Cuando se acerca la fiesta de San Jorge siempre me gusta desempolvar libros leídos hace tiempo, hablar de ellos, algo que me sirve como recuerdo a la vez que ejerzo la sana costumbre de recomendar. La lectura es una afición bien sana, y si compartes lecturas y experiencias, todo va mejor.
Hay libros que cargan fama de "ladrillo", y uno de ellos es "Los Buddenbrook", la gran saga familiar de Thomas Mann, que en Alemania viene a ser el equivalente de "Los novios" de Alejandro Manzoni o "La saga de los Forsythe", de John Galsworthy. La novela narra la decadencia de una próspera familia de comerciantes de la localidad germana de Lübeck ea mediados del siglo XIX, abarcando cuatro generaciones. Se trata de un libro extenso -en torno a 900 páginas- en el que lo que se cuenta se hace pausadamente, sin grandes sucesos y con párrafos largos, todo lo cual exige paciencia y atención. Pero por encima de todo, es una novela excelente, muy bien escrita, que refleja perfectamente el ambiente de la época y el estilo de vida de las familias pudientes de la Alemania de hace dos siglos. Hay personajes muy bien creados, una visión crítica y mesurada de las ideas y los modos de vida de la burguesía alemana, incluso sus toques de ironía. Recuerdo que la lectura me costó varios meses, pero también que al acabar tuve bien claro que había valido la pena.
El siglo XIX fue una fuente continua y brillante de buena literatura en España; Pérez Galdós, Alarcón, Pardo Bazán, Larra, Valera, "Clarín", Pereda, ... son apellidos que avalan lo que digo. Siento una especial predilección por la literatura de entonces, y posiblemente sea Benito Pérez Galdós mi autor preferido. Considero excelentes bastantes de sus "Episodios Nacionales", y novelas como "Fortunata y Jacinta", aunque si me tengo que quedar con una mi opción es "Misericordia", una auténtica joya literaria. Según los expertos, el relato pertenece al llamado "ciclo espiritualista" de las novelas españolas contemporáneas, y es una de las más representativas en las que se refleja el llamado "Madrid de Galdós". Mi recuerdo del libro se resume en tres cuestiones: un personaje protagonista magnífico, lleno de humanidad y de fuerza, un reflejo maravilloso de la bondad sin aristas, lo que contrasta con el egoísmo y la cicatería moral que ponen de manifiesto muchos de los otros personajes; en segundo lugar, la incisiva crítica social que late en la historia relatada y, finalmente, la dureza que tiene la novela como trasfondo, porque dentro del tono de ironía crítica y lo entrañable del personaje de Benina, la protagonista indiscutible, a uno le queda el sabor amargo de la injusticia y la ingratitud.
Uno de esos autores de novela policíaca al que rindo fidelidad inquebrantable es Lorenzo Silva; en concreto, cuando sale al mercado una nueva entrega de su serie protagonizada por Bevilacqua y Chamorro no me quedo tranquilo hasta tener un ejemplar en mis manos y encontrar un hueco para leerla, pudiendo asegurar que el 90% de las veces no me ha decepcionado. Por eso considero una buena opción incluir este año entre mis consejos para el día del libro la primera aventura de los citados que leí, "El alquimista impaciente", una magnífica novela que le valió a Silva el Premio "Nadal" del año 2000. Dieciséis años después me sigue pareciendo la mejor de todas, ... es posible que una de las razones sea la novedad, el enfrentarme por vez primera con unos personajes, entonces sargento y cabo, con los que te identificas enseguida, amen de un argumente realmente sugestivo. A lo dicho cabe añadir una trama original, elaborada perfectamente y sin fisuras. Ya entonces "El alquimista impaciente" me pareció una novela de calidad, una muestra de literatura elegante y una de esas ocasiones en las que tras un premio literario se ve un acierto indudable.
Uno de esos autores de novela policíaca al que rindo fidelidad inquebrantable es Lorenzo Silva; en concreto, cuando sale al mercado una nueva entrega de su serie protagonizada por Bevilacqua y Chamorro no me quedo tranquilo hasta tener un ejemplar en mis manos y encontrar un hueco para leerla, pudiendo asegurar que el 90% de las veces no me ha decepcionado. Por eso considero una buena opción incluir este año entre mis consejos para el día del libro la primera aventura de los citados que leí, "El alquimista impaciente", una magnífica novela que le valió a Silva el Premio "Nadal" del año 2000. Dieciséis años después me sigue pareciendo la mejor de todas, ... es posible que una de las razones sea la novedad, el enfrentarme por vez primera con unos personajes, entonces sargento y cabo, con los que te identificas enseguida, amen de un argumente realmente sugestivo. A lo dicho cabe añadir una trama original, elaborada perfectamente y sin fisuras. Ya entonces "El alquimista impaciente" me pareció una novela de calidad, una muestra de literatura elegante y una de esas ocasiones en las que tras un premio literario se ve un acierto indudable.
Es posible que John Grisham no sea precisamente un modelo de literatura de calidad, pero me parece que anda por encima de la media entre los autores de best-sellers, ha sabido encontrar argumentos y tramas que han conseguido que sus novelas se lean mucho y desde hace años y que en su primera época -con el paso del tiempo uno empieza a intuir libros escritos por equipos bien entrenados- publicó unas cuantas novelas verdaderamente notables y que sirvieron como guión para películas de éxito -"La tapadera", "Tiempo de matar", "El jurado", "El cliente", ...-. Por eso me permito el lujo de incluir entre mis recomendaciones la primera novela de Grisham que leí, "El informe Pelícano", un libro que devoré en la primavera de 1993 y con el que disfruté como un enano. Recuerdo que lo recomendé a todo bicho viviente capaz de leer novelas y supuso en inicio de una afición tal vez excesiva por los thrillers judiciales que me duró varios años. Siento curiosidad por el efecto que me provocaría ahora su lectura, pero también es verdad que al cabo de más de dos décadas tendría pocas dudas a la hora de recomendarlo.
Carmen Martín Gaite ha sido, sin ningún género de duda, una de las grandes plumas de la literatura española posterior a la guerra civil, lo que dice bastante a la vista de la cantidad y la calidad de los autores de la época. Me gustaron mucho en su día algunas de sus primeras novelas como "Entre visillos" y "Retahilas", pero pienso que mejoró, si cabe, su estilo y consiguió mayor profundidad con relatos más modernos como "Nubosidad variable", una novela nada fácil de escribir, lo que da mayor mérito al excelente resultado obtenido por la autora. En dicho relato Martín Gaite nos cuenta la historia de dos viejas amigas de la infancia, que reanudan su amistad con los años por vía epistolar tras una ruptura por disputas amorosas. Ahora la una se ha convertido en una psiquiatra de prestigio, mientras la otra se dedicó a las labores familiares. La escritora va alternando los capítulos con las disquisiciones de una y otra y consigue un cuadro magnífico. Recuerdo un psiquiatra a quien conocí que mantenía la tesis de que ambos personajes conformaban en su conjunto la manera de ser de la propia Carmen martín Gaite, lo que no deja de ser una teoría, por muy sugerente que parezca.
Carmen Martín Gaite ha sido, sin ningún género de duda, una de las grandes plumas de la literatura española posterior a la guerra civil, lo que dice bastante a la vista de la cantidad y la calidad de los autores de la época. Me gustaron mucho en su día algunas de sus primeras novelas como "Entre visillos" y "Retahilas", pero pienso que mejoró, si cabe, su estilo y consiguió mayor profundidad con relatos más modernos como "Nubosidad variable", una novela nada fácil de escribir, lo que da mayor mérito al excelente resultado obtenido por la autora. En dicho relato Martín Gaite nos cuenta la historia de dos viejas amigas de la infancia, que reanudan su amistad con los años por vía epistolar tras una ruptura por disputas amorosas. Ahora la una se ha convertido en una psiquiatra de prestigio, mientras la otra se dedicó a las labores familiares. La escritora va alternando los capítulos con las disquisiciones de una y otra y consigue un cuadro magnífico. Recuerdo un psiquiatra a quien conocí que mantenía la tesis de que ambos personajes conformaban en su conjunto la manera de ser de la propia Carmen martín Gaite, lo que no deja de ser una teoría, por muy sugerente que parezca.
2 comentarios:
Gracias por compartirnos esta entrada.
Unas sugerencias muy buenas, para tomar nota siempre.
Me gustan las novelas negras, y no conocía a Lorenzo Silva. Tengo que ponerle remedio a eso, porque después de leerte, cuanto menos me pica la curiosidad.
Se te intuye con buen criterio.
Gracias de nuevo.
Un abrazo.
Interesantisimos todos los libros y ésta vez ha coincidido que he leido varios, "El informe pelícano" "Nuvosidad variable" y "El alquimista impaciente"
B.P.Galdos también es un escritor que me gusta, sin embargo no he leido "Misericordia" .
Respecto a sagas familiares recuerdo tu recomendacion de "Las grandes familias" de Maurice Druon que me encantó y de la que me faltan "La caida de los cuerpos" "Cita en los infiernos"
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