones muy sábias, y solemos cambiar de opinión poque hemos mirado con profundidad, el interior de la gente buena.

Todo un arte...

Modestino dijo...

Creo que has dado en el clavo Maripaz, muchas veces el problema está en nosotros.

Rosaura dijo...

Me parecen muy importantes las reflexiones que haces, es muy conveniente tener presente que debemos buscar lo mejor en los otros, una psicóloga me dijo una vez, cuando le pregunté qué hacer cuando alguien te cae muy mal,que había que intentar pensar en algo bueno que pudiera tener ya que es muy difícil que todo nos parezca malo en una persona.
Es un buen planteamiento pese a que luego sea difícil de llevar a la práctica.
Me gusta mucho este tipo de post porque te dan ganas de ser mejor persona y de querer más a la gente o al menos de intentarlo.