13 de diciembre de 2009

Marcelino García Toral



La directiva del Real Zaragoza ha puesto punto final a la trayectoria de Marcelino García Toral como entrenador del primer equipo del club; ha sido la crónica de una muerte anunciada y una vez más la cuerda se ha roto por el lado más débil. Pienso sinceramente que el problema del Zaragoza no ha sido Marcelino, sino una pésima planificación de la plantilla: cuando se subió de nuevo a 1ª División el pasado mes de junio, cualquier persona medianamente entendida de fútbol sabía que el Zaragoza contaba con un plantel limitado, de poca calidad y absolutamente insuficiente para encarar con mínimas garantías una temporada en la máxima categoría; en el Zaragoza no se entendió así y se ficharon cuatro retales de medio pelo. Y no intento decir que deberían haberse gastado un montón de euros en refuerzos, sino que había que haber imitado a otros clubs que han sabido trabajar bien el mercado -vgr. Osasuna, Sporting o Getafe-.

Marcelino tendrá sus defectos -es cabezón, como la mayoría de los entrenadores, y en ocasiones habla fuera de tiempo-, pero en Zaragoza ha demostrado, como ya lo hiciera en Huelva y Santander, que trabaja muchísimo, que sabe conseguir un equipo comprometido y que prepara cada partido a conciencia, algo que no ocurría en épocas de otros entrenadores zaragocistas. El ascenso que se consiguió la pasada temporada es un logro casi exclusivo del mister asturiano, quien consiguió convertir un equipo roto y desmotivado en once hombres que hicieron una 2ª vuelta espectacular y devolvieron a las gradas de La Romareda una ilusión que, por desgracia, ahora se ha vuelto a esfumar.

Pienso que a Marcelino le engañaron este verano; le prometieron reforzar adecuadamente el equipo y, unos personajes que ni son del fútbol ni han sido zaragocistas hasta que han llegado al Palco le torearon, a él y a la afición, con palabras bonitas y promesas grandiosas que ahora estoy seguro nunca tuvieron intención de cumplir. Ayer , en la enésima decepción en La Romareda, se vio a un equipo comprometido, que se vació, pero que juega sin delantera y sin aportaciones de calidad en medio campo, con una defensa insegura y un portero irregular, y de todo ello Marcelino tiene muy poca culpa; la principal es la de unos dirigentes que están dejando que se hunda el club, dando la impresión de que les importa un bledo el Zaragoza y todo lo que representa.

Marcelino quedará en la pequeña historia del Zaragoza que todos los aficionados llevamos dentro como un hombre serio, que devolvió a los seguidores blanquillos la fe en el equipo y al que una panda de indocumentados, trepas y medradores le han cortado las alas.


3 comentarios:

Asier dijo...

Joé, lo siento por ti, Modestino, pero es que... yo soy del Athletic.
Hasta la proxima

Modestino dijo...

Nada que objetar a la victoria del Athletic, aunque hizo bien poquito, la verdad ... precisamente es lo más duro del tema, porque al Zaragoza de hoy se le gana con muy poco.

Y el tal Munain es buenísimo, por cierto.

Anónimo dijo...

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