2 de marzo de 2009

"A cada cual lo suyo", Leonardo Sciascia













"A cada cual, lo suyo"
Leonardo Sciascia
Tusquets. Barcelona, (2009)
156 páginas



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Tenía ganas de leer algo de este escritor siciliano fallecido en Milán hace 20 años. La frase que aparece en la vitola publicitaria de la novela, dicha por el creador del Comisario Montalbano, Andrea Camilleri es ya harto significativa: "Yo estoy muy lejos de alcanzar a Sciascia": salta a la vista que tenía que valer la pena.

Sciascia fue un personaje singular, rico en facetas y en personalidad; estudió magisterio y se dedicó a la enseñanza durante unos años, para trabajar posteriormente como periodista y acabar convirtiéndose en uno de los escritores italianos más importantes del siglo pasado. Sciascia era un hombre de izquierdas y simpatizó con el PCI, si bien acabó alejándose del mismo para mantener una postura crítica e independiente, hasta el punto de que escritores, políticos y público en general lo consideraran "conciencia crítica de Italia" por su implacable denuncia de la corrupción política y la violencia mafiosa.

"A cada cual, lo suyo" es una novela que se lee de un tirón, escrita con una maestría notable y con la que pasas unos ratos deliciosos. Nos muestra un fresco magnífico de la sociedad de una pequeña ciudad siciliana; la trama se centra en la investigación que realiza un peculiar profesor de instituto, Paolo Laurana, acerca del asesinato del farmaceutico del pueblo, Manno y del doctor Roscio. Capítulo a capítulos Sciascia va desgranando la cuestión y nos va llevando por caminos que, si bien no presentan excesivas sorpresas, sí aciertan en crear una crítica social demoledora.

El protagonista, el profesor Caruana, es un personaje con el que muchos se pueden identificar en algún aspecto: honesto, ingenuo, inquieto y enamoradizo va descubriendo la clave del crimen a la vez que se va metiendo en la trampa. Su condición de solterón que vive con una madre dominante aporta humanidad al personaje.

Junto a él van apareciendo los poderosos del pueblo: las dos viudas: la del farmaceutico, a quien las habladurías del pueblo laceran injustamente y la de Roscio, un personaje formidablemente descrito, el primo de ésta, el abogado Roselló y su tío, el arcipreste, un auténtico príncipe de la Iglesia a quien Sciascia contrapone con el párroco de Santa Ana, mucho más rudimentario.

El autor nos va mostrando, como en escenas de teatro, la personalidad de cada uno y el ambiente del lugar. Magistrales las escenas que se desarrollan en el Casino, con presencia del cabo Luigi Corvaia y el irascible y senil coronel Salvaggio y en el café "Romeris" con el Barón de Alcozer y sus señorías, los magistrados Mosca y Lumia.

Sciascia no puede evitar mostrar, con tanta elegancia como evidencia, su postura progresista y su actitud anticlerical. Pero por encima de los mensajes ideológicos, "A cada cual, lo suyo" es un formidable retrato de la sociedad siciliana, una maravilloso desfile de personajes, un libro francamente brillante.


Fotos: www.ucm.es; www.negraycriminal.com


7 comentarios:

Anónimo dijo...

No he podido evitarlo. Al comprobar que has ilustrado musicalmente tu comentario sobre Sciascia con la canción "El último romántico" de mi admirado Pino Donaggio, he comprobado que el maestro veneciano compuso la banda sonora para una película (política, cómo no) basada en una novela de Sciascia que se titulaba "El caso Moro", en referencia al célebre político democristiano asesinado por terroristas de las Brigadas Rojas. Por cierto, a Aldo Moro lo interpretaba Gian María Volonté, todo un especialista en cine político, que también encarnó al protagonista en la versión cinematográfica que Elio Petri, otro especialista en cine político, realizó en 1967 sobre la novela que hoy nos comentas con tu habitual brillantez.

Modestino dijo...

Me dejas "epatado" con tu habitual erudición cinéfila. He de reconocer que he optado por Pino Donaggio por ser italiano como Sciascia, pero ignoraba que fuera autor de la banda sonora de una película basada en libro de éste, y menos que hubiera versión cinematográfica del libro que terminé ayer.

A Gian María Volonté le recuerdo de una película efectivamente política: "El Atentado", junto a Jean Louis Trintignan, Jean Seberg, Michael Piccoli z, creo, Simóne Sígnoret. Y no se sí protagonizó también "El caso Mattei".

Anónimo dijo...

En tu excelente sinopsis del libro de Sciascia, sólo echo en falta, para atraer aún más a los amigos que se animen a leerlo, la afirmación de que el final es realmente sorprendente (al menos en mí, provocó ese efecto), como corresponde a un maestro.

P.D. Me pregunto anonadado (o epatado) si se habrá estrenado alguna vez alguna película de la que tu amigo Tommy desconozca, no ya su existencia, cosa es imposible, sino, por ejemplo, el nombre del distribuidor de ese film en Malta, o en las Islas Feroe, o en el Perú (pongo por caso). Diooossss!

Modestino dijo...

He de confesar que el final, magistral como todo el libro, no me sorprendió, al menos sí entendemos por sorprendente que sea inesperado. Yo lo vi venir cuando aun faltaban unos capítulos. Pero hay libros en los que no necesitas sorpresa final.

Anónimo dijo...

Hay muchas cosas que desconozco, Brunetti. Por ejemplo, quién va a gobernar en el País Vasco. Hay mucha gente que tiene claro que será el PSE con los votos del PP, pero... En política, queridos amigos, todo es posible. Y más con el personal que tenemos en esta querida España. Bueno, por lo menos ETA no estará (directamente) representada en este nuevo parlamento.

P.D.: No creo traicionar la memoria de Sciascia con este comentario político que me he permitido hacer.

Modestino dijo...

Me había planteado escribir hoy de las elecciones de ayer, pero me resisto a meter excesiva política en mi blog. Pero veo Tommy que has abierto la Caja de Pandora, así que te diré que dudo que traiciones la memoria de Sciascia, quien era un hombre inteligente, como lo demuestra que tras simpatizar con el comunismo acabara criticándolo .... y esa misma inteligencia estoy seguro que le llevaría a pensar, si viviera en la España de hoy, que el cambio de color en Ajuria Enea es lo más positivo que nos podría pasar a todos.

Anónimo dijo...
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