Hay muchas cosas de las que ha dicho el Santo Padre desde que fuera elegido hace hoy una semana y que me gustaría resaltar, subrayar con doble trazo: la necesidad de cargar con la cruz, poner a Jesucristo en el centro para no ser una ONG, cuidar de los más pobres y los más débiles, rezar los unos por los otros, no caer en el pesimismo y la angustia, ... Pero de su homilía de la Misa de entronización me quedo, sin ninguna duda, con una mención concreta: "no debemos que tener miedo de la bondad ni de la ternura"; la frase me ha llegado directa al corazón, y pienso que fue porque cuando uno va cumpliendo años corre el riesgo de que el corazón se encoja, que reserve lo mejor para los propios egoísmos, que las experiencias de la vida, las decepciones o las propias obsesiones te lleven al desencanto y la desconfianza. Ya la desapacible noche en la que salió al balcón vaticano como inesperado nuevo Pontífice lo que más me impactó fue esa invitación final a rezar los únos por los otros; realmente no es nada nuevo, es la comunión de los santos de la que tantas veces hemos escuchado hablar, pero las crisis generales y personales hacen que nos olvidemos demasiado de lo esencial ... es lo que dijo Jesús hace más de dos mil años, el mandamiento con el que resumía todo lo demás, ... la homilía breve de Cristo: "Amaros los unos a los otros ...", dicen que al papa Francisco le gustan los sermones cortos -demuestra inteligencia, entre otras cosas- y poco hay más corto que el mandamiento nuevo. El problema es que nos olvidamos, o lo interpretamos a nuestro capricho y caemos en las restricciones, las matizaciones y las endogamias.
Es muy fácil exhibir bondades y ternuras en las bodas, en las celebraciones, en los éxitos personales y profesionales, ... lo complicado surge cuando nos enfrentamos con quien nos importuna, con el pobre que pide en la puerta de la parroquia y nos da por pensar que nos engañao o nos presiona, o el rumano que lo hace frente al Mercadona e intuimos que es el mismo que intenta entrar en casa por la ventana, con la visita molesta o el pariente interesado, con el vecino torpe que pasea al perro con una correa que nos obstaculiza el paso, deja recados no recogidos por el suelo o ladra a horas no previstas, el compañero plasta o el primo zafio y grosero, con aquél que nos la tiene jurada o ya nos la ha gastado buena, con el sindicalista peleón o el empresario implacable, el jefe déspota y la vecina cotilla que nos saluda desde su balcón con una sonrisa más falsa que Judas. En ocasiones los obstáculos a la bondad, a la ternura los llevamos dentro, y nos cuesta ejercitarlas porque llevamos un cabreo formidable y plenamente justificado, nos vemos abrumados por la enfermedad, el dolor o el drama propio o ajeno o, simplemente, nos hemos levantado con migraña, dolor de muelas o ardor de estómago ... ahí está la ocasión de superar la "cuesta arriba".
Recuerdo que en Tarragona conocí a Manolita, una mujer excepcional; ya hablé aquí de ella hace tiempo. Fracasado su matrimonio decidió dedicar su vida a los más desfavorecidos y para ello no escatimaba insistencia y caras de pena para reclutarnos a a unos cuantos que ante tanta bondad -¡tanta ternura!- no eramos capaces de negarnos a ir a dar charlas a la cárcel, a los colegios públicos más recónditos, a las asociaciones de vecinos, ... un día me confesó el secreto: veía a Cristo en los pobres, en los presos, en los enfermos, ... y les trataba con eso, con bondad y ternura: puedo dar fe. Manolita andará encantada con este Papa. Pensar en ella me devuelve el deseo de ejercitar la bondad y la ternura, de perder el miedo a no ser correspondido, a meter la pata ... porque a algunos nos entra una absurda y ridícula verguenza de ser tiernos. Decía Francisco cuando sólo era el cardenal Bergoglio que "Es verdad que saliendo por el camino, como le ocurre a cualquier hombre o mujer, pueden ocurrir accidentes. Pero si la Iglesia permanece cerrada en sí misma, autorreferencial, envejece. Y entre una Iglesia accidentada que sale por el camino y una Iglesia enferma de autorreferencia no tengo ninguna duda: prefiero la primera". No son moco de pavo la bondad y la ternura, ... intuyo que en Buenos Aires dirían que quien afirma eso es realmente "boludo".
Del primer disco de Rosana, titulado "lunas rotas", el del "Talisman" y "Si tu no estás aquí", me gustaba especialmente la última canción, "Nadie más que yo", un tema que hablaba de ternura:
"El mar más profundo me guardó el sentimiento
y si el amor nos ata, lo esparciré en silencio
haré que la ternura te llegue entre las olas
y que el rocío del alba jamás te encuentre a solas ..."
17 comentarios:
Muy bueno
Es curioso... Me quedé con la misma frase de la homilía. Hay muchos hermanos heridos por falta de amor, enfermedad física y psíquica, estrechez máxima y pobreza; dolidos por el resentimiento; sufrientes por la soledad... Cada uno sabrá cómo darle un referente al amor y a la ternura. El Papa habla tan claro que no da lugar a interpretaciones. Tampoco cuando repite insistentemente en el pobre y el desvalido. Nos invita - mejor , nos urge- a levantarnos literalmente de la silla. A TODOS los católicos sin excepción.
Muy bueno, Modestino.
Tal vez haya demasiados teóricos por todas partes.
rezar por la panda de cabrones que me van amargando la vida, la verdad no lo hago. Como mucho rezo y le pido a Dios paciencia, más paciencia... igual tendria que rezar para que no fueran así o lo fueran menos, pero igual es que son así solo conmigo y con el resto son majísimos...
Hermosa frase. Cuánto tememos que la ternura se confunda con la cursilería y el apoyo moral con la adulación.
Este Papa es más claro que el agua de manantial. Besos alados.
A veces los "cabrones" lo son para unos y no para otros, quienes tienen -tenemos- otros "cabrones" propios. No es mal ejercicio poner la otra mejilla, pero somos humanos y tampoco se trata de ser ingenuo.
Campanilla, es cierto que este Papa es transparente, aunque ya empezarán a criticarle cuando decida algo que no guste a los "voceros" de siempre, esos que lo saben todo.
Hace poco escribí un post sobre la ternura y buenoooooo, casi se me comen, así que las palabras del Papa me han reconfortado y ratificado, ¡g
Gracias por traerlas aquí y con música, Modestino, querido, genial!
Besos
Asun
Llevo 52 años intentando comprender lo de "poner la otra mejilla". 52 años de castañazos en ambas mejillas, que ya no sé si es la una o es la otra la primera o la segunda.
El caso es que necesito que el Pastor me lo aclare; creo que la cosa no es recibir más castañazos, de verdad; tal vez la intención de la parábola era VOLVER a perdonar, VOLVER a ser tierno, ser el primero en VOLVER a tener la iniciativa en el amor.
Más castañazos no, por favor.
Más amor sí.
Driver: yo creo, sinceramente, que lo de la otra mejilla no es literal´, más bien lo interpreto como una exhortació a perdonar, comprender, ... no a ser un primo.
Asun, ¿quién puede criticar la ternura? ... hay gente que parece disfrutar siendo imperturbable: ellos se lo pierden.
Modestino, mi traumatólogo y yo te damos las gracias por tu interpretación.
Sabía yo que tanto castañazo no era normal;)
Es que si te pones a interpretar al pie de la letra el Evangelio ... omagínate eso de que "si un miembro te escandaliza, ¡córtatelo!" ... ¿donde iríamos a parar? ...
Muchos confunden ternura con debilidad. Un beso.
Sí, y parece que para ser fuerte hay que tener cara de palo ;)
...yo leí algo sobre que la ternura era un acto de valentía ... ¡y de hombría! incluso podría añadir que de fortaleza.
Pues sí, Modestino, las interpretaciones humanas son como la nitroglicerina, si se mueven en exceso tienden a explotar.
Veamos, "creced y multiplicaos".
En Sudamérica se suelen tener hijos con varias mujeres, de tal suerte que los árboles genealógicos asemejan una Selva Tropical, con las lianas liadas hasta la extenuación (en las familias progres españolas se empieza a reconocer el efecto Selva Tropical también).
Otro ejemplo "ama a tu prójimo como a tí mismo", correcto, pero fallamos en lo básico, amarnos a nosotros mismos. Hablando con psicólogos te das cuenta del problema del español medio para amarse a sí mismo; se suele amara el coche del vecino, la mujer del vecino y el patrimonio del vecino, ¿y nosotros?
Por no hablar de los políticos, que traducen aquello de "mi Reino no es de este Mundo", por "mi Reino es de la banca suiza".
En fin, se comprende que este Papa hable en corto y sin grandes extensiones.
Tiene así más probabilidades de que no se le malinterprete.
Y aún así, habrá quien lo haga.
Publicar un comentario