Todos hacemos risas ... sino rajamos con encono y ferocidad, en torno a esas llamadas que uno recibe de los diferentes operadores telefónicos. Desde hacía días un número concreto andaba merodeando mi móvil particular, y ayer por la tarde, tal vez por la modorra de la hora de la siesta, opté por ponerme al aparato. Efectivamente, quien andaba al otro lado de la onda era una de la voces telefónicas de Vodafone. Mi primer impulso fue manifestar seria y secamente que no me interesaba cualquier oferta que me realizaran, pero algo pasó, porque en esta ocasión mi oido no escuchaba una voz automatizada, rutinaria, tan voluntariosa como cansina, sino la de alguien que invitaba a seguir hablando, a interesarse por el tema ... a confiar. Esa voz respondía al nombre de Arantxa.
Es posible que haya vuelto a tropezar en la piedra de la vanidad -la chica me dijo que mi voz no aparentaba la edad que afirmaba-, o que me rindiera a las artes de la simpatía, ... o que me pilló uno de esos días "receptivos" que tienes de vez en cuando ... La cuestión es que fui aceptando sus propuestas, ilusionándome con la oferta de una rebaja en mi cuota mensual de teléfono, asumiendo engordar mi cartera con una tarjeta más. Y lo que me pareció más asombroso: consiguió que cerrara una serie de operaciones con el móvil que nunca hubiera pensado culminar con éxito. Hablé con ella mientras abría internet y mi correo electrónico, hice fotos con la cámara conversando a la vez con ella, y cerré una operación que me aseguró iba a ser superbeneficiosa sin tensarme ni encender mi habitual impaciencia.
Si tuviera ocasión, les diría a los de "Vodafone" que Arantxa se merece un ascenso, que es una joya que no pueden perder, que consigue convertir en grato algo que la mayoría de los humanos, al menos españoles, consideramos un agobio. Supongo que ella tendrá sus artes, que conseguir clientes y cerrar operaciones son el fin principal de su enorme -no exagero- simpatía y amabilidad ... pero, ¡qué caray!, no todos consiguen hacerlo tan bien, ... si fue tan grato hablar con ella, algo más habrá que teatro comercial.
Al colgar me planteé si a lo mejor todo era un engaño telefónico, si a consecuencia de la llamada mi cuenta corriente va a quedar vacía y yo en la ruina, ... pero me parece imposible. tanta simpatía sólo lleva al camino del bien.
1 comentario:
Soy Arantxa (voy a pasar por alto que haya escrito mi nombre mal jaja) y, en serio, F (no sé si escribir su nombre completo) estoy llorando.
Muchas gracias por sus palabras, de verdad. Pocas veces he sentido tanto orgullo por una llamada con un cliente y ésta, desde luego, es la primera de esa lista.
Espero que todo le vaya bien con el producto y en su vida, en general. Ha sido un placer hablar con usted y leer estas palabras.
Espero que mi jefe lo lea también jajaja
Un saludo :)
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