3 de junio de 2010

"Gilda" (1946)

Argumento: El jugador de poca monta Johnny Farrell llega a Buenos Aires, Argentina. Ballin Mundson, el propietario de un casino y hombre indeseable, lo salva de un pistolero, y lo convierte en su mano derecha en el negocio que regenta. Sin embargo, la relación entre ambos hombres, que se basa en una mutua desconfianza y falta de escrúpulos, se resiente definitivamente cuando Mundson regresa de una ausencia, acompañado de Gilda, a quien ha conocido en el viaje y con la que se ha casado. Farrell había tenido años atrás una relación con esta mujer, extremadamente sensual y atractiva, pero acabó odiándola. La nueva relación entre Farrell y Gilda está llena de emociones y reticencias, de sentimientos y de reproches, y se torna más extraña cuando súbitamente Mundson desaparece.




Si hay una película mítica entre las míticas es "Gilda"; parece que la fama la tiene exclusivamente por la espectacular belleza de Rita Hayworth y la célebre escena de la bofetada que tantos ríos de tinta hizo correr, pero la verdad es que se trata de un film con mucho más "fondo", va mucho más allá que las meras cuestiones anecdóticas. Viendo "Gilda" uno no puede evitar acordarse de "Casablanca": un Casino, amores antiguos, bella protagonista, ambiente cautivador, música atractiva, ... por mucho que en la película de Vidor no llegamos a conocer los intríngulis de la antigua relación entre Johnny Farrell y Gilda, mientras que Michel Curtiz recurre al flash-back para contarnos el romance entre Rick Blaine e Ilsa Lund y por más que no cabe comparación entre Humphrey y Glenn Ford, ni mucho menos entre la Bergman y la Hayworth, dos actrices por cierto bien diferentes.

Glenn Ford está magistral como jugador de poca monta, un personaje de mucha más fuerza que los de héroe de guerra, sheriff del lejano oeste o aventurero en los que frecuentemente le encasillaban; por su parte Rita Hayworth hace todo un constante alarde de belleza y sensualidad en el papel que la convirtió en mito y en leyenda, por más que su carrera tiene bastante más que "Gilda": "La dama de Shangai" (1947), "Los amores de Carmen" (1948), "Salomé>" (1953), "Fuego escondido" (1957), "Mesas separadas" (1958), ... . En medio de ellos George Macready acierta en el papel de Mundson, un personaje siniestro y ambiguo; Macready también destacó como secundario en películas tan importantes como "El reloj asesino" (1948), "Julio César" (1953), "Senderos de gloria" (1957) y "Tora, Tora, Tora" (1970).

En la película aparece un personaje entrañable, el camarero y "factotum" entre los empleados del Casino que posee Mundson a quien llaman "Tío Pío", una especie de mezcla entre filósofo, cómico y canalla que aporta un punto de lucidez formidable a la película. La ambientación en una Argentina inmediatamente posterior a la 2ª Guerra Mundial, con casinos ilegales, conjuras nazis, explotación de minas de tungsteno y personajes encallados en el juego y la desesperación, es de primera división.

Una película que escandalizó a la España de la época, ún detalle que hoy en día tenemos que recordar con una sonrisa en los labios, por la absoluta ingenuidad de cualquier escena que en su momento nuestros abuelos consideraron escabrosa y porque, por encima de censuras y vetos ridículos, se trata de una película de las de siempre, para disfrutar y terminarla con la sensación de haber visto buen cine.


10 comentarios:

Mariapi dijo...

Modestino, mi madre nos recuerda que fué todo un alboroto...lo del guante se consideró un auténtico escándalo. Casi de excomunión.

Me sigue pareciendo una belleza modernísima la de Rita Hayworth. Y la película para disfrutar.

Gracias, me encanta la música.

Modestino dijo...

Yo recuerdo haberla visto por primera vez en casa, en mi adolescencia más adolescente, pero de entonces solamente recuerdo lo del guante y la bofetada.

Por cierto, se dice que el cachete fue auténtico, de padre y muy señor mío y que Rita se puso histérica de verdad.

tomae dijo...

¿no hay una version coloreada de la película? me sorprendió mucho ver lo pelirroja que es Rita.

Me curioseó mucho lo de las minas de Tugnsteno, también llamado Wolframio, materia prima útil para el filamento de las bombillas...siempre que constanto la aparición de las nuevas bombillas de bajo consumo (sin tungsteno) me acuerdo de la pelicula, y como el misterioso negocio de Mundson, se va apagando...

La bofetada, de pequeño me la creí, de mayor se evidenciaba el truco...

Magnífica entrada, Modestino, ¿hay una de Casablanca, la habrá?

veronicia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Modestino dijo...

Algún día hablaré de "Casablanca", faltaría más. Una película que más que verla me hubiera gustado presenciarla en directo.

Describes muy bien lo que es "Gilda", amiga Veronicia.

veronicia dijo...

Para mi Gilda encarna la perfecta femme fatal, brilla en su papel, divina, como no temer el poder la belleza. En la dama de Shanghai repite papel de mujer fatal pero en esa ocasion de rubia (a mi personalmente me gusta mas pelirroja aunque la película sea en blanco y negro y solo sepamos de su color de pelo por el cartel).
El triangulo amoroso es perfecto y atípico, en la època no era tan evidente la ambigüedad de la relación entre Jhonny Farrel y Ballin Munsodson ahora nuestra mentalidad hacen más evidentes todos esos matices...
Y sobre la sensualidad de quitarse un guante solo añado que no me extraña que prohibieran la película, es una imagen directa al subconsciente...
Para mi es el mejor "striptease" desde 1946, no igualado hasta el de "abierto hasta el amanecer" en 1995 con Salma Hayek.
Gracias Modestino por tu magnifica entrada
(Eliminé la otra por una falta de ortografía que vi al releerla)

veronicia dijo...

Gracias Modestino, me encanta el cine negro y como tu disfrutaría de vivir en uno de esos bares o casinos en el extranjero donde ocurren historias tan apasionantes durante y tras la II Gerra...

Modestino dijo...

Huy, no se si me gustaría vivir en un lugar de esos ... si acaso en el de Casablanca, y es que Bogart e Ingrid Bergman debían ser buena compañía.

sunsi dijo...

Es La Escena. Toda una provocación en aquellos tiempos. Quizá es la forma de desprenderse del guante... Siento repetirme... pero a mí también me lo contó mi madre.

Un saludo, Modestino.

Modestino dijo...

Sí, la escena es provocativa, provocadora. Pero eran otros tiempos ... ahora se provoca con menos elegancia, me temo.