20 de octubre de 2009

Nicolau Casaús vs Joan Laporta














El F.C. Barcelona lleva dos años arrasando; quien me conoce bien sabe que no se trata precisamente del club de mis amores, pero lo cortés no quita lo valiente y hay que reconocer que está jugando como hace mucho tiempo no veía jugar a equipo alguno. El trabajo de Pep Guardiola, un hombre que he de confesar hace un año pensaba que estaba verde para dirigir a los culés, está siendo excepcional y ha conseguido un equipo mucho más competitivo y conjuntado que el Madrid de los nuevos galácticos del "emperador" Florentino. El gran mérito del Barça es el equilibrio, de manera que junto a estrellas de relumbrón como Thierry Henry, Ibrahimovic y Dani Alves, destacan jugadores de la casa como Víctor Valdés, Xavi Hernández -para mí el auténtico "number one"-, Sergi Busquets, Gerard Piqué y Carles Puyol, sin olvidar a Iniesta y Leo Messi, quienes no siendo catalanes son igualmente un producto de la Massía. Y si pensamos que en la despensa quedan grandes promesas como Pedro, Muniesa, Bojan y Jeffren, parece que tenemos hegemonía para rato.

Pero si acudimos a la cabeza visible del club, considero que en esta materia el equipo más representativo del Principado no juega precisamente en Liga de Campeones. Joan Laporta, desde que tomó las riendas del equipo ha destacado tanto por los éxitos deportivos conseguidos bajo su mandato como por arrastrar donde va la polémica y por haber politizado, desde mi punto de vista innecesariamente, el entorno del club. Son recientes las polémicas surgidas a raíz de las conversaciones desveladas por dos presidentes autonómicos: el cántabro Miguel Ángel Revilla, que puso de manifiesto como en el palco de "El Sardinero" Laporta se dedicó a meter cizaña política -es posible que Revilla también lo hiciera, no lo sé- mientras que el extremeño Guillermo Fernández Vara, culé confeso, aseguró que el presidente barcelonista, también por cuestiones políticas, le llegó a llamar imbécil en diez ocasiones en el transcurso de una conversación telefónica.

No voy a negarle méritos a Laporta: durante su mandato el Barça ha conseguido el doble de Copas de Europa que todos sus antecesores juntos, supo en su día construir un equipo que al mando de Rijkaard hizo un fútbol magnífico y tuvo el acierto de saber dar a tiempo un giro a los acontecimientos prescindiendo del holandés y de una serie de jugadores -Deco, Ronaldinho, ...- que estaban dinamitando el vestuario para terminar dando origen a un conjunto aún mejor. Y tampoco le voy a negar, faltaría más, el derecho a opinar como opina; pero pienso que con frecuencia saca los pies del tiesto y está haciendo oposiciones a que la enorme fuerza del equipo azulgrana, que se extiende mucho más allá de las fronteras de Cataluña -es sorprendente y admirable al amor a los colores de mucha gente de toda España y parte del extranjero- se debilite y haya quien comience a plantearse dejar de considerar al club que preside como algo propio.

Parece que Laporta ha entrado en la dinámica de ir por la vida como si fuera "el mejor", prácticamente "el único". Estoy leyendo un libro sobre las negociaciones posteriores a la I Guerra Mundial ("París, 1919, de Margaret MacMillan) en el que al hablar sobre los diferentes países afectados por el Tratado de Versalles, la autora pone en boca de no recuerdo quien la consideración de que si hubiera que hacer un libro sobre el elefante, los británicos se extenderían sobre el hábitat del elefante y la forma de cazarlo, los alemanes harían un tratado sobre la biología del animal, mientras que los polacos comenzarían su libro afirmando que "el elefante es una cuestión polaca", tengo que confesar que al leerlo pensé en Laporta, que, para más inri, comenzó su oposición a Josep Lluis Núñez con el famoso "elefant blau".

Los modos y formas del Sr. Laporta me traen a la memoria, por puro contraste, por simple oposición, al fallecido ex-vicepresidente azulgrana Nicolau Casaus, un auténtico caballero del deporte, posiblemente el mayor ejemplo de "fair-play" y elegancia deportiva que recuerdo en un dirigente del fútbol. Casaus fue barcelonista hasta la médula prácticamente desde el seno materno, ponía una pasión y un cariño a todo lo que se relacionaba con el club de La Masía realmente excepcional y llevó el barcelonismo por toda España con "seny" y con una categoría humana especial.

Recuerdo una anécdota de hará unos diez años; el Barça iba a jugar, creo recordar, frente al Oviedo en el Carlos Tartiere y su entrenador era el polémico e irritable Louis Van Gaal ("tú nunca positifo, siempre negatifo"); el sábado los jugadores barcelonistas, al mando del holandés, se entrenaban en el campo ovetense y en un extremo de éste unos aficionados "azulones" habían puesto una pancarta ofensiva contra el mister rival. En el "Lo que el ojo no ve" del programa "El día después", Michel Robinson y compañía sacaron el lunes siguiente las imágenes de Casaus atravesando a paso lento, propio de alguien de su edad, todo el campo hasta llegar a donde estaban los portadores de la pancarta a quienes, con exquisita educación y sin alzar en ningún momento la voz, rogó que retirarán el cartel alegando que esa semana había fallecido la madre de Van Gaal; evidentemente los aficionados ovetenses doblaron la sábana y pidiendo disculpas se retiraron hacia la salida del campo. Ese día Nicolau Casaus, que ya gozaba de mis simpatías, pasó a formar parte del elenco de las personas a quienes admiro; y es que el entonces vicepresidente blaugrana no hizo el esfuerzo de cruzar el campo y enfrentarse a quienes ignoraba como reaccionarían para defender unos colores futbolísticos, sino para intentar facilitar el trabajo y la serenidad a quien había sufrido una pérdida irreparable: se mostró como un ser humano, no como un "forofo".

El viejo Casaus, un personaje tal vez algo estrafalario -encantadora y admirablemente estrafalario en cualquier caso-, le hizo al F.C. Barcelona multitud de favores, generalmente mucho más allá de cuestiones meramente deportivas o económicas. Y posiblemente, no tengo ni idea, Casaus, que había nacido en la ciudad argentina de Mendoza, tuviera unas ideas políticas similares a las de Laporta, pero nunca necesitó pregonarlas para hacer barcelonismo.


12 comentarios:

annemarie dijo...

Es probablemente un ejemplo del resultado de las educaciones de que hablabas ayer.

Modestino dijo...

No dudo que pueda influir el factor educación, pero yo pienso que hay una razón más de fondo: a mí me parece que Joan Laporta es lo que aquí llamamos un "trepa", que tiene una ambición tremenda y pisa tan fuerte que a veces lo hace en pié ajeno.

Anónimo dijo...

Creo que Laporta también ha sido muy valiente luchando contra la violencia en los campos de fútbol, para ello ha tenido que enfrentarse incluso a los "Boixos nois", seguidores radicales del propio Barça.
Tú lo llamas "trepa".No es la excepción.
Muchos personajes se acercan al mundo del deporte con la intención de beneficiarse económicamente o para adquirir prestigio personal.
¿Te acuerdas como los políticos llamaban "Juanito" a un esquiador alemán hasta que fué suspendido por doping?.
No creo que los seguidores del Barça dejen de serlo en función del presidente que tenga en cada momento.

Modestino dijo...

De acuerdo con la valentía de Laporta en el caso que citas y de acuerdo en que muchos otros directivos también se acercan al poder para medrar.

Los seguidores del Barça por supuesto que no dejarán de serlo en función del presidente, te puedo asegurar que si por los dueños del equipo fuera ya habría abandonado mi militancia zaragocista, pero esa simpatía de la que goza en muchos lugares de España pienso que se puede ver afectada ante determinadas actitudes. Aunque evidentemente mientras siga jugando así el equipo -e incluyo fair play- siempre pesará éstomucho mas en el ánimo de la gente, amen de que la fidelidad a unos colores suele ser de las fidelidades más firmes;).

Pero Laporta no es plato del gusto de todos y me parece que tampoco entre los suyos.

Modestino dijo...

Añado: determinadas actuaciones de los actuales rectores de mi equipo me temo que han conseguido que el Zaragoza haya perdido batante cariño entre los aficionados del resto de España. Seguro que ningún zaragocista ha dejado de serlo, pero nos hemos ganado -me temo que merecidamente- unos cuantos enemigos: en Coruña, en Santander, en Alicante, ...

Brunetti dijo...

El Barça del último año y medio es el equipo que mejor fútbol he visto practicar desde que tengo uso de razón futbolística. Superior al Milan de Sachi, al Barça de Cruyff, al Ajax de los años 70, a la Alemania del 74 y, por descontado, al Madrid de la Quinta del Buitre (aunque habrá que ver si es capaz de ganar la Liga 4 ó 5 años seguidos). Y todo ello, a pesar de ese presidente que tiene.

Me tengo que morder la lengua, pero no puedo dejar de señalar aquí la tremenda incongruencia en la que incurre este ínclito personaje, al aspirar (como única ideología, por cierto) a la independencia de Cataluña y, sin embargo, querer seguir jugando la Liga española, a pesar de las náuseas que le produce la sola mención de este último adjetivo.

Y ello, sin preguntarle su opinión al Zaragoza, al Betis, al Racing, al Sporting o al Tenerife, que algo tendrán que decir al respecto. Y, de paso, arrastrando en su locura soberanista a equipos históricos (y simpáticos, por qué negarlo)como el Espanyol, el Nàstic, el Sabadell o el Lleida, que se quedarían en tierra de nadie. Aunque estoy seguro de que esto, al tal Laporta, le importa menos que un accidiente de bicicleta en Pekín.

P.D. Hace unos días se ha comprado un ático en la Diagonal valorado en más de dos millones de euros (noticia de La Vanguardia). ¿Podía apirar a más cuando llegó a la presidencia y era uno de los 20.000abogados que hay en BCN?. En fin.

Modestino dijo...

Laporta está muy crecido y mientras el Barcelona siga en alza no creo que pierda fuerza.
Yo no le crítico sus ideas, que no comparto en absoluto, lo que me parece un error es tanta politización. Antes, cuando no había lugares para expresarse, era justificable la utilización del fútbol como plataforma, ahora ya hay lugares apropiados para hacer discursos políticos.

Tintin dijo...

Laporta representa el egocentrismo,la autosuficiencia y vanidad malintencionada, que me han hecho alegrarme de cuando pierde su barsa del alma. Lo siento, es sinceridad descarnada, políticamente incorrecta.

Tintin dijo...

Acaba de perder 1 - 2 con un modesto equipo ruso.

Ratifico lo dicho, y pido perdón.

Modestino dijo...

El Barcelona no pasó del empate -y gracias- en Mestalla y hoy acaba de perder con los rusos... Me temo que el Zaragoza pague los platos rotos el próximo domingo...al tiempo.

Paladín dijo...

Para hablar de Laporta tengo que morderme la lengua. Me parece un impresentable que ha tenido la suerte de encontrarse en un Barsa, posiblemente el mejor de la Historia. Están claras sus intenciones de aprovechar el trampolín mediático para aventurarse en política y luchar por su afán independentista. Resulta curioso que para ello no haga ascos a jugar en una liga, para él "extranjera".

Recuerdo vagamente a Nicolau Casaús pero desde luego este Laporta de eterna sonrisa "profiden", salidas de tono y pérdida de papeles no le llega ni a la altura del betún.

Rafael del Barco Carreras dijo...

JUAN LAPORTA Y LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA.



Rafael del Barco Carreras



Me alegró que alguien ajeno a la tradición barcelonesa de la CORRUPCIÓN alcanzara la Presidencia del Barsa… o eso creí. En realidad no me ha interesado nunca ni el Barsa ni el fútbol más allá de mi adolescencia jugando por el campo “dels Penitens” con el “Nuestra Señora del Coll”, y de eso hace 50 años. Pero me llamó la atención un personaje de su entorno y equipo, su cuñado Echevarría (ferviente franquista), y no por él mismo sino por su padre, Juan Echevarría Puig y el caso de la MUTUA UNIVERSAL, por tratarse de un ex del Consorcio de la Zona Franca por los 70. Ver www.lagrancorrupcion.com en MUTUA UNIVERSAL, Juan Echevarría Puig.

Que la palabra INDEPENDENCIA nos suene a GUERRA a todos los VIEJOS, ni es nuevo, ni gratuito. Mi madre, mi padre, mi abuela, no se cansaban de repetir las penurias con el hambre y la muerte rondando, de antes, en, y el después, que recuerdo demasiado bien.

No es mi intención declararme ni anti ni independentista, tengo preocupaciones más allá de sentirme de una u otra nacionalidad. Me sucede al igual con el Barsa, me importa un pito, pero me alegra que gane, y me sucede lo mismo con el Español, y hasta con el Madrid por Europa, pero que Juan Laporta, promocione la independencia, no solo me predispone en contra, sino que arrugo la nariz. Todos los políticos barceloneses me han parecido más adictos a LA PELA que a sus ideas, y tras sus luchas, más que luchas discursos, solo he descubierto el dinero, e irrefrenable ambición de PODER, y en el caso de obtenerlo, multiplicar sus sueldos, cargos y negocios… y lo que es peor, librarse de monumentales estafas.

Mi primera impresión sobre la CORRUPCIÓN Y LAPORTA surge de mis batallitas, y por aquello de que uno no se ha de fiar del dictado de sus sentimientos, me olvidé. Pero él traspasó su mundo familiar, y hasta lo anuló, para lanzarse de lleno al juego propio de los triunfadores y patricios barceloneses, que obviando las amantes, es o era hace un par de años, EL LADRILLO, fórmula segura de enriquecerse, aunque de hecho ya no se vendiera un piso. Pero sin consolidar, o al contrario, sus pelotazos de Bellvitje o el Miniestadi, ya se le sabe tan rico que compra un ático en la alta Diagonal por 3 millones de euros, y LA CAIXA, o sea, el todopoderoso núcleo duro barcelonés, reconociendo sus éxitos, más que sus activos, le concede una hipoteca de DOS MILLONES, en plena crisis.

La Fiscalía parece que también tiene la mosca tras la oreja (aunque en definitiva decida LA POLÍTICA), y de nuevo el Barsa y su presidente, y con Cruiff que ya visitó los juzgados hace 30 años, librándose más por corrupción que inocencia… y actualmente muy presente y citado el Club en el juicio por la CORRUPCIÓN EN HACIENDA, con acusados su ex presidente Núñez y asesor fiscal (personal y del Club) el ex abogado del Estado, Juan José Folchi, consellé en la primera Generalitat, con petición fiscal de 12 años, y que para no desentonar obtiene el tercer grado a solo un mes de entrar en prisión condenado a 3 años y medio, un record de concesión imposible si nos atenemos al Reglamento Penitenciario y su aplicación práctica.

Ver imágenes de su mitin en la Junquera publicadas por GIRONA NOTICIES en www.lagrancorrupcion.blogspot.com y los artículos del AS y EL CONFIDENCIAL sobre la Fiscalía, Cruiff y Mediapro.