El Barça ya no es el que era; hablar de crisis a estas alturas de la temporada no deja de ser mera palabrería, pues ahí está el equipo plenamente vivo en todas las competiciones, amen de que en esto del fútbol las cosas pueden cambiar del negro al blanco y viceversa en sólo 90 minutos, sino que se lo pregunten a los vecinos de la Castellana, que se iban a merendarr a todos con patatas y aún no han ganado en 2015. Eso sí, Luis Enrique, el entrenador fichado a bombo y platillo a principios del presente curso, parece fuertemente cuestionado por la afición y los medios locales, e incluso hay quien dice que los jugadores le están haciendo la cama.
Si en esta vida hay algo absolutamente relativo es el tema de los entrenadores de fútbol; más que en cualquier otra ubicación del deporte rey, en el banquillo es aplicable lo que decía el poeta: "hoy somos, mañana, no". En el mundo del balón redondo y el verde césped se ha añadido a la pasión y las urgencias de siempre la capacidad de difusión de las redes sociales, de manera que cualquier "pelanas" pretende dictar e imponer su opinión como doctrina segura y cuestionar a cualquiera por mucho que haya acreditado conocimientos y experiencia. Eso sí, en el caso de Luis Enrique, y admitiendo que no conozco a fondo su trayectoria como máximo responsable del primer equipo barcelonista, me parece que al hombre le han faltado madurez, saber estar, prudencia, ...
El asturiano pertenece a esta nueva generación de entrenadores que casi podríamos calificar como de diseño; hombres jóvenes, que cuidan su imagen, con cierta pose que algunos etiquetarían de "metrosexual", individuos asoman por la banda con traje estilizado, abrigo corto y zapatos estrechos y con cierta tendencia a filosofar cuando les ponen un micrófono delante. En el caso de Luis Enrique, quien tras conseguir que el Barça B jugara como los ángeles, fracaso en su experiencia italiana y consolidó al Celta en primera tras años de zozobra, tengo la impresión de que se lo ha creído demasiado pronto, como si no hubiera medido bien lo que significa entrenar al Barça y hubiera emprendido su trabajo en el Camp Nou con una suficiencia que no es nada aconsejable. Cuando se es nuevo en algo, y para el ex de Sporting, Madrid y Barça ésta es su primera experiencia en el fútbol de máxima altura, es mejor trabajar con humildad, evitar frases excesivas y no pretender hacerse notar más de lo estrictamente necesario.
Imagino que a Luis Enrique le queda tiempo para mejorar, si es inteligente sabrá rectificar actitudes y, sobre todo, aprenderá a darse cuenta de lo que le conviene. Como tiene calidad en la plantilla, posiblemente aún esté a tiempo.
4 comentarios:
Tras el 3-1 de anoche, ya está menos cuestionado.
Estas cosas cambian más deprisa que el precio de la gasolina.
Salud!
Y si no que se lo pregunten a mi equipo, antes de Navidad todo eran ilusiones y Pópovic un descubrimiento: ahora hay un mal ambiente del patín y al serbio le llaman de todo menos bonito.
Si lo que hay es un pulso con Messi...ya puede ir preparando la maleta!!!
No es fácil saber que cosas son ciertas y cuales no ...
Publicar un comentario