El miércoles pasado nos quedábamos patidifusos cuando las agencias de prensa nos sorprendían con la noticia de que el Santo Padre, Benedicto XVI, afirmaba que en el Portal de Belén al tiempo del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo no se encontraban la mula y el buey. Ya uno anda en crisis personal cuando viene años escuchando que tantas cosas que le enseñaron en el colegio ahora se ponen en duda y personajes que uno tenía casi en una hornacina como los Reyes Católicos, Cristóbal Colón o el Cid Campeador aparecen hasta desposeidos de las cualidades que en su día les convirtieron en ídolos. No andaba yo, por lo tanto, muy conforme con eso de que ahora los sujetos pasivos de nuestra admiración tengan que ser Rousseau, Lutero o el Che Guevara, pero los cimientos de mis convicciones parecieron resquebrajarse cuando intuí que alguien pretendía sacar del "Nacimiento" a dos personajes tan entrañables, significativos y, desde luego, imprescindibles como la mula y el buey, unos bichos que aportaban a una escena tan importante e histórica un algo natural y creíble.
Por lo visto el papa ya ha dejado claro que una y otro pueden mantener su presencia y su status en los "Belenes" de las familias cristianas, y eso me tranquiliza, pero no deja de ser una especie de torpedo hacia las convicciones de siempre el que a uno le cuestionen una de las primera cosas serias que aprende en la vida. No tengo ninguna duda de quienes son los personajes principales de la Navidad y, por ello, del Portal donde nació quien vino a salvarnos, pero vete tú a discutirle a un niño, y ese espíritu parece condición para que se nos abra el reino de los cielos, la existencia de los Reyes Magos de la mula y del buey. Porque cuando comenzábamos a corretear por el mundo y al aproximarse la Navidad holgazaneábamos en torno al Nacimiento, la mula y el buey nos parecían tan importantes como el misterio de la Santísima Trinidad.
15 comentarios:
Qué triste es vivir cuando cambia la base espiritual de la sociedad.
Mi belén no cambiará lo diga quien lo diga.
Y al Santo Padre, más le valdría ocuparse de otras cosas y dejar estas tradiciones tranquilas, que ya bastante tenemos con el acoso y derribo de los grupos de presión, como para que vengan los de dentro a tocar las narices.
Besazo
...menos mal que Benedicto no ha mencionado "el caganer" :) que si no se hubiera montado la "marimorena".
Un Saludo Modestino, y felicidades de nuevo (creo que lo hice ayer)
Parece que sea lo único que aporta el último libro del Papa, Modestino. Supongo que es lo más llamativo del relato de la infancia de Jesús y por ello se hacen eco los medios. Creo que se puede conjugar perfectamente el hecho histórico y la tradición popular. Si nos paramos a pensar, que un bebé tenga a un palmo dos animales de tal envergadura quizá sea temerario y poco higiénico;-)Yo los seguiré colocando en la cueva...
Un saludo, jurisconsulto
Quede constancia que pretendía hacer un post coñón, para nada ni crítico ni trascendente. Yo también mantendré los "bichos" en el portal.
Me dicen, de buena fuente, que el Papa en la misa del 25 de diciembre sentencia que el río que había cerca del Portal no era de papel Albal, y que la nieve no era de harina.
¡Ojo, pestaña, que la cosa se pone chunga!
Y que el musgo no hay que mangarlo ...
Veremos si el Excmo. Sr. Alcalde de Zaragoza, ese sujeto que trata, él sí, con particular saña a quienes no están de acuerdo con él, quita la mula y el buey del Belén de Plaza del Pilar y pone en su lugar dos especies protegidas para quedar bien con algún grupúsculo ecologista afín a sus socios de gobierno.
Caramba Tommy, vaya andanada¡¡¡¡
Santa Elena manda a su hijo Constantino construir la catedral de la Natividad en Belén sobre la cueva en la que nace Nuestro Señor... si el lugar es ese (al menos en Belén allí vas a verlo) la primera pregunta es si yo entro por esas escaleras de mala manera como narices entraron la burra y el buey... y para qué guardar en una cueva (que parece una angosta bodega) una burra y un buey con su respectivo estiércol paja... y el ruido respirando y remugando...
San José llegaría con la burra pero allí fijo que no la metió.
Pues yo seguiré poniéndolos, que no es por nada pero digo yo que si en la Biblia no dice nada a favor o en contra, no se puede demostrar que no hubiera animales en el corral. Un beso.
Por supuesto, y seguro que en el Belén del Vaticano también los ponen :)
Evidentemente, de este extracto del libro del Papa se han hecho eco los medios porque es lo único que mínimamente se puede criticar. Si una persona no se ha leído el libro creo que no debería andar diciendo que no aporta nada más que el hecho de que en el portal de Belén no había ni mula ni buey. Por otro lado, ¿qué más da si había mula y buey? Es, de hecho, lo menos importante de la Navidad. Darle la importancia que no tiene me parece infantil. Como bien ha dicho Modestino, les será difícil de comprender a los niños, pero los que no somos niños creo que nos deberíamos fijar en lo realmente importante.
Hasta los cristianos deberíamos aprender un poco a reírnos de nosotros mismos ... ;)
Estoy contigo. Yo de mí mismo me río, pero no sé si hacerlo del Papa. Gracias por tus entradas.
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