8 de septiembre de 2012

Una carrera frustrada

Los Juegos Olímpicos de 1976 tuvieron como sede la localidad canadiense de Montreal; a pesar del boicot de 24 países africanos en protesta por la no exclusión de Nueva Zelanda de la competición con motivo de la participación de su selección de rugby en un partido frente a la de Sudáfrica, fueron unos juegos brillantes, además de ser la primera ocasión en la que desde España pudimos ver las diferentes competiciones con una televisión en color, algo que hoy suena a vetusto pero que entonces era la mayor de las modernidades. Si se ha de destacar a alguien en estos juegos, pienso que no existen dudas en considerar a Nadia Comaneci, una gimnasta rumana de 14 años, como la gran estrella del certamen, con unos ejercicios perfectos que dieron la vuelta al mundo. De cualquier manera, en unos Juegos Olímpicos el deporte rey es siempre el atletismo y, una vez más, fueron las carreras de medio fondo las que más me llamaron la atención. En 5.000 y 10.000 metros vovlió a imponerse el finlandés Lasse Viren, mientras el cubano Alberto Juantorena vencía en los 800 y el neozelandés John Walker lo hacía en los 1.500. No obstante, quiero recordar aquí a un hombre que no se impuso en ninguna prueba, pero que hizo dos grandes carreras y consiguió la medalla de plata en 800 y 1.500 metros, el belga Ivo Van Damme, un atleta al que el futuro parecía deparar grandes éxitos pero que poco después de estos juegos fallecería en un dramático accidente.

Van Damme tenía una planta espectacular: alto, rubio, en perfecto estado de forma y, a pesar de que su poblada barba le hacía parecer mayor, tenía tan sólo 22 años de edad. En la prueba de 800 metros lisos el gran favorito era el estadounidense Rick Wolhutter, vigente plusmarquista mundial y que parecía invencible en dicha distancia, pero a la hora de la verdad la gran sorpresa la dio el cubano Alberto Juantorena, un hombre peculiar, absolutamente fiel a la revolución castrista y uno de los grandes deportistas cubanos de la historia, a la altura del recientemente fallecido Teófilo Stevenson, triple campeón olímpico de boxeo en pesos pesados y Javier Sotomayor, que años después se impondría en el Salto de Altura de los Juegos de Barcelona. Juantorena era un especialista de los 400 metros, pero no tenía excesiva experiencia en la doble distancia. Pero el cubano hizo una carrera imparable de principio a fin, superando al favorito norteamericano -posiblemente la nacionalidad de éste le incentivaba aún más-, mientras Van Damme mantenía un ritmo uniforme en la parte media del grupo que fue incrementando conforme llegaban los últimos 300 metros, con un estilo elegante y una seguridad tal que le facilitó adelantar al yankee en los instantes finales y hacerse con una plata que era para él un éxito. Para siempre quedó grabada la imagen de un Juantorena exultante tras su exhibición de potencia -parecía un caballo corriendo- que levantaba los brazos, mientras recibía la felicitación del belga, triunfante mientras el americano deambulaba decepcionado con un bronce que le sabía a poco.

En 1.500 no hubo sorpresa, y ganó el favorito, el neozelandés John Walker, primer hombre en la historia en correr una milla en menos de 3:50 , un hombre espigado y fibroso que exhibía una larga melena al viento. Van Damme comenzó la carrera cerrando el pelotón, y así anduvo bastantes metros, pero supo estar bien colocado en el momento clave y fue el único capaz de aguantar el tremendo mazazo final de Walker, que se fue sin remisión del resto de corredores y venció con autoridad, a pesar de que en los últimos metros el belga estuvo cerca de alcanzarle; el bronce fue para el alemán Paul-Heinz Wellmann. Aunque no consiguiera en ninguna de las dos ocasiones el oro, Ivo Van Damme cerró una actuación formidable y fue el único atleta en repetir podio en estas dos pruebas tan importantes.

Van Damme se convirtió en héroe nacional belga, de hecho solamente pudo sumar una medalla de bronce más, y se le auguraba un futuro esplendoroso como sucesor de los grandes atletas belgas de la historia, como Gaston Reiff, Roger Moens, Gaston Roelants o Emiel Puttemans. Pero el destino tenía reservado un final mucho más triste para el atleta, y así el 29 de diciembre de 1976 Ivo Van Damme, cuando regresaba de Marsella, donde se había desplazado para preparar los campeonatos europeos de 1977 que se iban a celebrar en San Sebastián, al volante de un Opel Kadett, cerca de la localidad francesa de Bollène, su vehículo se salió de la vía, cruzando a la contraria y estrellándose contra un vehículo frontalmente, muriendo en el acto. Desde entonces se celebra cada año en Bruselas en Memorial Van Damme, una de las reuniones atléticas más importantes que se celebran en Europa y que forma parte del circuito de la Golden League.





6 comentarios:

veronicia dijo...

Ni siquiera recordaba que había sido en los JJOO de Montreal donde Nadia Comanenci consiguió el 10,0 en barras asimetricas.

tomae dijo...

...recuerdo a Nadia, y como años después se fugó a los EEUU, creo que se casó con un americano; eran tiempos en que se distinguían los dos mundos al uno y al otro lado del "muro".

...y sobre los 1.500 ¡qué voy a decir! para mi siempre será la prueba reina del Atletismo.

Modestino dijo...

Conforme pasaron los años Nadia relató los aspectos más oscuros de su preparación y entreno.

Modestino dijo...

Mucha esclavitud, ... También más acá del Muro.

Modestino dijo...

Ahora he recordado que lo que me llamó más la atención de la actuaciónd e Van damme fue la cara de concentración que ponía al correr, era como una máquina.

Modestino dijo...

Acabo de darme cuenta de que el primer video contiene las dos carreras; quito el segundo y pongo el primero al final del post.