Hacía días que se hablaba de la situación crítica de Chavela Vargas, una cantante, ... una mujer indómita y resistente que falleció el pasado domingo a la edad de 93 años. Aunque había nacido en Costa Rica, Chavela Vargas era mejicana de adopción y de nacionalidad, y bien que lo demostró con los hechos, pues nadie cantaba las rancheras como ella: la única mujer que se atrevió a entonar las más llamativas canciones mejicanas con la fuerza y la convicción que lo hicieron los mejores cantadores de rancheras. Hasta los 30 años Chavela cantó en la calle, donde sin duda aprendió tantas cosas, aunque la propia vida ya se las había enseñado cuando sus padres, tras divorciarse, se desentendieron de ella y la dejaron al cuidado de una tía y cuando sufrió poliomielitis. Pero quienes aprecian la belleza de una voz y un sentimiento pueden agradecer a José Alfredo Jiménez no solamente todo lo que este hizo como compositor e intérprete de temas bellísimos, sino haber el descubierto y convertido en cantante profesional a Chavela. La vinculación de ésta con José Alfredo la llevó a interpretar sus más bonitos temas, y cuentan que cuando éste falleció Chavela acudió a su velatorio y se desplomó llorando borracha; al intentar apartarla varias personas, la viuda de Jiménez las detuvo: «Déjenla, que está sufriendo tanto como yo». Y es que la cantante fallecida era toda una personalidad: bebía mucho, fumaba continuamente y llevaba pistola. Cuentan quienes estuvieron con ella en sus últimos momentos que Chavela murió dando ejemplo de fortaleza y serenidad; su amiga María Cortina comentó que "no se quejó ni siquiera un segundo, mantuvo una gran dignidad y una gran sonrisa para todos los que la atendieron", sus últimas palabras fueron "Me voy con México en el corazón", un final digno de una heroína, de un personaje especial, de alguien que deja huella.
De Chavela Vargas se habla y se hablará largo y tendido, en las ediciones digitales de los diarios del todo el mundo encontramos "obituarios" que nos hablan en extensión de tantas vivencias, anécdotas y hasta sucedidos que tuvieron a la "Chamana" -así la llamaron muchos- como protagonista a lo largo de una vida tan larga en años como prolífica en actividad. Chavela cayó largos periodos en el pozo del alcohol, pero se supo levantar y convivir con esos usos, admitió en el año 2000 su homosexualidad y viajó por todo el mundo, aunque Méjico y Madrid compartieron los lugares más notables de su corazón. Como en tantas ocasiones, la muerte de una persona nos lleva a conocer cosas que ignorábamos, como que la cantante intervino en la fiesta de la boda de Liz Taylor con Mike Todd, su amistad con Diego Ribera y Frida Khalo -aunque esto me sonaba de la celebre canción de Sabina y Los Secretos- o que tras superar el alcoholismo hacía ejercicio con regularidad, levantaba pesas, y cumplidos 80 años se tiró en una ocasión en paracaídas así como su aparición en "Babel", la multipremiada película de Alejandro González Iñárritu, donde cantaba "Tú me acostumbraste", bolero de Frank Domínguez. Chavela Vargas poseía la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid y la Medalla al mérito de la Universidad de Alcalá de Henares, era Huésped de Honor de Buenos Aires, y ciudadana distinguida de la Ciudad de México.
Un repaso por las canciones del repertorio de la cantante fallecida supone un viaje maravilloso por temas que nos ponen la carne de gallina, por historias de amores, pasiones, dramas, desengaños, traiciones y sensibilidades. Fue famosa por sus interpretaciones desgarradas de canciones como "La Llorona" o "Paloma negra", hay temas significativos y sugerentes como "En el último trago" y "Arráncame la vida", melodías bellísimas como "Un mundo raro" o "No soy de aquí", canciones de amores rotos como "Que te vaya bonito" o "No volveré", otros temas imponentes como "Piensa en mí", "Luz de luna", "La sandunga", "El andariego", "Macorina", "Las simples cosas", "Corazón, corazón", "Cuando vivas conmigo", "La Charrasca", "Golondrina viajera", ... No cabe duda de que es un buen consejo el de dedicar alguna hora a recorrer estos y otros temas y "perder" el tiempo escuchando la voz inigualable de Chavela Vargas ... porque en realidad no se pierde.
He elegido una canción entre tantas; es imposible pensar que haya una especialmente indicada, porque son muchísimas. A mí siempre me ha encantado "Un mundo raro", ese tema compuesto por José Alfredo Jiménez que habla de amores y desengaños, no exento de cierto cinismo y tono de amargura. Y junto a este tema, no puedo olvidar el que compuso Sabina y que nos habla de ella.... ¡Quien pudiera reir como llora Chavela!". Descanse en paz.
4 comentarios:
No conozco mucho de esta cantante. Intentaré escucharla. A mí otra que me gusta mucho es Chabuca Granda. Un beso.
Tomo nota de Chabuca Granda, cuyo nombre he oído mil veces pero a quien no pongo ni cara ni voz.
Ayer en la Ermita de Loreto de Huesca hubo proyección de fotos y audición de discos de Chavela Vargas, un homenaje improvisado de sus incondicionales. Debió de estar muy bien.
Grande, grande, Chavela.
Hace poco le oí decir en una entrevista que, según un cálculo que alguien próximo a ella había efectuado, se había bebido a lo largo de su extensa vida una cantidad aproximada de 45.000 liros de alcohol, en sus diferentes versiones, tipos y modalidades.
La mujer no lo contaba envileciéndose de su gesta (o, por mejor decir, de su ingesta), sino realmente sorprendida de que, a pesar de semejante récord, hubiera vivido tantos años y con aparente buena salud.
Era amiga casi íntima de Joaquín Sabina; otro que, a lo largo de su vida, se ha corrido, por decirlo de algún modo, dos o tres juergas (no más) y se ha bebido cinco o seis "pelotazos".... En fin.
Salud!
Brunetti, reconoceló, ni tu ni yo saldríamos vivos de las "ingestas" de la gran Chavela.
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