La anécdota se produjo el penúltimo día de los recién terminados Juegos Olímpicos: acababa de concluir una disputada final de los 5.000 metros lisos femeninos y la atleta etíope Meseret Defar se había impuesto en un apretado final a la keniata Vivian Cheruiyot y a su compatriota Tirunesh Dibaba, la gran favorita y que había sido oro en 5.000 y 10.000 en Pekín y en los 10.000 disputados días antes en el propio Londres. Al concluir la carrera Defar sacó de su pecho una imagen de la Virgen María, la mostró a las cámaras y se la puso en el rostro en un momento que aparentaba ser de intensa oración. Meseret Defar, cristiana ortodoxa, encomendó su carrera a Dios con una señal de la cruz y completó la distancia en 15:04:25, logrando un triunfo inesperado que no tuvo remilgos en agradecer a quien correspondía cuando con lágrimas de emoción mostró al mundo la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos que la acompañó en todo el recorrido. Me llamó la atención este detalle, sin duda uno de los momentos mágicos de los Juegos y una de las vivencias deportivas más bonitas que recuerdo; no pude evitar que me saliera el colmillo pérfido y se me pasara por la cabeza el pensamiento, seguro que malévolo, de que si una atleta española hubiera hecho lo mismo quién sabe si algún "comecuras" en boga la hubiera denunciado por incumplir la aconfesionalidad constitucional, que en estas andamos por estas tierras.
Me ha llamado la atención que a lo largo de estos Juegos no han sido pocos los atletas que se han encomendado a Dios, santiguándose, besando una medalla, ... al comenzar sus pruebas, que se han referido a Él en las entrevistas posteriores a sus éxitos, que no han tenido empalago en mostrar su fe antes, durante y después de sus actuaciones. Fueron llamativas las referencias a Dios de las atletas norteamericanas que habían ganado la Final de los 4x100 metros y batido el record del mundo, las imprecaciones y agradecimientos de Will Claye, otro norteamericano, ganador de la medalla de bronce en Longitud, o las continuas referencias a lo divino de atletas africanos: Kenia, Nigeria, Etiopía., ... No deja de resultar duro el contraste entre la desinhibición de americanos y africanos y la frialdad europea, con una organización que según cuentan se ha preocupado de cerrar cualquier posibilidad de hacer presente la religión en el certamen, con unos países en los que se cierran las puertas a cualquier iniciativa piadosa o similar bajo el argumento de una aconfesionalidad tan necesaria como mal interpretada. Y es que cada día anda uno más convencido de que son más felices y pujantes quienes andan por el nuevo o el tercer mundo que los que pisamos este occidente decadente y caduco, con esos hábitos que van desde "cogérnosla" con papel de fumar hasta ejercer de anticlerical furibundo.
5 comentarios:
Muchos corredores (atletas) se encomiendan a Dios.
Hay cientos de frases que te repites mentalmente para seguir corriendo.
Cuando corres estás solo, en ese momento te acompañan tus pensamientos y el dolor por el esfuerzo; y no es tan extraño pedirle fuerzas a Dios.
Yo le pido fuerzas a Dios y se lo agradezco. Si yo que no me juego nada ni voy a ganar una medalla confío en El, me pongo en la piel de quienes luchan por una medalla olímpica. Cuantas veces en su vida profesional un atleta profesional no le pedirá más fuerzas...
La velocidad, la resistencia y la belleza son dones regalados. El que asi lo entiende, asi lo siente y de la misma forma natural lo declara.
Hay carreras que no terminan en la meta, metas que no son el final de ninguna carrera y medallas que son ganadas por los mas veloces en su fe.
El alma de un atleta esta en su mente.
Buenas reflexiones las de ambos.
Para no aburrirme en los partidos de fútbol voy a empezar a contar los que se santiguan antes de salir al campo o cuando tiran penaltis; y todo porque ayer me fijé que Villa lo hizo al salir al campo.
Sí, algunos lo siguen haciendo, por mucho que en el fútbol estas cosas a veces suenen a rutina o a gesto más bien artificial, ... pero no deja de estar bien.
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