De pie: Cobo, Irulegui, Batalla, Alvarez, Calleja, Vallejo
Agachados: Neme, Martín Esperanza, José Jorge, Antonio y Odriozola.
Sí en los años 60 había un equipo simpático en 1ª división ese era sin duda el Pontevedra C.F.; había ascendido por vez primera en su historia a la máxima categoría el año 1963 y, tras bajar el primer año y volver a subir al siguiente, se mantuvo contra todo pronóstico cinco temporadas seguidas más entre los grandes. Jugaban en el aún vivo estadio de Pasarón y sus jugadores ponían tanto entusiasmo y luchaban tanto que se hizo famoso el dicho de que para conseguir vencer al equipo gallego había que "roelo".
El Pontevedra convirtió el estadio de Pasarón en un feudo inexpugnable y en la temporada 1964-65 llegó a ser líder dos jornadas consecutivas, proclamándose campeón de invierno. Cuentan que el diario soviético Pravda llegó a resaltar en su portada que en la aburguesada y millonaria liga española el líder era un equipo de proletarios cuyo capitán conducía un autobús; efectivamente, su capitán era el lateral izquierdo Cholo, un jugador bajito y aguerrido que trabajaba de chófer de un autobús urbano pontevedrés.
El cuarteto defensivo del equipo gallego era duro, serio e infranqueable; el portero era Cobo, que procedía del Sporting de Gijón, un espigado y sobrio guardameta cuyo suplente era el catalán Celdrán, quien había jugado en el Elche y acabaría sus días deportivos en el San Andrés, un equipo de Barcelona que jugó varios años en 2ª División; en el lateral derecho jugaba José Antonio Irulegui, un veterano zaguero que se había formado en la cantera del Eibar y había destacado en la Real Sociedad y que con el tiempo fue un prestigioso entrenador que dirigió a equipos de primera como Real Sociedad, Español y Murcia. En la izquierda jugaba el citado Cholo y el central era Batalla, que aunque había nacido en Amposta (Tarragona) fue fichado del Orense; Batalla era un seguro de vida en el centro de la defensa y fue protagonista de una curiosa anécdota: el jugador tenía una quiniela con 13 aciertos y solamente quedaba por disputar precisamente el encuentro que su equipo jugaba en La Romareda el domingo por la noche -TVE televisaba en aquella época a las 8 de la tarde-; el Pontevedra vencía claramente por 0-2 a falta de 5 minutos, pero dos fallos de la defensa gallega permitieron el empate final de los maños ... Batalla le había puesto una "X" el partido; las suspicacias, lógicamente, fueron abundantes durante días.
En aquellos años la llamada línea de medios volantes era importantísima; se jugaba con cinco delanteros, y aunque los interiores bajaban hasta el centro del campo, sobre los dos medios -uno ofensivo y otro defensivo- pesaba buena parte del juego de todo el equipo. La media tradicional del Pontevedra la formaban Calleja, un castellano seguro, bastante duro y que cerraba perfectamente el campo por detrás, formado en el Plus Ultra, como se llamaba entonces el filial del Real Madrid, y Vallejo, que había jugado en el Atlético de Madrid, auténtico motor del equipo y pieza clave en los dos ascensos. A éste último le sustituyó en la titularidad Antonio, un jugador con unas grandes condiciones y que prometía mucho; Antonio fue vendido al Sevilla en el verano de 1970, pero no triunfó en el Sánchez Pizjuan y terminó regresando a jugar en 2ª con el Pontevedra, falleciendo en un trágico accidente de coche durante la temporada 1971-72. Norat y Roldán I fueron otros volantes que también tuvieron partidos.
Los dos jugadores con más calidad del equipo eran probablemente Neme y Martín Esperanza; el primero fue un salmantino que jugaba de interior o extremo zurdo y tenía un fácil regate y un gran facilidad de desmarque, era lo que hoy llamaríamos un media punta; Neme llegó a debutar con la selección española en un encuentro que perdimos 0-2 ante Inglaterra. Martín Esperanza, también formado en la cantera madridista y que había sido fichado del Betis y fue el autor del primer gol de Pontevedra en 1ª División; era el cerebro del equipo, tenía un guante en la pierna derecha y clase por arrobas. Tanto Neme como Martín Esperanza terminaron siendo entrenadores, el salmantino llegó a entrenar en 1ª, con poco acierto, al Salamanca, mientras Martín Esperanza, que fue internacional B, tuvo mucho nombre en el grupo catalán de la 2ª B. En la última época pontevedresa en 1ª destacó un interior zurdo fichado del Numancia, Plaza, un jugador con buena conducción de balón y excelente disparo desde lejos, que acabaría triunfando en el Depor de principios de los setenta.
El Pontevedra tenía buenos extremos: por la derecha solía jugar José Ramón Fuertes, el típico jugador pequeño, rápido y ratonil que acabó convirtiéndose en la gran esperanza del equipo, siendo traspasado por una buena cantidad al Valencia, equipo en el que ganó la Liga, aunque no acabo de consolidarse como titular. Odriozola fue durante muchos años titular indiscutible del equipo, decían que le sobraba un regate, pero era muy rápido y garantizaba un buen número de goles, llegó a Pasarón del filial del Valencia, aunque se había formado en el Racing de Santander; Nando Yosu era un veterano extremo zurdo que había jugado buenas temporadas en el Valencia y el Atlético de Bilbao y llegó a Pontevedra para terminar su carrera deportiva prestando buenos servicios a los gallegos, con el tiempo Yosu destacó como entrenador de confianza en el Racing de Santander.
Como arietes del Pontevedra destacaron Iglesias, un jugador que solamente estuvo un par de temporadas, el asturiano José Jorge, titular indiscutible en los primeros años de la máxima categoría y el zaragozano Ceresuela, un hábil jugador que fue el autor del gol decisivo en el primer ascenso y llegó a Pasarón procedente del Real Burgos. Pero posiblemente el mejor goleador que tuvo el equipo fue Roldán II, un espigado ariete que fue traspasado al Málaga, donde estuvo varias temporadas en la lista de los mejores goleadores de 1ª. Los laterales Azcueta y Alvarez, el interior Fernández y el extremo Cacho también fueron jugadores de esa época dorada.
Arriba: Cobo, Batalla, Cholo, Irulegui, Calleja y Roldán I.
Abajo: Ceresuela, Neme, José Jorge, Antonio y Yosu.
Pero cuando se habla de equipos modestos la gloria no dura eternamente y el Pontevedra, que tuvo a entrenadores de la talla de Ochoa, Luis Bello, Héctor Rial y Marcel Domingo, entre otros, acabó perdiendo fuelle: algunos jugadores se hicieron mayores, otros -Roldán II, Fuertes, ...- fueron traspasados y los que vinieron -los sevillistas Hachero y Polo, el valenciano Huertas, el argentino Rivero, el vigués Barros, ...- no pudieron dar el nivel de los de siempre y el Pontevedra acabó descendiendo a 2ª en la temporada 1969-70. Desde entonces no ha vuelto a aparecer en la Liga de los mejores, pero quien sabe si algún día volveremos a hablar de que "hai que roelo".
Agachados: Neme, Martín Esperanza, José Jorge, Antonio y Odriozola.
Sí en los años 60 había un equipo simpático en 1ª división ese era sin duda el Pontevedra C.F.; había ascendido por vez primera en su historia a la máxima categoría el año 1963 y, tras bajar el primer año y volver a subir al siguiente, se mantuvo contra todo pronóstico cinco temporadas seguidas más entre los grandes. Jugaban en el aún vivo estadio de Pasarón y sus jugadores ponían tanto entusiasmo y luchaban tanto que se hizo famoso el dicho de que para conseguir vencer al equipo gallego había que "roelo".
El Pontevedra convirtió el estadio de Pasarón en un feudo inexpugnable y en la temporada 1964-65 llegó a ser líder dos jornadas consecutivas, proclamándose campeón de invierno. Cuentan que el diario soviético Pravda llegó a resaltar en su portada que en la aburguesada y millonaria liga española el líder era un equipo de proletarios cuyo capitán conducía un autobús; efectivamente, su capitán era el lateral izquierdo Cholo, un jugador bajito y aguerrido que trabajaba de chófer de un autobús urbano pontevedrés.
El cuarteto defensivo del equipo gallego era duro, serio e infranqueable; el portero era Cobo, que procedía del Sporting de Gijón, un espigado y sobrio guardameta cuyo suplente era el catalán Celdrán, quien había jugado en el Elche y acabaría sus días deportivos en el San Andrés, un equipo de Barcelona que jugó varios años en 2ª División; en el lateral derecho jugaba José Antonio Irulegui, un veterano zaguero que se había formado en la cantera del Eibar y había destacado en la Real Sociedad y que con el tiempo fue un prestigioso entrenador que dirigió a equipos de primera como Real Sociedad, Español y Murcia. En la izquierda jugaba el citado Cholo y el central era Batalla, que aunque había nacido en Amposta (Tarragona) fue fichado del Orense; Batalla era un seguro de vida en el centro de la defensa y fue protagonista de una curiosa anécdota: el jugador tenía una quiniela con 13 aciertos y solamente quedaba por disputar precisamente el encuentro que su equipo jugaba en La Romareda el domingo por la noche -TVE televisaba en aquella época a las 8 de la tarde-; el Pontevedra vencía claramente por 0-2 a falta de 5 minutos, pero dos fallos de la defensa gallega permitieron el empate final de los maños ... Batalla le había puesto una "X" el partido; las suspicacias, lógicamente, fueron abundantes durante días.
En aquellos años la llamada línea de medios volantes era importantísima; se jugaba con cinco delanteros, y aunque los interiores bajaban hasta el centro del campo, sobre los dos medios -uno ofensivo y otro defensivo- pesaba buena parte del juego de todo el equipo. La media tradicional del Pontevedra la formaban Calleja, un castellano seguro, bastante duro y que cerraba perfectamente el campo por detrás, formado en el Plus Ultra, como se llamaba entonces el filial del Real Madrid, y Vallejo, que había jugado en el Atlético de Madrid, auténtico motor del equipo y pieza clave en los dos ascensos. A éste último le sustituyó en la titularidad Antonio, un jugador con unas grandes condiciones y que prometía mucho; Antonio fue vendido al Sevilla en el verano de 1970, pero no triunfó en el Sánchez Pizjuan y terminó regresando a jugar en 2ª con el Pontevedra, falleciendo en un trágico accidente de coche durante la temporada 1971-72. Norat y Roldán I fueron otros volantes que también tuvieron partidos.
Los dos jugadores con más calidad del equipo eran probablemente Neme y Martín Esperanza; el primero fue un salmantino que jugaba de interior o extremo zurdo y tenía un fácil regate y un gran facilidad de desmarque, era lo que hoy llamaríamos un media punta; Neme llegó a debutar con la selección española en un encuentro que perdimos 0-2 ante Inglaterra. Martín Esperanza, también formado en la cantera madridista y que había sido fichado del Betis y fue el autor del primer gol de Pontevedra en 1ª División; era el cerebro del equipo, tenía un guante en la pierna derecha y clase por arrobas. Tanto Neme como Martín Esperanza terminaron siendo entrenadores, el salmantino llegó a entrenar en 1ª, con poco acierto, al Salamanca, mientras Martín Esperanza, que fue internacional B, tuvo mucho nombre en el grupo catalán de la 2ª B. En la última época pontevedresa en 1ª destacó un interior zurdo fichado del Numancia, Plaza, un jugador con buena conducción de balón y excelente disparo desde lejos, que acabaría triunfando en el Depor de principios de los setenta.
El Pontevedra tenía buenos extremos: por la derecha solía jugar José Ramón Fuertes, el típico jugador pequeño, rápido y ratonil que acabó convirtiéndose en la gran esperanza del equipo, siendo traspasado por una buena cantidad al Valencia, equipo en el que ganó la Liga, aunque no acabo de consolidarse como titular. Odriozola fue durante muchos años titular indiscutible del equipo, decían que le sobraba un regate, pero era muy rápido y garantizaba un buen número de goles, llegó a Pasarón del filial del Valencia, aunque se había formado en el Racing de Santander; Nando Yosu era un veterano extremo zurdo que había jugado buenas temporadas en el Valencia y el Atlético de Bilbao y llegó a Pontevedra para terminar su carrera deportiva prestando buenos servicios a los gallegos, con el tiempo Yosu destacó como entrenador de confianza en el Racing de Santander.
Como arietes del Pontevedra destacaron Iglesias, un jugador que solamente estuvo un par de temporadas, el asturiano José Jorge, titular indiscutible en los primeros años de la máxima categoría y el zaragozano Ceresuela, un hábil jugador que fue el autor del gol decisivo en el primer ascenso y llegó a Pasarón procedente del Real Burgos. Pero posiblemente el mejor goleador que tuvo el equipo fue Roldán II, un espigado ariete que fue traspasado al Málaga, donde estuvo varias temporadas en la lista de los mejores goleadores de 1ª. Los laterales Azcueta y Alvarez, el interior Fernández y el extremo Cacho también fueron jugadores de esa época dorada.
Arriba: Cobo, Batalla, Cholo, Irulegui, Calleja y Roldán I.
Abajo: Ceresuela, Neme, José Jorge, Antonio y Yosu.
Pero cuando se habla de equipos modestos la gloria no dura eternamente y el Pontevedra, que tuvo a entrenadores de la talla de Ochoa, Luis Bello, Héctor Rial y Marcel Domingo, entre otros, acabó perdiendo fuelle: algunos jugadores se hicieron mayores, otros -Roldán II, Fuertes, ...- fueron traspasados y los que vinieron -los sevillistas Hachero y Polo, el valenciano Huertas, el argentino Rivero, el vigués Barros, ...- no pudieron dar el nivel de los de siempre y el Pontevedra acabó descendiendo a 2ª en la temporada 1969-70. Desde entonces no ha vuelto a aparecer en la Liga de los mejores, pero quien sabe si algún día volveremos a hablar de que "hai que roelo".
10 comentarios:
Qué bien! Que los equipos modestos tengan un hueco en tu blog
Y que bien que un post sobre rolletes futboleros tenga algún comentario¡;).
Del Zaragoza hace tiempo que no hablo porque me deprimo.
Buenísimo, el comentario del Pravda! Pobre Cholo, en la portada del Pravda! :)) (Y ya tienes dos comentarios! :))
Sí, la anécdota es buena. Estuve buscando fotos de Cholo por todo internet, pero no encontré ninguna: una pena, porque una imagen vale más que mil palabras, tiene pinta, efectivamente, de conductor de bus. En las dos fotos en blanco y negro es el cuarto por la izquierda.
Uno de los cromos que en aquella época tenía más éxito entre la chavalería era el de Martín Esperanza. Y no por su calidad futbolística (que supongo que la tendría el hombre), sino porque era el nombre que más letras tenía (15), y ese simple detalle le confería el dudoso honor de ser uno de los futbolistas más deseados en nuestras colecciones infantiles.
Sí señor, Martín Esperanza era de esos nombre futbolísticos compuestos que tanto nos llamaban la atención: Martí Filoxía, García Castany, Sánchez Lage, Martínez Jayo, ...
Conocer que Irulegui o Nando Yosu no fueron directamente entrenadores, sino que pelaron patatas como futbolistas en un modesto como el Pontevedra, es algo fascinante para gente que ama el fútbol como yo.
Un gran post, Modestino.
A tí te ha pasado, imagino, con Marcos Alonso, Pep Guardiola o Bernd Schuster; como te llevo una década yo ví jugar a gente como Sergio Kresic (Burgos), Joaquín Peiró (Atlético Madrid, Torino e Inter), Vicente Miera (Real Madrid y Sporting) y Koldo Aguirre (Atlético de Bilbao).
Como pontevedrés y granate hasta el infinito (empecé a ir a Pasarón a los 5 años y tengo 31 y sigo/seguiré) te doy las GRACIAS por este maravilloso post. Emociona ver como alguien que no es de aquí se toma la molestia y el trabajo de hacer semejante comentario. Ahora que el fútbol perdió la esencia del deporte para convertirse en un negocio en el que es prácticamente imposible ganar sin dinero esos momentos difícilmente se repetirán. Si tuviera una máquina del tiempo sin duda iría a aquel día en que ganamos 1-0 en Pasarón al Atlético de Madrid (que saldría campeón de aquella Liga) y nos colocábamos líderes de 1ª o a aquel otro en que goleamos (3-0) al Madrid de Di Stefano que llevaba un año sin perder o a ... tantos otros días. Ahora me conformo con días como el 27 de junio de 2004, nuestro último ascenso a segunda dirigidos por tu semipaisano Don José Aurelio Gay (magnífico entrenador y persona).
A día de hoy cuando me cruzo por la calle con Martín Esperanza, Choliño (el eterno gran capitán), Ceresuela, Barros... (algunos de ellos no nacidos en Pontevedra pero asentados en la ciudad tras aquella mágica época) me da una pena no haber podido vivir aquello.... o no vivir ahora algo similar...
Sin esos grandísimos señores hoy no tendríamos ni ese pedacito de gran historia.
Menuda parrafada eh!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=kO5SyO2KKes
Partido del último ascenso en Pasarón. En las imágenes (nada buenas) aún se ve nuestro glorioso Pasaronciño en su estado original. A día de hoy está siendo remodelado y estructuralmente ya no se parece a lo que era. Mañana a las 17h volveré a mi asiento, nos visita el Izarra, son otros tiempos.
P.D.: Modestino, veo que te dedicas al Derecho, yo también aunque me da que estoy en la trinchera de al lado.
Un abrazo y GRACIAS de nuevo.
Gracias por el enlace, formidable el documento.
José Aurelio Gay, actual mister del filial del Zaragoza, puede convertrise en las próximas horas en el nuevo entrenador del Zaragoza ... menuda papeleta le toca al individuo.
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