13 de octubre de 2013

Mi homenaje a María de Villota

 
El pasado viernes nos despertábamos con la tristísima noticia del fallecimiento repentino de María de Villota mientras dormía en la habitación de un Hotel sevillano. Hacía año y medio que había tenido un accidente gravísimo y parece que el tremendo golpe que sufrió al chocar con un camión puede ser el origen lejano de su muerte. Recuerdo perfectamente a su padre, un hombre echado para adelante que intentó hacer carrera en la Fórmula-1, consiguiendo debutar en un Gran Premio, lo que no es poco para su época, aunque ya le había visto antes en televisión con motivo de un concurso en el que se comprometió a viajar gratis por toda España para demostrar la solidaridad y hospitalidad de los españoles.

La piloto fallecida iba a presentar un libro titulado "La vida es un regalo", título que ya dice mucho del talante de una mujer fuerte, sencilla y optimista. Francamente emocionante el mensaje de su familia, afirmando que María es un ángel que se ha ido al cielo y asegurando que el año que ha vivido desde el accidente ha sido un regalo. Me parece un auténtico ejemplo por parte de unas personas de fe que con toda seguridad no han dejado de sufrir ni un ápice, porque saber aceptar la enfermedad y la muerte no ahorra dolor alguno.

No conozco a fondo la vida y el trabajo desarrollado en el automovilismo por María de Villota, tan sólo me voy a limitar a dejar constancia de mi homenaje personal a una mujer con una sonrisa y un talante aún más bonitos que su exterior. Descanse en paz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

D.E.P

Anónimo dijo...

La vida es un regalo es una gran reflexión y un buen título para un libro que habla sobre el optimismo. Yo se que no estaría tan serena si muriera una de mis hermanas por mucho que fuera un año despues de un grave accidente.
D.E.P.

Modestino dijo...

La serenidad exterior es posiblemente más fácil de conservar que la .interior