17 de diciembre de 2010

"El guateque" (1968), Blake Edwards in memoriam

Tenía este post preparado para el próximo lunes. ayer tarde me entero de la noticia del fallecimiento de Blake Edwards: sirva la entrada de homenaje a este formidable director, especializado en comedias y que tanto le gusta a un habitual colaborador de la casa.

SINOPSIS Hrundi V. Bakshi es un patoso actor de origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Por sus continuas meteduras de pata, es despedido del rodaje. Inesperadamente, recibe una invitación para asistir a una sofisticada fiesta organizada por el productor de su última película. Gracias a Hrundi, en la fiesta se producirán las situaciones más disparatadas.
Aunque he visto a Sellers en más ocasiones -"Un cadáver a los postres", "La pantera rosa", "El quinteto de la muerte", ...- al menos en mi caso la simple mención de su nombre me trae a la cabeza "El guateque"; su interpretación del hindú medio bobo, ingenuo y torpe que se presenta por error en una fiesta y la acaba reventando, me parece una de las mejores exhibiciones de maestría en la historia del cine de diversión. Si uno repasa el elenco de actores que conforman el reparto de la película, uno se da cuenta que solamente el actor inglés se puede considerar como famoso, el resto, por mucho que algún que otro conocido "friki" de la materia nos pueda sacar a relucir los méritos de los compañeros de plantel de Sellers, no traspasaron nunca la frontera de la celebridad; es por ello que "El guateque" es, ante todo y sobre todo, una película con el apellido del actor nacido en Hampshire, con permiso evidentemente de Blake Edwards, uno de los mejores maestros del mundo de la comedia.

Dicen que Peter Sellers era un hombre gris y sin personalidad, que todo lo que tenía dentro lo sacaba exclusivamente interpretando; no se si será cierto, pero lo que es evidente es que en "El guateque" sacó lo mejor de sí mismo. El papel de auténtico estúpido lo desempeña a la perfección; esa sonrisa medio tímida medio bobalicona, sus gestos, su forma de andar y de mirar, ... me parece una recreación sencillamente genial. El film tiene además una serie de escenas verdaderamente geniales, comenzando por la primera, cuando Sellers en plena actuación como extra va tocando la trompeta a pesar de encajar un tiro detrás de otro, uno de esos momentos del cine en los que puedes perder el control de tus carcajadas. Igualmente su presencia por error en el convite da lugar a otras situaciones desternillantes: los equilibrios con el zapato, la comida con vuelo del pollo asado incluido, la escena del papel higiénico, ... una película para cuando uno necesita desentoxicarse de los agobios de la vida. También es cierto que al final uno tiene la sensación de que el asunto se le va al director de las manos; desde la llegada del hijo hippy de los dueños, con elefantes incluidos el film entra en una especie de descontrol que, en mi opinión, le hace perder el ritmo de comedia simpática y divertida que llevaba hasta entonces. Pero ésto no quita que en su conjunto sea una película de las que aguantan el paso del tiempo, como alguien ha dicho "una obra maestra de la risa".

Unas palabras finales para ese primer espada de las comedias que es Blake Edwards, el afortunado marido de Julie Andrews que en 1984 recibió un Oscar honorífico por su carrera. "Operación Pacífico" (1959), "Desayuno con diamantes" (1961) -dicen que es la comedia romántica más famosa de la historia-, "La misteriosa dama de negro" (1962), "La carrera del siglo" (1965), "Dos hombres contra el oeste" (1971), "La semilla del tamarindo" (1974), "¿Víctor o Victoria?" (1982) y, por supuesto, toda la serie de la Pantera Rosa son títulos con suficiente entidad como para hablar d euno de los grandes directores de la segunda mitad del siglo pasado; y el haber dirigido, entre otros, a Cary Grant, Audrey Hepburn, Omar Shariff, Nathalie Wood, Toni Curtis, Rock Hudson, David Niven, James Garner, James Coburn, Claudia Cardinale, Bing Crosby y, ¿cómo no?, a Julie Andrews, es un mérito evidente. Y no nos olvidemos que si no por su calidad, sí por su fama, cabe destacar "10, la mujer perfecta ", donde se consagró Bo Derek como una belleza universal; sin olvidar su colaboración con Henry Mancini, uno de los mejores creadores de melodías de Hollywood: imposible no recordar con ternura infinita a Audrey Hepburn cantando "Moonriver" en el rellano de la escalera o el sonido de esta música mientras se come un cruasán ante el escaparate de Tiffany's en la Quinta Avenida. Aunque su gran especialidad fue la comedia, no podemos olvidar dramas espectaculares como "Días de vino y rosas" (1962), con unos geniales Jack Lemmon y Lee Remick, westerns como "Dos hombres contra el oeste" (1971), con un cartel espectacular: William Holden, Ryan O'Neal y Karl Malden y genuino cine negro como "Chantaje contra una mujer" (1962), con Glenn Ford y la citada Lee Remick. Puede que "El guateque" no sea su película "fetén", pero no me cabe duda que es con la que más me reí. A Blake Edwards y a Peter Sellers les debemos todo lo que en su día disfrutamos.










15 comentarios:

paterfamilias dijo...

Vi esta película hace años y me encantó. Todavía recuerdo la escena del cuadro que intenta limpiar y se borra la pintura…

El habitual colaborador a quien tanto le gusta Blake Edwards dijo...

(Como seguro que sabéis quién soy, voy a cambiar de nick ya que la ocasión lo merece)

Ningún cineasta me ha proporcionado tantas horas de diversión y felicidad como Blake Edwards. Debe ser porque varias de sus películas las he visto unas veinte o treinta veces, sobre todo "10", una de mis comedias favoritas que nunca dejará de serlo, y "Victor/Victoria", a la que podría calificar como su obra maestra, incluso por encima de films tan perfectos como "Desayuno con diamantes", "El guateque" o "Días de vino y rosas".

En comparación (en ocasiones inevitable) con otros maestros de la comedia norteamericana, habría que admitir que Edwards no era un cineasta total como Howard Hawks, a quien se deben títulos absolutamente geniales en la comedia y en dos o tres géneros más. Tampoco era un humanista como Billy Wilder, para quien la comedia era un vehículo para mostrar las flaquezas y debilidades pero al propio tiempo las grandezas de esas extrañas criaturas que somos los seres humanos (esta noche he pensado que, haciendo una regla de tres algo arriesgada, Edwards sería a Wilder como Buster Keaton a Charles Chaplin). Y tampoco tuvo nunca intelectuales babeando por él, como pasaba con el Woody Allen de la primera etapa cómica (y no digamos después). En realidad casi siempre, salvo en contadísimas ocasiones, fue menospreciado por la crítica, sobre todo en su última época, aunque ojalá muchas de las comedias que se están haciendo ahora me diviertieran tanto como "Una cana al aire" o "Una rubia muy dudosa", sus antepenúltimo y penúltimo largometrajes (de la Pantera Rosa que hizo con el payaso de Benigni, que fue su último film, casi que me voy a olvidar conscientemente).

Al público, eso sí, lo tuvo de su parte muchísimas veces. Pero eso no bastaría para convertirle en un maestro de la comedia. Su gusto por el cine cómico clásico, en especial por Laurel & Hardy (Chaplin no debía caerle muy bien, visto lo mal que quedaba el personaje que hacía Malcolm McDowell -un cómico inglés reconvertido en productor y llamado nada menos que Alfie Alperin- en "Asesinato en Beverly Hills"), su milimétrica construcción del gag visual, que siempre terminaba cuando debía terminar y ni un segundo más allá, su precisión en la puesta en escena, acudiendo muchas veces a planos-secuencia más o menos estáticos heredados de los grandes del cine mudo, su dominio del ritmo narrativo, incluso en películas demasiado largas para ser comedias, como dijo algún crítico, como esas dos que he declarado como mis favoritas, y su decidida maestría en la dirección de actores, sobre todo en los llamados de reparto (a quienes convertía en increíbles secundarios de comedia, como Robert Webber, Robert Preston, Lesley-Ann Warren o Robert Loggia, sin olvidar, por supuesto, al inspector-jefe Dreyfus que hacía Herbert Lom en la saga de la Pantera Rosa), hicieron de él, más allá de un cineasta cuyo único propósito parecía ser buscar la sonrisa o la carcajada del espectador, uno de los más grandes estilistas en el muy difícil arte de dirigir comedias. También son características, por otra parte, su clase como guionista y su elegancia en la escritura de los diálogos, que le hicieron justo merecedor del premio especial del Sindicato de Guionistas del año 2001, tres años antes de ser galardonado con el Oscar honorífico al conjunto de su carrera.

el mismo habitual colaborador dijo...

(No me ha cabido todo el comentario, así que ahí va el resto)

De su distinguida filmografía, de la que no voy a mencionar sus títulos más conocidos, algunos ya citados por Modestino (aunque "La misteriosa dama de negro" sí que fue escrita por Edwards pero dirigida por Richard Quine), voy a destacar algunas películas menos famosas y quizá no tan brillantes, pero no por ello menos interesantes. La venenosa "S.O.B.", un ajuste de cuentas en toda regla de Edwards hacia el Nuevo Hollywood de los años ‘70, la reivindicable "Diagnóstico asesinato", un thriller médico (sobre novela de Michael Crichton) de estética inconfundiblemente setentera e inusual dureza, la exquisita "La semilla del tamarindo", una historia de amor y espionaje cuyo fracaso comercial hundió literalmente a Edwards y le mantuvo alejado de la gran pantalla durante cinco años, y la agridulce y semiautobiográfica "Así es la vida", toda una declaración de amor a su esposa Julie Andrews, con quien ha compartido más de cuarenta años tanto en la salud y la bonanza como en la enfermedad y la adversidad: anoche pude comprobar que en el YouTube circulan varios homenajes a esta pareja ejemplar.

En fin, quizá la medium ésa que sale ahora por TeleCinco (en cuyo poder de comunicación con el más allá no es que yo tenga mucha fe, la verdad) podría decir si en el Paraíso del Séptimo Arte ya han preparado una fiesta de bienvenida para Edwards, como esas fiestas bulliciosas e inolvidables que salían en sus pelis, en la que Audrey Hepburn seducirá con su encanto a todos los caballeros, incluyendo al soso de Vilallonga, Dudley Moore tratará de ligar con alguna jovencita que merezca un 10, Peter Sellers acudirá disfrazado de hindú en busca de algún ladrón de joyas, aunque seguro que tendrá al lado a David Niven y no se dará ni cuenta, Lee Remick prometerá no beber más de la cuenta como hacía en sus días de vino y rosas junto a Jack Lemmon, a quien, después de perder la carrera del siglo, le tocará excusar la ausencia del también recién llegado al paraíso Tony Curtis (los dos protagonistas de "Con faldas y a lo loco" trabajaron tres veces con Edwards, aunque Curtis, Dios sabrá por qué, decía que le detestaba). Y si hay un piano en esa fiesta, que seguro que lo hay, lo tocará sin duda Henry Mancini, el mejor colaborador, y en este caso amigo, que un director de comedia podía aspirar a tener. Y puede que aparezca también, proveniente del vecino Paraíso de los Dibujos Animados, un felino de pocas palabras con aspecto un poco raro y color chillón que, ya para la eternidad, estará indisolublemente asociado con la figura y la persona de Blake Edwards.

Modestino dijo...

Ya decía yo, pues sí que tarda este chico en decir nada, consciente como era de tu evoción por Edwards; y es que tu comentario es tan elaborado como magnífico, tanto que a falta de 14 días para poner fin al 2010, voy a darle ya de antemano el título de "Comentario de oro, 2010".

Un pozo de sabiduría, amigo.

Modestino dijo...

Y el mío lo escribí antes de ver el segundo: ya no es el mejor del año, es el mejor del siglo :).

opinadora dijo...

Desde luego,el guapeque es una de mis peliculas favoritas de humor.Nunca se me olvidara ,como mencionas ,"el pollo en la diadema de la invitada a la cena",el desastre en el cuarto de baño,el camarero borracho,etc.-Y las caras que ponia Peter S.La pelicula sera buena en su genero ,pero el protagonista ,lo hace todo.
Otra cosa que siempre me llamo la etencion d ela peli,el pisito,vaya lujo .Sobretodo esa piscia ,que se abria a los pies.

Y el vestuario y la decoracion tan actual y de tanto glamur..,como se dice ahora.

Mencion aparte merece ,Desayuno con diamante,con esa Audrey icono de la eleganca maxima ,cuando pasea desayunando delante de la famosa joyeria.

Modestino dijo...

Audrey Hepburn siempre será especial; y es que a los pijos nos gustan los "glamoures" ;).

opinadora dijo...

Perdon ,por comerme letras,sera la hora.......

Tommy dijo...

Cualquiera de tus entradas sobre cine, que están trabajadísimas, merecen ser de oro, como tú dices de mi comentario con tanta amabilidad. Y las de fútbol, no digamos. Lo único que falla es el equipo de nuestros amores...

Un día tienes que dedicar un post a esa manía que tienes de decir de tí mismo que eres pijo. En comparación con otros/as que yo me sé y tú también, no lo eres.

Modestino dijo...

Comprometido a hacer una entrada sobre mi visión de lo pijo y lo no pijo.

Es evidente que el concepto de pijo es, de entrada, peyorativo: se considera como tal a alguien más bien superficial, clasista, amante de las marcas, más bien snob, con dinero -o pariencia de tenerlo-, ...

Pero a mí me queman determinadas personas que llaman pijo a casim todo lo que se mueve y no responde a la visión estoica y rancia de la vida que ellos tienen: a mí me gusta comprar ciertos tipos de colonia, me fijo en la corbata, la camisa, los calcetines que me pongo para que combinen -otra cosa es que acierte ;)-, ... no me creo un pijo por eso, pero hay quien lo puede pensar.

Brunetti dijo...

Si tú eres pijo en el sentido más extendido del término, yo soy monje cartujo.

Lo que tú eres es un tío elegante.

Salud!

P.D. Realmente memorable la intervención de hoy del gran Tommy.

veronicia dijo...

Al "habitual colaborador a quien tanto le gusta Blake Edwards" ... se nota! se nota! Que comentario más emocionado le has dedicado... yo espero que si hay un cielo para los del cine, a los cinéfilos nos den invitaciones al guateque (voy a pensar que ropa me pondría...)

Modestino, o han cambiado el concepto de pijo o estoy totalmente con Brunetti y lo que tu eres es elegante.

Un abrazo.

Tommy dijo...

Totalmente de acuerdo con Brunetti y Veronicia (celebro que os haya gustado mi homenaje a este cineasta del que tanta felicidad he recibido) en cuanto a tu elegancia natural, Modestino, tanto en tus formas y maneras como en tus ideas y sentimientos.

Pero, fíjate qué cosas, cuando has mencionado a esas personas que llaman pijo a todo lo que no responde a su visión estoica y rancia de la vida, no sé si me he visto un poco reflejado en ese grupo. No es que yo sea exactamente así, pero luego me pongo a pensar y veo que apenas uso colonias, que me horroriza la corbata, que hace años que no hago una renovación general de mi vestuario...

Pero a lo que íbamos, que tú no eres pijo. Eres elegante. Y por encima de todo un buen tío.

Modestino dijo...

No pensaba en tí, en absoluto. No me pareces éstoico ni rancio, tal vez algo acrata y bohemio.

Reno dijo...

El guateque es simplmente genial... por muchas cosas. Gracias por traerla aquí.

Saludos