11 de julio de 2015

Un actor con una presencia impresionante

Hace unas semanas leí que Omar Sharif había perdido la memoria, que prácticamente no sabía quien era y que su situación era irreversible ... pensé que se trataba de una situación especialmente dolorosa para un actor a quien la providencia había dotado de un físico, de una apariencia espectacular. Ayer llegaba la noticia de su repentino fallecimiento en El Cairo a la edad de 83 años. En El País nos cuentan que en torno a Sharif  se cernían tres leyendas: su condición de eterno y exitoso conquistador, un hombre de  éxito con las mujeres, su facilidad para agarrar unos enfados enormes, calificados por el autor del obituario del diario de PRYSA como "homéricos" y el hecho de que sus jornadas comenzaban al mediodía, leyendas que al parecer eran ciertas en su totalidad. Además de ello, habrá que señalar que el actor egipcio -nacido nada menos que en Alejandría- era un jugador empedernido y su afición al bridge le había llevado a lo largo de su vida a navegar entre el esplendor y la ruina. Sin duda, todos ellos elementos que complementan perfectamente lo que es la vida de un artista, porque romper corazones, dar espectáculos, vivir burguesamente y tener pasión por el juego no deja de ser  hacer de la vida de uno una película más.

De cualquier manera, Omar Shariff era ante todo un gran actor; su película emblemática fue sin duda "Doctor Zhivago", basada en la novela del Nobel Boris Pasternak y en la que daba vida a un personaje con tanto aura heroico como romántico, una película dirigida por David Lean, que fue uno de los más sonados éxitos cinematográficos de los 60 .y en la que el actor fallecido encabezaba cartel junto a actores como Julie Christie, Alec Guiness, Geraldine Chaplin, Rod Steiger y Ralph Richardson. Sharif no consiguió ser nominado al Oscar -ese año la película de Lean hubo de repartir la gloria con "Sonrisas y lágrimas"-, aunque obtuvo el Globo de Oro al mejor actor. "Doctor Zhivago" fue, posiblemente, la primera película de la que tuve conciencia de que se trataba de una obra cinematográfica especial, que no era un film más de relleno, ... y eso que lógicamente no la vi en su día, pues no había cumplido ni 8 años cuando se estrenó, pese a lo que recuerdo que mis padres fueron a verla en plan "acontecimiento", ... algo que influía en el resto de la familia que se quedaba en casa.

Su primer trabajo de nivel, "Lawrence de Arabia" (1962) sin que le supuso una candidatura al mejor actor secundario, aunque Ed Begley le robó la cartera por su interpretación en "Dulce pájaro de juventud". En el film citado, dirigido también por David Lean, Omar Sharif interpreta al Jerife Alí, una especie de noble del desierto cuya primera aparición en escena recuerdo que en su día me pareció espectacular, llegando en camello a un  oasis entre el brillo del sol y con una presencia majestuosa. La película, que obtuvo siete Oscars -entre ellos a la mejor película y al mejor director- constituyó uno de esos grandísimos estrenos de la época y aportaba un reparto excepcional, pues junto al actor egipcio aparecían Peter O'toole, Alec Guiness, Anthony Quinn, Jack Hawkins, Anthony Quayle, José Ferrer, Claude Rains, ... hasta el español Fernando Sacho. "Lawrence de Arabia" era un film larguísimo en el que la presencia de Omar Sharif era más bien escasa, pero lo suficiente para convertirle en estrella, ... de la película ... y del cine.

Anthony Mann contó con él para el papel de Sohamus, rey de Armenia, en su monumental "La caída del imperio romano" (1964), mientras que Henry levin lo hizo para el protagonista de "Genghis Khan" (1965) y William Wyler le convirtió en partenaire de Barbra Streissand en ""Funny girl" (1968). Mi recuerdo de Omar Shariff se completa con tres films concretos: "La noche de los generales" (1964), de Anatole Litvak, una especie de thriller militar ambientado en el Berlín de la 2ª guerra mundial donde le corresponde el papel d einvestigador de unos atroces crímenes de cuyo autor solamente se sabe que es general de las SS, donde vuelve a encontrarse a un Peter O'Toole genial como psicópata, "El oro de Mackenna" (1969), de J. Lee Thomson, donde le corresponde el papel de villano frente a un "buenísimo" Gregory Peck, con testigos del nivel de Telly Savalas, Edward G. Robinson, Eli Wallach y Lee J. Cobb y "El último valle" (1970), una durísima película de ambiente medieval y donde su papel es el de un profesor de universidad rodeado de duros guerreos como Michael Caine y Nigel Davenport, además de una agraciada Florinda Bolkan.

"La semilla del tamarindo" (1974),  "La pantera rosa ataca de nuevo" (1976), "Top Secret!" (1984) y "El señor Ibrahim y las flores del Corán" (2003), son otros títulos de cierta relevancia, aunque el actor siempre será recordado como príncipe del desierto y héroe de la revolución soviética.

Omar Shariff fue portada de revistas del corazón, invitado irrenunciable a todo tipo de fiestas y banquetes de postín, personaje apasionante y un hombre con una presencia que impresionaba: alto, moreno, apuesto y sonriente, ... toda una imagen que da realce a cualquier sitio donde vaya. Pero ante todo fue un actor de cine al que bastaron dos papeles llamativos para convertirse en uno de los "super star", ahora es ya leyenda. Descanse en paz.

2 comentarios:

Tommy dijo...

Bueno, creo que no pocos comentaristas no estarán de acuerdo con que Sharif fuera un gran actor, aunque generalmente tampoco molestaba.

Hay que recordarle sin duda por las dos pelis que hizo con David Lean, aunque quizá sea él uno de los (pocos) problemas que tiene "Doctor Zhivago", hasta el punto de ser "devorado" por sus compañeros de reparto. Es más, su pareja por antonomasia en el cine no creo que sea Julie Christie sino Peter O`Toole.

Veo que citas las dos pelis que hizo con mi admirado Blake Edwards. Nunca me cansaré de recomendar "La semilla del tamarindo" y en cuanto a la Pantera Rosa, que era la cuarta, recuerdo que era un cameo de unos pocos minutos en los que no tenia ni un solo diálogo e interpretaba a un espía internacional apodado "El egipcio". Lo que tú decías, presencia.

Modestino dijo...

Pura sabiduría cinematográfica Tommy.