3 de enero de 2015

Libros para cerrar el 2014



Las fiestas de Navidad me han permitido dar un empujón final en mis lecturas en un mes en el que no había tenido mucho tiempo para leer. Puedo afirmar, sin miedo a meter la pata, que los dos primeros y los dos últimos libros que aparecen en este resumen son novelas absolutamente recomendable, de esos libros que dan ocasión a disfrutar con la lectura. También tienen su interés otros tres, que aparecen  en medio de los anteriores, aunque en estos cada cual habrá de tantear sus gustos y aspiraciones literarias a la hora de optar por leerlos. A ver que nos depara el año 2015, que vendrá con novedades sabrosas, aunque quedan tantos pendientes ... además que en enero quiero dar por finiquitados algunos que llevo varios meses leyendo casi a trompicones.


Jean Echenoz es uno de los actuales escritores europeos con más proyección; sus libros están bien escritos, tienen la indudable virtud de la brevedad y su autor posee una forma de escribir francamente elegante; ya disfrute mucho con "Correr", un relato basado en la personalidad del legendario campeón olímpico  de fondo checo Emil Zatopek, y llevaba tiempo buscando un momento para leer "14", una novelita de extensión mínima -104 páginas- que trata sobre la 1ª guerra mundial, un evento cuyo centenario acabamos de conmemorar. Partiendo de cinco amigos movilizados en un pueblo francés que parten  en un ambiente de euforia e ingenuidad -"no durará más de 15 días"- a luchar en el frente, Echenoz nos cuenta una historia que combina la ironía, la ternura, la crítica histórica y el drama por partes iguales y armoniosa y deliciosamente combinadas. Evidentemente, el escritor francés no pretende enseñar historia, ni siquiera novelar aventuras, se limita a ambientarnos en época y lugar determinados, enmarcar su relato en el genuino drama de una guerra y mostrarnos unos personajes francamente entrañables. La novela va alternando la dura vida del frente con el ambiente tranquilo y expectante de la retaguardia, donde Blanché, la protagonista femenina espera a los que partieron; y posee la llamativa virtud de ser al mismo tiempo un relato duro y enternecedor. "Ravel", "Relámpagos", ... quedan muchos libros de Echenoz para seguir disfrutando con él.


Ignacio Aldecoa se encuentra desde hace decenios entre mis escritores favoritos; pertenece a una generación de autores que me parece formidable y solamente su pronto y repentino fallecimiento impidió una carrera literaria que se adivinaba brillantísima. Hace muchísimos años leí las que pienso son sus dos grandes novelas, "El fulgor y la sangre" y "Con el viento solano", dos perspectivas distintas de una misma historia, unos libros que se encuentran entre lo mejor que ha pasado por mis manos; también he leído bastantes de sus célebres cuentos, pero hacía dos décadas que no me enfrentaba con nada suyo, y tras una conversación con alguien que comparte mi admiración por el escritor decidí leer "Gran sol" , otra novela que me ha parecido magnífica. En ella Aldecoa nos habla de la gente del mar y si tuviera que resumir mis impresiones, resaltaría tres cosas: lo bien que describe a tantos personajes sin necesidad de grandes extensiones, el excelente trabajo de información sobre el tema que hubo en su día de realizar el escritor vitoriano para conseguir ser tan preciso en el uso del vocabulario propio del mundo de los pescadores y el enorme humanismo que destila todo lo que escribe Aldecoa. La preocupación y la crítica social, la descripción de los ambientes menos favorecidos y una sensibilidad especial son elementos característicos del estilo de un autor insuperable.


La editorial Belvedere, ubicada en Madrid y que no me suena demasiado, ha reeditado "Inglaterra, su Inglaterra", una novela de Archibald Gordon Macdonell, un británico nacido en la India a finales del siglo XIX y recriado en Escocia e Inglaterra. El libro fue escrito en 1933 y tiene como protegonista a Donald Cameron, un joven escocés que tras luchar en la gran guerra es enviado a Inglaterra durante unos meses con el fin de recoger los datos y experiencias pertinentes de cara a escribir un libro sobre las costumbres y tradiciones inglesas. Se trata del típico relato con cierto tono de ese humor inglés que no gusta siempre a todo el mundo, según aseguran en la solapa del libro con aires del gran P.G. Wodehouse -no es que lo ponga en duda, sencillamente no he leído nada de éste- y en el que nos da una muestra de la Inglaterra de "entreguerras", sin que falte la cacería del zorro, el te de las 5, los deportes del cricket y el fútbol, los college universitarios, la campiña, la niebla, ... En varias críticas se destaca la escena de un "hilarante partido de cricket", aunque he de admitir que hay que estar bastante enterado de este deporte para "pillar" la chispa, algo que no  ocurre en mi caso ... me pareció más divertido el viaje que realiza el protagonista a Ginebra, acompañando como secretario a un diputado de los tories en una convención. Hay ratos más entretenidos que otros y me parece que el libro se ha quedado algo anticuado, a pesar de lo cual no deja de ser una lectura agradable y elegante.


"Un millón de gotas", del barcelonés Victor del Árbol, ha sido una de las novelas de autores españoles con mejor crítica de entre las publicadas en 2014. No es éste el primer libro de éxito del escritor, pues ya se vendieron muy bien "La tristeza del samurai" y "Respirar por la herida". La novela es sin duda un ambicioso proyecto  -672 páginas- y aunque lo comenzé pensando que se trataba de un relato policíaco, comprobé enseguida  que el autor nos ofrece una novela en toda su extensión, aunque intriga la hay y bastante. Del Árbol, sin duda, ha recopilado información, me comentaron que para escribir esta novela acudió a muchas fuentes y me fío de quien me lo dijo. Se trata de una novela bien trabajada, con una estructura en la que se nota que quien la ha escrito ha dedicado tiempo y esfuerzo -no es nada fácil jugar con el tiempo y los personajes como hace del Árbol- y con una historia bien cerrada y en la que no se dejan cabos sueltos. El autor ha recurrido al sistema de alternar dos épocas bien lejanas en el tiempo -una que se inicia en la Unión Soviética de los años 30 y otra desarrollada en la Barcelona de principios de este siglo-, algo que desde mi punto de vista tiene el inconveniente de dificultar que el lector siga el hilo, pues los capítulos son bastante largos. A veces me ha llegado a parecer que la lectura se hacía algo premiosa, y el hecho de tratarse de una novela con pretensiones, lo que es evidentemente loable, me ha llevado a caer en ocasiones en la tentación de confrontarla con autores españoles cuyas obras han pasado recientemente por mis manos: Martin Gaite, Matute, Marsé, Aldecoa, ... escritores que ponen sin duda el listón muy alto. La historia es francamente interesante, aunque uno se resiste a aceptar que haya tanta ausencia de bondad en las personas y que cuando se termina la lectura no se encuentren resquicios a la esperanza. De cualquier manera, me queda claro que "Un millón de gotas" no es un éxito coyuntural de un escritor novel, sino un paso más en la carrera de un autor ya consolidado y del que cabe esperar mucho.


"En el momento equivocado", de la británica Louise Doughty, ha sido una de esas novelas que me decido a leer por simple intuición, casi por capricho: me llamó la atención la cubierta y me intrigó el breve argumento que aparece en la contraportada. El relato parte de un hecho más bien morboso y en algún momento hasta pensé abandonar la lectura pues podía parecer próximo a las célebres sombras de Grey; la cosa se calmó y ha terminado siendo un libro entretenido y hasta de cierto nivel. La historia, que no se puede contar sin adelantar excesivos acontecimientos, se divide en tres partes y está íntegramente narrada por la protagonista, viniendo a ser una especie de drama psicológico. Una de las virtudes de la autora es que consigue que conforme avanzas la narración ésta va ganando tu atención. La tercera parte del libro es uno de los relatos del acto de un juicio oral  más conseguidos con los que me he encontrado, me atrevería a definirlo como magistral. Eso sí, la trama no es más que una muestra de la degeneración moral a la que ha llegado la sociedad, mostrando los protagonistas unas formas de vida que se centran en la búsqueda del éxito profesional cueste lo que cueste y el relleno de los momentos libres con simples placeres y burdos vicios ... y pido perdón por el desahogo. Por cierto, no me gustó en exceso la conclusión final con que se despacha la autora.


"Demonios familiares" es el libro póstumo de Ana María Matute; al parecer el relato viene a ser la continuación de "Paraíso inhabitado", novela que leí hace cinco años y de la que recuerdo bien poco, a lo que cabe añadir que el libro quedó inacabado, pues la escritora falleció antes de terminarlo. Ni una ni otra circunstancia tienen excesiva importancia en este caso, pues lo esencial, lo mejor de la lectura de "demonios familiares" es la enorme calidad literaria de la autora.Matute nos ofrece, como siempre, un castellano magnífico, con ese estilo que lleva toques de cierta tristeza, algo de mágico y una elegancia innata. Los personajes son de carne y hueso, con una fuerza llamativa, en especial la protagonista, Eva y Yago, el misterioso ayuda de cámara de su padre, a quien se conoce como "el Coronel". En la historia que nos cuenta Ana María Matute aparece como fondo la guerra civil -la trama se desarrolla en los días inmediatamente anteriores y posteriores al 18 de julio de 1936-, así como los propios traumas infantiles y familiares de la protagonista. Una pena que el final se interrumpa abruptamente, pero queda dicho que por encima de todo está una litaratura de primerísimo orden, a lo que cabe añadir el magnífico prólogo de Pere Gimferrer y el no menos brillante epílogo de Mari Paz Ortuño. 

El pasado 27 de noviembre falleció a los 94 años la escritora británica P.D. James, desde mi punto de vista una de las mejores autoras de novela policíaca de nuestra época. La escritora de Oxford no solamente escribía magníficas novelas del género, sino que era una auténtica autoridad en la materia, como lo demuestra su obra "Todo lo que se sobre novela negra", un libro publicado hace cinco años con el que aprendí y disfruté muchísimo. El óbito de James fue impulso suficiente para leer otra de sus obras, con lo que cubrí de paso una asignatura pendiente desde mis tiempos de Tarragona: leer "Muerte de un forense", una de las  aventuras del inspector y poeta Adam Dalglish, publicada en 1977. Como suele ser habitual en esta excepcional escritora, el relato no decepciona; está escrito con la estructura clásica con la que tantos éxitos obtuvo su compatriota y antecesora Agatha Christie: un crimen y una serie de personajes que se convierten todos ellos de modo automático en sospechosos. Pero P.D. James no fue una autora acomodaticia que se limita a desarrollar una intriga y obtener una solución, sino que crea unos personajes con vida propia y que de los que saca algo más que su vinculación con un asesinato, empezando con el propio Dalglish, a la vez que adorna su narración con descripciones y consideraciones francamente logradas. Cuando mi amigo Oriol, un impenitente lector ya octogenario, me recomendó "Muerte de un forense" , sabía sin duda lo que hacía.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre impresionada por la capacidad de lectura. Cuando leo los dos primeros... los dos ultimos y los otros tres estoy tan asombrada que me pregunto porque yo leo tan poco... y eso que sigo tus lecturas desde hace tiempo y ya no debería asombrarme esa capacidad.
En fin, al lío; como siempre me quedo (iba a decir con las pelis) con la novela negra. Por algún motivo no me atrae el genero bélico pero sí Jean Echenoz porque escribe novelas cortas. Tambíen elijo novelas por la tapa del libro; que ya se que no es un criterio muy científico de selección. Y a PD James de quien siguiendo tu recomendación compré "Todo lo que se sobre novela negra"

Modestino dijo...

Propiamente negra o policiaca solamente es la novela de P. D. James ... En cuanto al relato de Echenoz tratade la guerra, pero no puede llamarsele literatura belica.
Un saludo!

releante dijo...

Muy.buenas recomendacionea y lecturas yo le he echado el ojo a.muerte de un forense... Un abrazo

Carmen J. dijo...

No he leído nada de Ignacio Aldecoa. Me apunto el título., gracias.

Modestino dijo...

Pienso que el mejor de Aldecoa es "El fulgor y la sangre".

quique dijo...

¡Cómo me alegro de que te haya gustado Gran Sol! Espero que notaras el sabor a mar en sus páginas.
Yo, por cierto, he disfrutado con la de Echenoz. Me gustaría citar, como lecturas que he disfrutado, "Blanco Nocturno", una compleja y sórdida historia criminal escrita por Ricardo Piglia y situada en la llanura argentina, y "Zeitoun", un habitante de Nueva Orléans que tras el paso del Katrina navegó en una canoa por las calles ayudando a sus vecinos

Modestino dijo...

Tomo nota, de Piglia ya lei en su día "plata quemada".