21 de diciembre de 2013

No es bueno manipular el dolor ajeno




La familia de Alcalá de Guadaira murió de una parada cardiorespiratoria cuyo origen todavía se desconoce

La causa se encuentra pendiente de que se practiquen una serie de pruebas y análisis de laboratorio «complementarios

Hace unos días nos despertábamos con la impactante noticia del fallecimiento de tres personas -un matrimonio y su hija- en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, al parecer por una intoxicación alimentaria. El suceso es lo suficientemente triste y dramático como para que cualquier ciudadano de bien quede impresionado, para que los ecos de lo ocurrido vayan más allá de la zona donde se produjo y nos lleve a sacar conclusiones. Sin encomendarse a Dios ni al diablo, desde el principio ha habido quienes han dado por cierto que la familia citada estaba en la indigencia, vivía de la recogida de cartones y se alimentaba con productos que le facilitaba alguna organización benéfica, incluso se llegó a decir que los obtenían de los contenedores. Hubo quien organizó una concentración delante del Ayuntamiento, con abundantes insultos e inculpaciones a la alcaldesa socialista e incluso un intento de asalto al edificio donde se ubica el consistorio de la localidad. A la hora de la verdad, familiares de los fallecidos aseguraron que la comida la compraban en el supermercado, y que su situación económica era frágil, pero ni recogían cartones ni vivían de la caridad.

Pienso que hay que comprender y asumir la tensión de quienes viven en un barrio que por lo visto tiene un 80% de paro, incluso la alteración de sentimientos que supone un hecho así, pero me temo que ha habido quien ha querido sacar tajada política del tema, quien ha aprovechado para fomentar odios tribales y visceralidades sectarias. Evidentemente, queda mucho por hacer a la hora de conseguir una sociedad más justa e igualitaria, y no seré yo quien niegue las situaciones injustas que la vigente crisis económica ha acentuado, pero también observo que pululan por ahí quienes utilizan este tipo de sucesos tan dramáticos como armas arrojadizas, quizá alentados por cierto populismo y demagogia, que hay, como algún medio calificaba hace unos días, demasiados "oportunistas de guardia". De momento se están investigando las causas del drama, y habrá que estar al resultado de tales investigaciones, aunque por ahora lo que me temo se ha conseguido es poner en solfa la dignidad de una familia destrozada por la desgracia y alimentar suspicacias sin más fundamento que la simple visceralidad.

2 comentarios:

Hereje dijo...

Un ejemplo bien claro de periodismo desinformativo, donde lo que se busca es la inmediatez de lo sensacional, el titular explosivo, el choque emocional y donde no se toma en cuenta lo que hacía el periodismo serio de toda la vida, o sea, mesura, contraste de fuentes y de informaciones, investigación seria y respeto hacia los afectados o su entorno. Luego se quejan de la crisis de los medios. Cualquier persona con un mínimo de decencia intelectual puede ver la manipulación, la falta de reflexión, la falta de respeto que se ve en los medios día sí y día también. Internet también tiene bastante que ver con todo ésto . Nadie quiere ser el último y aunque haya errores o manipulaciones no pasa nada, el cúmulo de novedades que soportamos diariamente enterrará la noticia con rapidez y a los pocos días ya nadie se acuerda de los detalles. Lo malo es que viendo lo harta que está la mayoría de la gente con lo que está pasando alrededor, que aparezcan noticias así no hace más que proporcionar cerillas que algún día pueden acabar teniendo repercusiones graves. Pues si falta la cordura entre quienes nos dirigen y quienes nos informan, aviados vamos...

Un saludo y Feliz Navidad

Modestino dijo...

Como siempre, aguda e interesante reflexión, un saludo¡¡¡¡