Juan 18:36-37: "Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado á los Judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí."
Cuando andamos a las puertas del inicio del Cónclave que elegirá al nuevo Papa, me vienen a la cabeza las palabras pronunciadas por Jesús ante Poncio Pilatos, cuando quiso poner bien claro que su reino no tenía nada que ver con cualquier concepto mundano y dejó sorprendido y a un Pilatos incapaz de entender semejante argumento: bastante tenía con sobrevivir en un mundo corrupto y decadente como el que caracterizaba el Imperio romano. Cuando estos días escucho o leo las elucubraciones de algunos sobre candidatos a la sede de Pedro, conveniencias respecto del talante de unos y otros o las manidas referencias a purpurados conservadores o progresistas, no puedo evitar pensar en la respuesta citada, en como casi nadie tiene en cuenta lo que es una verdad de fe, como la asistencia del Espíritu Santo: comprendo que haya quien sea escéptico a estas cosas, pero si un se afirma cristiano, católico, debería ser lo primero que tomara en consideración.
Si no recuerdo mal, el último Cónclave no deparó grandes sorpresas: el papa se anunció pronto y el cardenal Ratzinger había "sonado" bastante como posible candidato; pero a pesar del transcurso del tiempo aún mantengo vivos los recuerdos de los dos anteriores de los que fui consciente, cuando en agosto de 1978 fue anunciado el Cardenal patriarca de Venecia, Albino Luciani, como nuevo Pontífice y dos meses después era Karol Woktyla, un polaco cuyo apellido sonaba a África y casi nadie conocía, quien se asomaba al balcón vaticano con las vestes blancas. Por entonces habían sonado nombres italianos por doquier: Baggio, Benelli, Felici, Pignedolia, Pappalardo, Polletti, .... y algún europeo rumboso, pero ni a Luciani le atribuyó casi nadie chance ni Juan Pablo II estuvo nunca en la lista de posibles. A la hora de la verdad del Cónclave salieron un par de grandes hombres, muy distintos, uno vivió més y medio, el otro llegó hasta el 2005 y superaron, cada uno con su estilo y sus personales carismas, cualquier expectativa.
Yo, desde luego, me sigo fiando más de gente como Luciani, Wojtyla o Ratzinger que de Chávez, Bush, Putin, Bardem o Almodóvar ... y del Vaticano que de la Sexta. Vete a saber que pasará en esa próxima reunión de cardenales, pero no dudo que en ello tendrá mucho que ver quien vive en ese "otro mundo".
6 comentarios:
Si hay un lugar en el mundo donde se reciban telegramas directos del Altísimo, es sin duda la Capilla Sixtina.
Allí, Miguel Angel pintó al hombre tal cual es, fuerte, desnudo, espectante, glorioso, temoso y ruin a un tiempo.
Junto a esos cuerpos contorsionados en su estremecimiento humano, dibujo a la Divinidad creadora, la luz de la Creación, la potencia paternal y la esperanza de la salvación eterna.
Supongo que los cardenales, en su cónclave decisivo, tendrán unos segundos para mirar hacia las bóvedas, donde tal vez encuentren la inspiración primigenia que les impulse a la mejor decisión.
Y así puedan mirar más allá de este mundo.
Sólo tienen que levantar sus cabezas.
Amigo Driver, sólo espero que la llama roja sea bien grande, falta hace.
Como bien dicen ellos mismos: el Espíritu Santo es el que decide. Un beso.
¿Habrá está vez sorpresa? ...
Te comento cuando ya se conoce el inicio del Cónclave. Aunque es el Espíritu santo el que "sopla", me parece que es un deber de amor a la Iglesia que los católicos recen por aquellos por los cardenales. De su docilidad a los dones del Espíritu depende el que ocupará la silla de Pedro. Y son tiempos convulsos.
Afortunadamente no es de este mundo, Modestino.
Pues si, no sólo han de estar i inspirados ... también deberán hacer caso.
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