A veces me pregunto si soy feliz ... en ocasiones entro al juego del "ego" y caigo en la torpeza de buscar presuntos obstáculos a mi felicidad. Debe de ser una especie de tendencia natural, humana, ... posiblemente más propia de inseguros. Pero caer en esta tentación no es justo.
Reflexiono y comprendo que no puedo ser infeliz ... fundamentalmente porque no tengo derecho a ello. Regodeándome en estos conceptos solamente consigo comportarme injustamente con tantos a los que la vida no ha tratado tan bien. Y lo que es peor, tropezar con la piedra de pretendidas infelicidades pone el peligro de dañar la felicidad de quienes con mayor o menor cercanía me rodean.
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