24 de septiembre de 2015

Dándole vueltas a la transparencia


Hay palabras, conceptos, ... que de pronto parecen convertirse en términos de moda, casi en fetiches ... uno ha odio hablar de tolerancia,  talante,  empatía, eficacia, ... como si con tales términos se hubiera encontrado la piedra filosofal, como se si con su aplicación se solucionaran conflictos, problemas y enfrentamientos ... aunque a la larga no pudieras evitar la tentación de pensar que en ocasiones semejantes  ideas no eran más que genialidades efímeras,  ocurrencias propias de días inspirados.

Ahora se habla mucho de transparencia: en la política, en las instituciones, en el deporte, ... No parece, en buena lógica, un dislate plantear habiéndose repetido escándalos económicos, de decisiones oscuras, episodios de corrupción o gestiones poco claras, se exija que quien tiene mayores o menores responsabilidades actúe con claridad, no oculte datos ni matices y de, si es preciso, las oportunas explicaciones. Pero también me planteo si en algunas ocasiones esa presión por la transparencia puede suponer un ataque a la necesaria discreción con la que hay que actuar en el ámbito público, sobre todo si de temas delicados se trata, si somos capaces de entender que el secreto profesional debe ser considerado como atributo esencial a la hora de respetar a unos y otros, si en definitiva al exigir transparencia podamos caer en el error de confundir un derecho a ser bien gestionados y conocer lo necesario con un afán de intromisión donde no nos corresponde o un ansia incontrolable de opinar sin orden ni concierto, sin capacidad de discernir.

Es posible que la razón de problema puede estar en que se ha roto la confianza, que quienes debían hacer lo posible por merecerla han hecho méritos para lo contrario. En ese caso, quien corresponda deberá procurar recuperarla ... o crecerá el peligro de convertir la vida pública en un mercadillo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema está en que los Organismos que tienen la competencia de conocer y fiscalizar los asuntos públicos, no han cumplido con su cometido. En ocasiones se sospecha que conociendo algún asunto no muy claro, han mirado hacia otro lado sin hacer nada.

Modestino dijo...

Me temo que esa sospecha sea verdad, pero no iba por ahí ... insisto, hay veces que oigo hablar de transparencia e intuyo que quien la pide no sabe bien qué significa.

Anónimo dijo...

Por encima de la trasparencia y del deber de secreto está en ambos casos el bien público el interes de los ciudadanos; pero la exigencia de trasparencia es utiliza para exigir que se revele lo que deberia ser secreto para el publico y revelar secretos se justifica como trasparencia.
En ambos casos los perjudicados somos los ciudadanos.
Y estoy contigo Modestino en que quienes utilizan ambos terminos mueven las fronteras de uno y otro a su antojo ingnorando lo que de verdad significan y su finalidad.