Hace bastante tiempo que quería sacar a Sabina en este apartado de mi bitácora; había pensado sacar un poker -y hasta un repoker- y colocar todas esas canciones que, subjetivamente por supuesto, me parecen míticas: "Pongamos que hablo de Madrid" (cuya autoría aún no tengo claro si comparte con Antonio Flores o es exclusiva de éste), "Noches de boda", "!9 días y 500 noches", "Aquí estoy yo", "¿Quién me ha robado el mes de abril", "Princesa", ... pero al final he optado por elegir un único tema y, en esa difícil tesitura, me he quedado con "Calle Melancolía", una canción de principios de los 80 cuya letra tiene mucho significado. No es el Sabina agresivo del "Pirata cojo" o "Todos menos tú", ni el irónico de "Una de romanos", ni el rítmico de "Y nos dieron las 10"; es el Sabina de la balada, la cadencia lenta y una cierta ternura amarga.
Se relacionan algunas canciones de Sabina, como es el caso de "Calle Melancolía", con el llamado "esprit du temps barroco". El Barroco expresa la conciencia de una crisis, visible en los agudos contrastes sociales, el hambre, la guerra y la miseria. De la misma forma, España en los años 80, años en los que se publica la canción, se caracteriza por ser "una sociedad marcada por el paro, la desesperanza, el miedo atómico, la frustración laboral y académica, el absentismo, el terrorismo,... junto con unas ganas de vivir a toda prisa, cierta euforia cultural, la confianza en las instituciones democráticas; y todo ello cifrando su hipotética salvación en un individualismo abrumador". Esta situación se refleja en "Calle Melancolía", en la que encontramos versos con amargos desengaños "no hallo más que puertas que niegan lo que esconden”; dolor vital, “por las paredes ocres se desparrama el zumo / de una fruta de sangre crecida en el asfalto"; desesperación, "me enfado con las sombras que pueblan los pasillos"; desamparo, "trepo por tu recuerdo como una enredadera / que no encuentra ventanas donde agarrarse"; y, posiblemente, los versos que mejor definen la España de los primeros años del postfranquismo: "un barco enloquecido / que viene de la noche y va a ninguna parte".
Tiempo habrá de traer otras canciones de Joaquín Sabina, un hombre que va por la vida de golfo y ácrata, que parece que mira al mundo con desapego y, a veces, hasta desprecio, pero a quien uno no puede evitar descubrir un algo entrañable, un aire de bohemio encantador.
5 comentarios:
De los mejores... Sabina es letra, fundamentamente letra con metáfora sorprendente, dura, tierna, de asfalto siempre. Calle Melancolía es uno de los mejores ejemplos. Me encanta. Bingo, Modestino.
Esta vez has hecho un comentario de texto ... con contexto incluido. Me ha gustado mucho el post.
Saludos desde Tarraco.
Voy a ponerle un apodo a mi calle. Escuchando a Sabina te entran ganas...
Ese trozo que suena a comentario de texto lo he extraído de wikipedia: al César lo que es del César".
A mí está canción me llena de melancolía, .... así somos.
Jo Modestino, gracias, después de una mañana bastante intensa de trabajo, he caído derrotada en mi tarde de viernes en el sofa y cojo el ordenador portátil y me encuentro con este precioso recuerdo de Sabina al que yo siempre relacionaré con mi juventud en Madrid, creo que si me dieran a elegir sería la persona famosa con la que preferiría irme de cena y juerga por Madrid.
Estoy con Sunsi en lo de las letras, son auténticas poesías.
Huy Rosaura, no se si permitiría que te fueras de juerga con Sabina, creo que correrías peligro.
Bueno, no me importaría correrlo,habría tantas cosas de que hablar con él...
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