Buenas lecturas en junio. Dos buenas novelas de época género bien distintos, un ensayo sociopolítico, una novela histórica de fama y calidad, una vieja colección de artículos deliciosa y un ensayo de Delibes, que seimpre es Delibes.
Isaiah Berlín fue un politólogo y pensador británico de origen judío cuya vida se extendió durante casi todo el siglo pasado -vivió entre 1907 y 1997- , y es hoy considerado uno de los mayores exponentes del pensamiento liberal. Escribió pocas obras "strictu sensu", pero sus conferencias y escritos sueltos han dado lugar a numerosos libros recopilatorios. En los tiempos que corren viene bien recurrir a alguien que destacó por aportar interesantes ideas sobre la libertad y el pluralismo de valores. Una de las últimas recopilaciones publicadas lleva el título de "Sobre el nacionalismo", tema tan interesante como actual y que me pareció un buen modo de comenzar a leer a este autor. En el libro se recoge todo lo que escribió y habló el autor sobre el tema, desde una elaboración filosófico-histórica de los orígenes del nacionalismo hasta todo tipo de consideraciones acerca de sus consecuencias y efectos en nuestra historia reciente. Me ha parecido un libro interesante, escrito desde la serenidad, pero sin ningún tipo de equidistancia y que se lee con facilidad, pues Isaiah Berlin se muestra como un pensador tan profundo como claro y sencillo al exponer los temas.
Hace muchos, muchísimos años que tenía ganas de leer "Memorias de Adriano", sin duda una de las obras cumbre de Marguerite Yourcenar, escritora belga que adquirió la nacionalidad estadounidense, fue eterna candidata al Premio Nobel y obtuvo, entre otros galardones importantes, el "Gran Premio de literatura de la Academia Francesa". Tras terminar la lectura puedo afirmar que leerlo era una aspiración justificada y la debía haber resuelto mucho antes. No estamos ante una biografía, ni siquiera ante un autorelato exhaustivo de la vida del emperador Adriano ni una novela histórica. Cabría definir el libro de Yourcenar como una narración histórica, perotambién de carácter filosófico y psicológico en el que ésta pone en boca del protagonista una serie de consideraciones sobre la vida, el poder, la paz, la guerra, el mundo de su tiempo, ... De esta manera, y siempre que el léctor tenga paciencia, ritmo y constancia en la lectura, uno va disfrutando de reflexiones interesantísimas sobre las vivencias de uno de los emperadores romanos de origen español, de las contradicciones que el ejercicio del poder le llevó a vivir, de sus sentimientos y dramas personales, ... En definitiva, una de esas obras literarias que terminas considerando casi imprescindibles.
Wenceslao Fernández Florez fue sin duda uno de nuestros grandes escritores del siglo pasado. Se inició como periodista y tras trabajar en un buen número de diarios de su Galicia natal, escribió en grandes diarios madrileños de la época como "El Imparcial", "ABC", "La Tribuna" o "El Liberal": Como escritor firmó magníficas novelas: "Volvoreta", "El secreto de Barba Azul", "El malvado Carabel" y, sobre todo, "El bosque animado". Hace poco descubrí una vieja colección de artículos sobre fútbol publicada en 1948 titulada "De portería a portería" que me atrajo enseguida y encargué a una librería de viejo: ptambién cabe decir que el ejemplar recibido era igualmente viejo, mucho. Fernández Flórez no era un experto en fútbol, pero con un humor, una ironía y un sentido común notables, nos hace disfrutar relatando los aspectos más anecdóticos del llamado "deporte rey", redactados como crónicas claramente "adicionales" que publicaba en "ABC" tras los partidos que Real Madrid y Atlético jugaban en la capital. Un libro para gozar y descansar, incluso para quienes no sientan excesiva vibración por el fútbol.
Pienso que en novela negra es bueno volver de vez en cuando a los de siempre, quienes por cierto no se limitan a ser los llamados "clásicos", como Hammett, Chandler, McDonald, etc. En esta ocasión tuve el capricho de leer "Laura", la novela más famosa de Vera Caspary, nacida en Chicago a finales del XIX y que si bien tuvo mucho éxito en su época, ha sido poco traducida al español. La fama "Laura" viene reforzada por la excelente película que Otto Preminger dirigió en 1944 y fue protagonizada por una de las actrices más bellas de los años de oro de Hollywood, Gene Tierney. Cuando hay película y novela, prefiero empezar por lo escrito, aunque en esta ocasión los términos hubo que invertirlos. La verdad es que no me ha importado, pues "Laura" me ha parecido una novela excelente, con una trama que Vera Caspery trabajó perfectamente, manteniendo en todo momento la tensión y el misterio, dándole un tono entre dramático y cínico. Por encima de todo, me ha parecido un relato elegante y pulcro, que no necesita de toques escabrosos … en fin, escrita como se hacían entonces las grandes novelas, aunque fueran del género negro.
Suelo estar pendiente del Premio Goncourt, posiblemente el más prestigioso de las letras francesas. Grandes escritores galos como Marcel Proust, André Malraux, Maurice Druon, Simone de Beauvoir, Patrick Modiano, Marguerithe Duras, Amin Maalouf y Jean Echenoz recibieron el premio en diferentes épocas. Leí grandes alabanzas del vencedor de 2018, el joven escritor Nicolás Mathieu, con la extensa novela -456 páginas- "Sus hijos después de ellos", un relato donde aborda las consecuencias de la desindustrialización sobre la clase obrera francesa. El libro nos cuenta con gran realismo la vida de los hijos de los obreros que terminaron en el paro o en una prejubilación miserable tras el cierre de las industrias metalúrgicas, siderúrgicas, etc … A través de la vida de Anthony, hijo único de clase baja y Hacine, hijo de emigrantes marroquís, Mathieu hace una disección certera de la Francia más pobre y abandonada, incluyendo las vidas de sus propios padres. Leyendo la novela recibes un baño de realidad sobre el sector social francés más abandonado, que intuyes viene a tener bastantes similitudes con el de la mayoría de países del occidente europeo. No cabe hablar de un drama, pues el galardonado escritor nos cuenta cómo es la vida de estas personas, y de hecho no relata sucesos trágicos ni extraordinarios. La lectura se ha llegado a hacer en algún momento algo pesada, pero globalmente me ha parecido un acierto su elección. La portada nos explica frehacientemente algunos pasajes más fuertes.
Hacía mucho que no leía nada de Miguel Delibes, y pienso que ya empezaba a ser algo cuando menos culposo. Para reanudar un hábito tan enriquecedor como leer al vallisoletano y poner una cruz en el numeroso -¡excesivo!- número de libros pendientes, escogí "La primavera de Praga", un ensayo escrito en 1968ncon motivo de una estancia del académico en la capital de la entonces llamada Checoslovaquia para dar unas conferencias. A la vista del título, pensé que se trataría de un relato, y correspondiente valoración, de los sucesos ocurridos por entonces en ese país, que comenzaron como una búsqueda de un gobierno más libre y distanciado de la URSS y terminó con la llegada de los tanques soviéticos a la citada ciudad. Evidentemente, Delibes parte de ahí, pero, utilizando a modo literario una supuesta entrevista, se dedica a elucubrar primero sobre política y luego sobre los modos de ver la vida de los habitantes del país. Cabe añadir que cuando el libro se encuentra en la imprenta, todavía nos se ha abortado el intento liberalizador, por lo que se nota en el tono de lo escrito un cierto toque de euforia que al cabo de los años suena a iluso. El libro está escrito con la maestría habitual de Miguel Delibes, aunque desde mi punto de vista usa un tono entre moralizante y profesoral que lo desluce algo.
2 comentarios:
Berlin siempre es una garantía y con Delibes tengo una deuda pendiente, dejé de leerlo porque de juvenil lo leí mal y lo rompí. (Cuando se lee mal a un autor se rompe) Me reconcilie con El Hereje y de vez en cuando me empeño en leerme algo de él porque sé que me terminará gustando.
Me pasa algo parecido con Vila-Matas siempre lo he repudiado y ahora me estoy releyendo Bartleby y compañía y me está encantando.
Igual también son cosas de la mesura que da estar cambiandome de decada adentrandome en los inesperados cincuenta que me atropellan como una apisonadora que aplasta tonterías y prejuicios.
Abrazos.
Buenos días, Modestino.
Te compro a Fernández Flórez. Lo tengo en lista de espera pero aún no me he decidido por un título: El malvado Carabel, El bosque animado, Perros, gatos y otras amistades... No sé.
Te dejo dos: Un mar violeta oscuro, de Ayanta Barilli. No era mi estilo pero como esta chica me cae muy bien lo compré (ya ves qué criterio tengo) y la verdad es que me ha gustado muchísimo.
El otro es Capital del dolor, de Paco Umbral. Muy divertido, educativo, y de una prosa maravillosa. Quién lo diría.
Un saludo. Y, como siempre, muchas gracias.
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